El comunicado de los obispos franceses alude a una parodia del cuadro “La última cena” de Da Vinci, momento fundacional del cristianismo, origen de uno de sus principales sacramentos.

La Conferencia de Obispos de Francia (CEF, por sus siglas en francés) emitió un comunicado en el que lamenta “las escenas de escarnio y burla al cristianismo” durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París, a la vez que rescata “momentos de belleza, alegría, rico en emociones y universalmente saludados”. En efecto, la inauguración de los juegos combinó, a lo largo de excesivas cuatro horas, algunos momentos de belleza muy logrados -realzados por el escenario de la siempre hermosa capital francesa- con otros francamente antiestéticos e incluso chocantes en su contenido.

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