El mundo de la radio se despliega en un microuniverso en donde la amistad y el folclore fluyen de manera natural. El estudio de Radio Universidad, se convierte en la hora en que se emite “Luna Tucumana”, en una especie de fogón de amigos, en donde se puede sacar una guitarra y cantar un par de canciones. Ese vértigo es cotidiano para Alejandro Villafañe, el multipremiado conductor del ciclo, que cuenta en su haber con 35 premios, entre ellos tres Martín Fierro. Luego del programa, la charla con Diario Cuarto Poder lo lleva por caminos en los que el sentimiento siempre está presente.
-¿Cuándo comienza tu pasión por la radio?
-Era chico y me iba a los estudios de radio Splendid, LV 7 y LV 12, después en 1966 se incorpora Radio Nacional. Yo vivía en la Monteagudo y San Juan y en aquella época las radios tenían estudios y escenarios en donde se presentaban los artistas.
-¿Qué artistas te impactaban?
Atahualpa Yupanqui, los Hermanos Ábalos, Mercedes Sosa. Me impactaba el folclore, porque conocía la tierra adentro con mis viajes en tren, que es un medio tan maravilloso como lo es el caballo para los gauchos. Ojalá algún día vuelva ese medio de transporte.
¿Te imaginaste como conductor?
Era un sueño que finalmente pude cumplir. Y que lo hice gracias a mi entrañable amigo Pedro “amanecido” Aredes y ese padrino de los locutores que fue Ariel Fernández.
Hace una pausa y sus ojos brillan como esos Martín Fierro que trajo para la sesión de fotos. Una respiración profunda para pasar la emoción y continúa la charla.
-¿Qué recuerdas de “amanecido” Aredes?
-Me decía: “vos, animando, sos un perro”. Y cuando pasaron los años le pregunté qué opinaba y me dijo: “ahora sos un perro viejo”.
Ríe de la ocurrencia y subraya el humor que tenía ese mítico conductor del “Alto de la Lechuza”. La cuchara gira en la taza de café y prosigue:
En aquella época teníamos un programa de radio en LV12. Allí estaba Luis Rey, quien me instó a que fuera a Cosquín. Era 1972, un año duro, y finalmente no pude ir, pero me quedó esa espinita, que me la saqué en 1984 con el regreso de Mercedes Sosa.
-¿Cómo fue esa cobertura?
-Fue dura, pero valió la pena. Eran tiempos difíciles y los periodistas que cubríamos el festival salíamos al aire con teléfonos a monedas. Yo tuve suerte porque conocí al “Negro” Ramos, que cubría para Radio Universidad Córdoba, pero él vivía allí, así que me cedió sus baucher de hospedaje y comida. Los periodistas, artistas y bailarines a veces van con lo puesto. Uno los ve sentados en el cordón de la vereda y sabe que tienen necesidad económica. Allí aparece la solidaridad.
-¿Cómo llegan los Martín Fierro?
-En 2006 nos nominaron y nos fuimos a Chubut, en donde Rosa Evans, una mujer casada con un tucumano, nos ofreció alojamiento. Cuando ganamos los dos premios, no lo podíamos creer. Más tarde le pregunté el titular de APTRA la razón de los premios y me dijo que era la espontaneidad y la frescura.
-¿Cuál es la clave de esa espontaneidad?
-El artista se siente tan bien en ese momento compartido, que hasta se anima a cantar, como un regalo que se da al anfitrión de una casa. Es esa solidaridad bien entendida, que tiene por fin difundir nuestra música, nuestra cultura.
Las anécdotas con Mercedes Sosa y la premonición de Los Tucu Tucu
La vida radial lo llevó a trabar amistad con Mercedes Sosa, de quien cuenta anécdotas.
-Tenia un programa radial y ahí venían Mercedes Sosa, Soledad, la Chacarerata Santiagueña y muchos artistas. No podían creer los dueños de la radio que vengan todos esos artistas.
-¿Recuerdas alguna anécdota con Mercedes Sosa?
-En 1984 fuí a Cosquín instado por Mercedes Sosa, no había conferencias de prensa sino que los artistas te recibían luego de la actuación. Una periodista de Entre Ríos quería conocerla y yo tenía el grabador roto, así que le prometí presentársela y que me prestara el grabador para la nota. Me hice anunciar y ella misma en persona, con los brazos en jarra, me dijo que pasara. Los otros periodistas se quedaron mirando y la colega entrerriana pudo cumplir con su sueño de conocerla.
-¿Tuvo muchas charlas con ella?
-Sí, me contó que le hicieron un homenaje en la OEA, cuando era secretario general Alejandro Orfila, y que en su actuación previa, cantó “Te recuerdo Amanda”, en homenaje a Víctor Jara, mutilado por la dictadura. Sintió algo extraño en la piel, una sensación que constató cuando se encendió la luz y vió al embajador chileno sentado al lado de Orfila. Desde allí se acabó el homenaje, no probó bocado en la cena, y tuvo que ir a Washington en un colectivo común. En otra oportunidad me dijo que el exilio fue duro, en especial cuando estuvo en Sevilla, un lugar muy parecido a San Miguel de Tucumán. Más tarde me contaron que quiso suicidarse de la tristeza.
El silencio se apodera de la mesa. La evocación de momentos duros, de amigos que ya no están trae algo de melancolía, como cuando recuerda a sus amigos de los Tucu Tucu.
-Nos juntábamos seguido. Al otro día del accidente los tenía que presentar, pero me pasó algo curioso esa madrugada. Hizo mucho calor por la noche y dejé la ventana de mi habitación abierta. El viento movió las cortinas y algo cayó de la biblioteca. Más tarde me llamaron para contarme lo sucedido, y cuando ví qué era lo que había caído, observé el CD “Por siempre los Tucu Tucu”. Quizás era Ricardo Romero que se despedía.
En los momentos difíciles, Alejandro Villafañe contó con su familia, integrada por su esposa Sulema, y sus hijos Esteban, Marcos, Andrea y Benjamín. También menciona a su nieto Luciano, en esta etapa linda de la vida que es ser abuelo.
-¿Cómo fue tu recuperación del ACV que te vino en 2012?
-Fue completa. La radio fue mi cable a tierra, lo mismo que el afecto de mis amigos. Recuerdo que me habían sacado para hacerme un estudio y cuando regresé en ambulancia al sanatorio, estaban esperando mis amigos que me aplaudieron para darme fuerzas. Eso uno nunca puede olvidarlo, porque nos ayuda a vivir.
-¿Qué te queda por pedir?
-Simplemente terminar el día, acompañado por los amigos, y mañana por la mañana despertar y agradecer a Dios por un nuevo día. Los sueños siguen estando, pero Dios dirá si los podemos cumplir. Muchas gracias.
Nota edición semanal impresa Diario Cuarto Poder