Tal como se había decidido, la mesa de conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) Regional Tucumán, entregó el documento elaborado para las presentes circunstancias, al arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca.
La CGT recientemente unificada, estuvo encabezada por sus secretarios general y adjunto, Osvaldo Acosta y Jesús Soria, además de otros referentes sindicales. En la oportunidad, subrayaron “la responsabilidad de la Iglesia en la defensa de dos leyes fundamentales para el hombre: la ley sobrenatural, que es lo concerniente al plan espiritual instituido por Jesucristo para la humanidad toda, y la Ley Natural, que atiende lo inherente al mundo, a la humanidad en general y al hombre, objetivo uno de nuestro Señor, en la realidad de su tiempo de permanencia en este mundo”. El encuentro se desarrolló en un clima de cordialidad y respeto y en él se abordó la posición de la CGT ante la crisis que vive la clase trabajadora.
“En nuestra provincia asistimos hoy a la realidad de una disolución del equilibrio y armonía, un Estado débil y vacilante, sometido a presiones desde los centros de poder económicos que arrasa con el derecho legítimo del Pueblo en general, con la gravísima situación social consecuente cuyas victimas más notorias son los trabajadores, es decir la mayoría de los ciudadanos”, señalaron los dirigentes sindicales.
Además, agregaron que “en Tucumán hay un Gobernador, Juan Manzur, que gobierna una provincia despedazada en departamentos incomunicados; sosteniendo un falso federalismo de conveniencias circunstanciales y espíritu fiscal, heredada de su antecesor (Alperovich). De hecho, el sistema de camarillas locales, más bien corruptas, propias de la más deplorable tradición, no ha cambiado un ápice desde que se estructuró sólidamente en la década del ’90, y en muchos casos aun antes”.
En otro párrafo se refirieron a la inseguridad al sostener que “uno de los causales de “fracaso” de cualquier gobierno en no poder garantizar la seguridad pública. Hoy los tucumanos pensamos que esa es la situación de la provincia. Resulta más que evidente que el “clima” de inseguridad no es una mera sensación térmica aumentada por los medios, ni mucho menos un fenómeno de histeria colectiva. La realidad objetiva es que la Provincia y de modo particular su capital, se han convertido en un territorio altamente peligroso”.
Sobre la situación puntual de los trabajadores, señalaron que “el Gobierno provincial promueve aumentos salariales encubiertos en la figura de “Ayuda Social”. Sumas otorgadas en negro, dado que no incrementan el básico del trabajador, ni benefician su futura jubilación; y están sujetas a “disponibilidad económica” de la provincia y que pueden quedar sin efecto en cualquier momento, alientan la informalidad laboral y reduce las oportunidades de que la gran masa de trabajadores “en negro” que posee nuestra provincia, pasen al grupo de los registrados. Se debe coordinar y encauzar las demandas de trabajadores y los intereses de los empresarios para evitar incrementos incompatibles con la realidad de cada sector y situaciones de abuso sigue siendo una responsabilidad ineludible del ejecutivo”.
También se refirieron a los planes sociales y su manejo, los altos niveles de desnutrición, y las adicciones, entre otras problemáticas sociales.
Monseñor Zecca agradeció su presencia en el Arzobispado y se comprometió a acompañar todas las acciones necesarias para dar solución a las problemáticas planteadas.