Durante tres años fue un coqueto alojamiento familiar de 5 habitaciones que se alquilaba, pero la falta de actividad hizo que sus dueños no puedan seguir manteniéndola. El temor por el futuro del lugar donde el “padre de la democracia” se convirtió en líder político: una ordenanza municipal sólo asegura que la fachada deba permanecer intacta.
De casa a hotel
“No nos queda otra que venderla… No podemos seguir manteniéndola”, dice con profundo dolor Matías Andia sobre la decisión que tomó de poner a la venta la casona de 430 metros cuadrados, 8 ambientes y una cochera que compró hace tres años para que funcione un hotel y en la que vivió el hombre considerado como “el Padre de la Democracia” en Argentina. Para sorpresa de muchos, el lugar nunca fue considerado patrimonio histórico nacional ni provincial. Recién en 2010 fue declarado como “Edificio de Valor Patrimonial” por la Ordenanza Municipal nº 4290/10 Eso sucedió un año después de que el líder de la UCR muriera, e implica que su fachada -sólo eso- no puede modificarse por ser parte del casco histórico de la ciudad. Hoy, según el sitio Argenprop, piden 340 mil dólares por este pedazo de historia, que está en riesgo. La inmobiliaria que la vende tampoco es ajena a los Alfonsín: es de la familia de Cecilia Plorutti, la esposa de Ricardo.
El “Padre de la Democracia”
En esa casa, Raúl Alfonsín vivió entre 1957 y 1972, y escribió su historia personal: ejerció sus primeros años como abogado, armó su propia familia y hasta realizó la fiesta de casamiento de su hija Ana María. También gestó sus sueños políticos. Se mudó allí siendo concejal y la habitó teniendo el cargo de diputado provincial y nacional. Esas paredes fueron, además, testigos de una etapa de su militancia activa, que desembocó en la disputa interna frente a Ricardo Balbín para enfrentar al peronismo en 1973. Fue precisamente para costear esa campaña debió vender esa casa y mudarse a una más pequeña.
“La cuarentena agravó la situación porque desde hace 5 meses no trabajamos y hoy es imposible saber cuándo vamos a volver. Quizás para el verano, pero aún así cada mes es pérdida y no ya no podemos seguir costeando los gastos”.
Valor emocional
El hombre aspira que quien compre la casa considere su valor emocional e histórico por lo que representa. “Aquí vivió Alfonsín y cuando la compramos, si bien hicimos un emprendimiento, quisimos mantener su historia y abrir las puertas a todas las personas que desearon entrar y conocerla”, cuenta y revela que tuvo un acercamiento con Turismo local para avisar que la casa estaba en venta y que sería la ideal para concretar el proyecto que se presentó al gobierno de la provincia de Buenos Aires para hacer un museo de Alfonsín.
“¿Qué mejor lugar que éste para hacer un museo de Raúl Alfonsín?”, se pregunta Matías, pero la propuesta aún no encontró respuestas. Esperanzado en que la posibilidad sea haga efectiva, imagina a ese lugar como “un espacio donde se enseñe quién fue el ex presidente y los valores como sociedad”.
Que la compre el Estado
“Al Estado no le costaría nada comprarla, lo harían en cualquier parte del mundo, porque no sé si habrá otra oportunidad que esta para hacerlo y convertirla en el museo. Lo que más deseo es que lo haga el Estado para que la casa siga teniendo las puertas abiertas “, finaliza.
fuente: infobae