Se pagará en dos cuotas, una en noviembre y otra en enero de 2019. Será un decreto del Gobierno.
Tras la amenaza de días atrás de convocar a un nuevo paro general, esta vez por 36 horas, finalmente la CGT y los empresarios acordaron el pago de un bono de fin de año de $5.000, como mínimo, que se abonará en dos cuotas (una en noviembre y otra en enero de 2019). En el oficialismo ahora, están confiados en que se enfría la posibilidad de un paro de 36 horas. Los gremios lo discutirán en la reunión de la comisión directiva del próximo jueves.
La cúpula de la central obrera mantuvo este martes en el sindicato de Sanidad un encuentro con el sector empresarial y con el ministro de Producción, Dante Sica y el secretario de Trabajo Jorge Triaca. Allí, entre empanadas -un símbolo de austeridad, según definieron varios presentes- acordaron también un mecanismo para evitar despidos sin causas y plantearon la necesidad de reforzar las jubilaciones.
Para acompañar el proceso inflacionario
“Vinieron los empresarios, sobre todo del sector industrial, comercio y construcción, planteando sus problemas. Nosotros planteamos los nuestros y la necesidad de atravesar una coyuntura que para muchos compañeros está por demás complicada para poder acompañar el proceso inflacionario tan grande”, sostuvo Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT, al finalizar el encuentro.
De todas formas, tanto Daer como Carlos Acuña advirtieron que esperarán “la letra chica” del decreto del Gobierno para descartar definitivamente el paro.
“Tenemos que ver la letra chica de lo que tiene que elaborar el Gobierno. Así que cuando nos entreguen eso, ahí seguiremos conversando”, señaló Acuña.
Sector por sector
El encuentro marcó un cambio en la estrategia del Ejecutivo, que venía manteniendo reuniones “sector por sector”. La posibilidad de un acuerdo con empresarios y la CGT había quedado descartada meses atrás, tras una reunión entre los ministros más importantes del Ejecutivo, con los gremialistas, en Olivos. Al asumir Sica en reemplazo de Triaca, el flamante ministro intentó plasmar una convocatoria, pero finalmente fue desairado por los gremios.
En 2016, el Gobierno había empujado la creación de la Mesa de la Producción y el Trabajo, con representantes del mundo empresario y sindical. La experiencia duró poco, la CGT se fue y acusó al Ejecutivo y a los empresarios de no cumplir con el compromiso anti-despidos.
La fractura de la CGT y la salida del ex triunviro Juan Carlos Schmid, que tenía mejor diálogo con el vicejefe de Gabinete Mario Quintana y con Rogelio Frigerio que con Triaca, permitió llegar a un nuevo acuerdo.
fuente: clarin