El ex gobernador de la provincia y actual senador nacional, José Alperovich, fue objeto de innumerables burlas y chanzas, debido a un récord que a nadie pondría orgulloso: no pronunció ni una sola palabra en el período de sesiones del Congreso de la Nación durante el año 2016.
Paradójicamente se trató del año en el que se conmemoraba el Bicentenario de la Independencia Argentina, que tuvo como epicentro de los festejos y conmemoraciones a nuestra provincia.
Pero esa repentina mudez no se debió, en fuerte proporción a su ausencia en el recinto de deliberaciones, porque con apenas una ausencia durante todo el año, el ex gobernador José Alperovich cerró 2016 siendo el parlamentario más silencioso del Senado ya que no pronunció ni una palabra a lo largo de 22 sesiones.
Último cómodo
El tres veces mandatario tucumano, que integra el bloque PJ Frente para la Victoria (FpV), ocupó el último lugar, según la medición realizada para el Indice de Calidad Legislativa, que fue publicada por Parlamentario.com.
Como si esto fuera poco, quedó incluso detrás de Carlos Menem, que pronunció tres y que acumulaba dos años consecutivos en silencio, marca que el riojano repitió en 2007, 2009, 2012 y 2013, en un curioso récord que lo tornaba inigualable, pero Alperovich rompió todos los pronósticos para arrebatarle ese lugar que nadie quería ocupar, para no ser objeto de las burlas, tanto dentro del Congreso de la Nación como en las propias jurisdicciones a las que representan.
De todos modos, el triunfo de Menem sobre el tucumano Alperovich también puede generar hilaridad. Hombre de pocas palabras, el riojano dos veces presidente de la Nación abrió la boca para aclararle a Federico Pinedo que su voto “fue afirmativo” y, al no escucharlo el presidente de la sesión, repitió “afirmativo”. Con esto le alcanzó para superar a Alperovich, que ocupó el puesto 72.
El pez por la boca muere
El informe sirvió para que los opositores recordaran que fue el propio Alperovich, al asumir su banca en la Cámara Alta del Congreso de la Nación, quien había afirmado que su voz se alzaría para apoyar la gestión de Juan Manzur y a todos los tucumanos. Aparantemente, no pudo cumplir con ese cometido, al punto que en las redes sociales fue objeto de burla y más de uno lo comparó con el personaje de Bernardo, el ayudante del Zorro que era sordomudo. Tucumán da para todo, hasta para tener un senador que se da el lujo de no pronunciar palabra en un año tan importante como el del Bicentenario de la Independencia.