La final de la Liga de Campeones de Europa que se disputará el 3 de junio en Cardiff ya conoce el nombre de su primer participante: Juventus. El equipo de Paulo Dybala y Gonzalo Higuaín derrotó 2 a 1 Mónaco en Turín, en el partido de vuelta de una de las semifinales (en la ida se había impuesto 2 a 0), y accedió al partido definitivo. El otro finalista surgirá de la llave que el miércoles definirán Real Madrid y Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. En el primer juego se impuso 3 a 0 el equipo de Zinedine Zidane.

Obligado a una remontada que asomaba complicada ante un rival que acumulaba un invicto de 22 partidos en casa en competiciones continentales, el elenco monegasco salió a plantear un partido de golpe por golpe, con el riesgo que eso implicaba. Así se acercó con algún balón aéreo y con un remate de media distancia de Radamel Falcao García que voló sobre el travesaño del arco defendido por Gianluigi Buffon.

Sin embargo el local, que a lo 10 minutos perdió al alemán Sami Khedira por una molestia muscular en la pierna izquierda (lo reemplazó Claudio Marchisio), no tardó en mostrar sus armas. A los 22 minutos Dybala asistió a Higuaín, que definió sin fuerza ante el croata Danijel Subasic. Enseguida el arquero se lució en un mano a mano con su compatriota Mario Mandzukic.

El empuje del líder de la Liga de Francia lo dejaba expuesto al contragolpe y así fue como llegó la apertura del marcador. Una maniobra que nació en las manos de Buffon (cumplió su 150° partido en torneos europeos) y pasó por los pies de Dybala terminó en un centro desde la derecha de Daniel Alves y un cabezazo de Mandzukic. Subasic alcanzó a tapar, pero el delantero recogió el rebote y empujó a la red.

Golpeado, Mónaco no bajó los brazos y acarició el empate dos veces. Primero con un desborde por la izquierda y un buscapié de Benjamin Mendy que Giorgio Chiellini rechazó al córner cuando Falcao García se relamía, luego con un bombazo de Kylian Mbappé que rozó el palo izquierdo.

De todos modos, Juventus tampoco renunciaba a la ofensiva y a los 44 minutos dio el golpe definitivo. Luego de que Subasic salvara otro mano a mano, esta vez ante Dybala, el córner derivado de esa maniobra fue rechazado con los puños por el arquero con tanta mala suerte que el rebote cayó, en la entrada del área, en el botín derecho de Alves. El brasileño despachó un misil que no dio opciones de recuperación al guardavalla.

La historia le planteaba un desafío mayúsculo a los dirigidos por Leonardo Jardim, ya que ningún equipo había logrado remontar una desventaja de cuatro goles en una semifinal de Champions. Pero mucho más complicado se lo presentaba un equipo con una solidez defensiva poco frecuente en el fútbol moderno: en los 11 partidos previos solo había recibido dos tantos (ante Sevilla y Lyon, en la fase de grupos).

Por eso no llamó la atención que el complemento no tuviera el mismo ritmo trepidante que los 45 minutos iniciales. Massimiliano Allegri optó por no arriesgar a Dybala (lo reemplazó Juan Cuadrado), pensando en el partido del domingo ante Roma, que podría derivar en el sexto Scudetto consecutivo de la Vecchia Signora (si gana, será campeón). Jardim sacó a Mendy (en su lugar entró el brasileño Fabinho).

Los monegascos nunca se resignaron y luego de que Buffon le tapara un mano a mano a Mbappé, el juvenil delantero de 18 años se sacó la mufa y descontó a los 24 minutos. Así le rompió una marca de 689 minutos sin recibir tantos a arquero italiano.

De todos modos, la ventaja que Juventus había construido la semana pasada en el Principado y en el primer tiempo era demasiado amplia como para soñar en remontadas. El último tramo del partido fue casi exclusivamente un período de festejo para los presentes en el estadio, que ya palpitaban la clasificación de la Juve a su novena final en el certamen (fue campeón dos veces, en 1985 y 1996) y la sexta en los últimos 21 años. El miércoles conocerá el nombre de su rival en el duelo del 3 de junio en Cardiff.

Fuente: Clarín

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