Cuándo se puso en marcha y la cantidad que llevaron a Doha. El plantel de Argentina tiene una costumbre antes de cada partido. Quién se encargó de comprar las golosinas. Ya se comieron alrededor de 100 bolsas de caramelos.
Susana Romero cumplió 25 años como empleada de la AFA y el presidente Claudio Tapia decidió premiarla de un modo particular: la invitó al Mundial de Qatar con el consentimiento de los principales dirigentes del fútbol argentino.
Romero trabaja en el predio de Ezeiza y suele encargarse, entre otras cosas, de cuestiones vinculadas con las necesidades que tienen los futbolistas de la Selección Argentina en los viajes. Por caso, por pedido del plantel, ella fue quien compró las 270 bolsas de caramelos Sugus que el seleccionado tiene en la Universidad de Qatar, su lugar de concentración y entrenamiento aquí en Doha.
“A esta altura ya se comieron alrededor de 100 bolsas. Van a sobrar seguramente, pero los caramelos se convirtieron en un ritual indispensable para los jugadores”, afirma un integrante de la delegación.
El ritual del que da cuenta la fuente de la AFA no es otra cosa que una de las cábalas que tiene la Selección desde hace ya casi un año y medio. En efecto, se puso en marcha durante la Copa América 2021, el certamen que le permitió a Argentina cortar la racha de 28 años sin títulos a nivel mayores tras ganarle la final a Brasil en el Maracaná.
El primer paso lo dio Emiliano Martínez, el “Dibu”. Dulcero como pocos, el arquero le hizo un pedido especial a su hermano Alejandro en plena pandemia de coronavirus, mientras el plantel se encontraba en la burbuja sanitaria montada por entonces en el predio de la AFA, en Ezeiza. ¿Qué le solicitó? Que le hiciera llegar los tradicionales caramelos Sugus y otras golosinas, tal como ocurrió con la colaboración de gente que trabaja en la oficina de Gustavo Goñi, el representante del arquero.
Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Alejandro “Papu” Gómez “descubrieron” que el “Dibu” tenía los caramelos y le empezaron a sacar para comerlos en sus habitaciones. Lo que en principio se parecía mucho a una broma se transformó en cábala a partir de lo que ocurrió antes de jugar ante Ecuador por los cuartos de final, el 4 de julio del año pasado: el equipo ganó 3 a 0 con goles de De Paul, Lautaro Martínez y Lionel Messi. Desde entonces, De Paul, Paredes y “Papu” Gómez se sintieron poco menos que en la obligación de repetir la costumbre que pusieron en práctica en el estadio Olímpico Pedro Ludovico Teixeira de la ciudad de Goiania.
¿Cuál es esa costumbre? Cuando el equipo llega al estadio donde le toca jugar, los primeros en salir al campo de juego son justamente De Paul, Paredes y “Papu”. Observan las tribunas, sacan fotos con sus teléfonos celulares, hacen bromas y luego meten las manos en los bolsillos casi al mismo tiempo para comer esos caramelos infaltables no solo en la previa de los partidos, sino también en los tiempos ociosos de la concentración.
“Muchos jugadores también los comen a la noche, mientras juegan al truco. Los únicos días en los que no juegan al truco son los previos a los partidos”, comenta otro de los integrantes de la delegación.
Tras aquella victoria ante los ecuatorianos, el equipo le ganó a Colombia por penales en las semifinales y la final fue la soñada, acaso el título más resonante de la Selección luego de las conquistas de los Mundiales de 1978 y 1986: triunfo por 1 a 0 con el gol de Angel Di María, frente a Brasil (el máximo rival histórico) y en el Maracaná, uno de los estadios más emblemáticos del mundo.
La cábala se extendió en los amistosos internacionales de la Selección y se fue alimentando a caballo del largo invicto de 36 partidos que ostentó el equipo hasta la caída que sufrió ante Arabia Saudita por 2 a 1, en el debut en el Mundial de Qatar. Lejos de interrumpirla luego de ese traspié, la cábala prosiguió en los tres encuentros siguientes del Mundial: las victorias frente a México, Polonia y Australia.
Los utileros del seleccionado despacharon desde el aeropuerto de Ezeiza valijas con paquetes de yerba, potes de dulce de leche, y dulce de batata. Pero lo que no debía faltar de ningún modo son esas 270 bolsas de caramelos comprados por la empleada que fue premiada con el viaje a Qatar por sus 25 años de servicio en la AFA.
fuente: infobae