El ex agente de la SIDE ahora es defendido por Guillermo Alberdi, un abogado históricamente vinculado a ese organismo. Aportaría datos sobre los vínculos Argentina-Venezuela-Irán.
Imputado originalmente por el fiscal Alberto Nisman en la denuncia que presentó contra Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, el ex agente inorgánico de la SIDE Ramón Allan Bogado se presentará el miércoles a las 10.30 para explicar por primera vez ante la justicia cuál era su relación con el militante islámico “Yussuf” Khalil, con quien mantuvo varias conversaciones registradas por Nisman durante su investigación, y qué papel tuvo en la gestión del cuestionado Memorándum de Entendimiento con Teherán.
Pero el espía podría aportar mucho más que eso al expediente que conduce el juez Claudio Bonadio. Clarín confirmó que horas antes de declarar Bogado nombró como su defensor a Guillermo Alberdi, un abogado vinculado durante casi cuarenta años con la ex SIDE que se hizo conocido hace dos décadas, durante el “caso Coppola”. La incorporación de Alberdi prepararía una jugosa declaración judicial del ex espía, que en varias entrevistas periodísticas admitió haberse infiltrado en la línea que unía a Khalil con algunos referentes del kirchnerismo como Fernando Esteche -ex líder de Quebracho- y el ex piquetero Luis D’Elía con algunos ex funcionarios de Cristina y militantes de la Cámpora.
Según aquellas declaraciones, Bogado se habría involucrado en ese grupo para monitorear -por orden de un sector de la ex SIDE- los planes y actividades de los simpatizantes del régimen iraní cercanos al gobierno.
“Yo fui un agente infiltrado en la comunidad islámica. Hicimos una infiltración importante porque descubrimos que había algunos movimientos raros. Era muy difícil llegar a él (a Khalil) y yo lo logré”, afirmó Bogado en una de aquellas entrevistas.
Sin embargo, no era esa la hipótesis de Nisman antes de morir. En su denuncia, incorporó al espía a la lista de conspiradores encabezada por Cristina, a quien según el fiscal muerto Bogado respondía casi directamente para favorecer a los iraníes acusados por el ataque a la AMIA.
Ahora es Bonadio quien develará cuál fue el rol del espía en la maniobra, y qué información pasó por sus manos. Sin más hilo en el carretel de las excusas, el imputado ya estaría preparando una exposición rica en información y detalles sobre las vinculaciones comerciales entre Argentina, Venezuela e Irán, que habrían estado en la génesis del pacto firmado por Héctor Timerman y su colega persa.
Hasta ahora, las especulaciones apuntan a algún tipo de triangulación que, a través de Caracas como estación intermedia y de cobertura, habría implicado el envío de información, tecnología o material nuclear a Irán. En el medio, el esquema habría contemplado la caída de las alertas rojas de Interpol, que tanto molestan a los dirigentes políticos iraníes acusados por el atentado para circular libremente por el mundo.
Fuente: Clarín