La contundente victoria de Axel Kicillof sobre María Eugenia Vidal en las PASO -con una diferencia del 17% de los votos- tuvo su réplica en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires. De repetirse el resultado en octubre, Juntos por el Cambio perdería la conducción de 19 intendencias, mientras que el Frente de Todos sumaría 21.

Sería una dura derrota para los jefes comunales que asumieron con Mauricio Macri cuatro años atrás, en lo que fue un golpe al poderío territorial de los barones del conurbano. Por su parte, los partidos vecinalistas ganaron en 3 municipios.

En octubre de 2015 una ola amarilla cubrió gran parte de la provincia de Buenos Aires. Los triunfos de Macri y Vidal lograron que Cambiemos obtenga la conducción de 64 municipios. Pese a consolidarse principalmente en el interior, había ganado en localidades clave del Conurbano como La Plata, Berisso, Quilmes, Lanús, Tres de Febero, Morón, San Isidro, Vicente López y Pilar.

Sin embargo, estas PASO fueron un duro golpe para Juntos por el Cambio. Pero sobre todo lo fueron para Vidal y los jefes comunales, que se vieron arrastrados por la deteriorada imagen de Mauricio Macri, en contraste con la alta intención de voto de Cristina Kirchner. De repetirse el resultado en octubre, el ahora oficialismo pasaría a gobernar 45 de los 64 municipios que va a haber puesto en juego este 2019.

Kicillof arrasó. Ni en su entorno esperaban un resultado tan contundente. Fuentes cercanas al ex ministro de Economía habían manifestado que “cuatro, cinco puntos de diferencia” frente a la dirgente con mejor imagen del país “sería ideal”. Sacó 17% más. El candidato a gobernador del Frente de Todos obtuvo el 49% de los votos y ese resultado se vería reflejado en las 87 intendencias que pasaría a conducir el neokirchnerismo. Serían 21 más que en 2015, si se cuentan las 56 que había ganado el Frente para la Victoria y las 10 del massismo.

Entre los municipios de mayor peso en el conurbano, el Frente de Todos retendría Avellaneda, Berazategui, Ensenada, Florencio Varela, Hurlingham, La Matanza, Merlo, Moreno, en algunos casos con un porcentaje superior al 60% de los votos. Además lograría recuperar intendencias que Cambiemos había conquistado en 2015: Berisso, La Plata, Lanús, Morón, Quilmes y Tres de Febrero.

Por su parte el macrismo se hizo fuerte en localidades donde se presumía que no tendría mayores dificultades: Gustavo Posse en San Isidro y Jorge Macri en Vicente López, a priori retendrían los gobiernos municipales, y en General Pueyrredón -partido que incluye a Mar del Plata- el precandidato de Juntos por el Cambio, Guillermo Montenegro se impuso en la interna y se consagraría como jefe comunal en octubre.

Los barones del conurbano demostraron su poder territorial y todos los intendentes del peronismo unificado del Gran Buenos Aires salieron fortalecidos de cara a las elecciones generales. Mariano Cascallares en Almirante Brown; Jorge Ferraresi en Avellaneda; Andrés Watson en Florencio Varela; Mario Secco en Ensenada; Ariel Sujarchuk en Escobar, Gabriel katopodis en San Martín; el actual presidente del PJ bonaerense Fernando Gray en Esteban Echeverría; Juan Zabaleta en Hurlingham; Alberto Descalzo en Ituzaingó; Mario Ishii en José C. Paz; Leonardo Nardini en Malvinas; Gustavo Menéndez en Merlo y Walter Festa en Moreno encaran su camino hacia una nueva gestión.

fuente. infobae

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