Hace pocos días, la polémica reposaba en la carta del profesor uruguayo que renunció a su trabajo y a la docencia por lo difícil que se le hacía dar clases en un ámbito donde la mayor preocupación pasaba por revisar el celular una y otra vez. Los alumnos, según él, solo demostraban interés por las constantes actualizaciones que arrojaba el teléfono móvil. Por los mensajes de Whatsapp o las novedades en las redes sociales. Por Internet, en realidad
Después de 25 años de la creación de Internet, ya no hace falta sentarse en frente de una computadora para conectarse a la red. De hecho, el celular funciona como una extensión del cuerpo humano imprescindible. La proliferación imparable de smartphones, sumado a la necesidad “de estar conectados” permanentemente, según un estudio reciente, además de deficiencia de atención traería patologías psiquiátricas severas.
En la Universidad de McMaster, Canadá, el profesor de psiquiatría Michael Van Ameringen realizó una encuesta que incluyó a 254 estudiantes universitarios en su primer año de cursada. Con el objetivo de analizar el uso que le daban a la red, aplicaron una herramienta diseñada en 1998 pero aggiornada a la actualidad, conocida como “prueba de adicción a Internet” (IAT).
Van Ameringen explicó: “El uso de Internet ha cambiado de forma radical en los últimos 18 años: hay más personas que trabajan en línea, con streaming en medios de comunicación, redes sociales. Nos preocupaba que el cuestionario no captase los cambios de estas décadas”.
De los 254 estudiantes entrevistados, 33 de ellos demostraron niveles altos de adicción a Internet, mientras que otros 107 reflejaron un uso problemático o preocupante. El grupo de investigadores no se limitó a la IAT, sino que evaluó también la salud mental de los participantes para conocer si había alguna relación entre las dos variables.
El equipo de investigadores realizó una serie de ensayos de auto-evaluación para contrastar los resultados de los adictos a Internet con los otros basados en problemas de salud mental, tales como síntomas de depresión, ansiedad, impulsividad y falta de atención. Además, desarrollaron exámenes para determinar si se manifestaba en los estudiantes el trastorno con déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Los resultados de ambos estudios encontraron un vínculo esperable. “Hemos hallado que aquellos que dieron positivo en el IAT, en nuestra escala, tenían significativamente más problemas para hacer frente a actividades del día a día, incluyendo la vida en el hogar, en el trabajo o universidad y en situaciones sociales”, sostuvo el profesor Van Ameringen.
Por su parte, el doctor Jan Buitelaar, profesor de psiquiatría del Centro Médico Mijmegen de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos, comentó que “el uso excesivo de Internet es un fenómeno poco estudiado que podría encubrir una psicopatología leve o grave y podría vincularse firmemente con la conducta compulsiva y la adicción”.
Pese a la contundencia de los resultados obtenidos, el autor de la investigación Van Ameringen prefirió optar por la cautela: “Tenemos que entender esta situación con mayor profundidad, por lo que necesitamos una muestra más grande, elaborado a partir de una población más amplia y más variada”, indicó.