El 29 de diciembre de 2013 Michael Schumacher sufrió un accidente esquiando en los Alpes franceses que hasta el día de hoy lo tiene en estado vegetativo gracias a los esfuerzos médicos, al avance de la ciencia y al sacrificio de su familia.
Aquel episodio derivó en una internación que comenzó en un hospital de alta complejidad y al día de hoy continúa en la mansión que su familia posee a orillas del lago Geneva, en Suiza.
Por decisión de su esposa Corinna Betsch, el siete veces campeón de Fórmula 1 está internado en un cuarto de su enorme casa bajo la supervisión de un equipo médico compuesto por 15 personas y coordinado por el profesor Richard Frackowiak. Todo esto cuesta una fortuna a la familia que se encarga de manejar el dinero embolsado por el ex piloto alemán durante su etapa como deportista.
Desde que Schumacher sufrió el accidente, varios sponsors le han retirado su aporte y todo se ha vuelto cuesta arriba. Según reveló la Daily Mirror en 2015 el tratamiento domiciliario cuesta cerca de 165 mil dólares por semana, por lo que ya llevan gastado más de 26 millones de dólares.
Para esto Corinna Betsch ha comenzado a desprenderse de varios tesoros de la familia. Entre las ventas más destacadas, resalta la cabaña que poseían en Noruega, a kilómetros de la capital, Oslo. El terreno era de 645 m² y disponía de spa, gimnasio, garaje para siete coches y acceso directo a pistas de esquí. La misma fue vendida en 2015 a cambio de 2,5 millones de euros (casi 3 millones de dólares).
Otro de los objetos preciados que ya no pertenecen más al clan Schumahcer es el Rolls-Royce Phantom coupé que la familia utilizaba para viajar. Un volante recubierto en piel, acabados de madera, un ordenador propio y un sistema de llave inteligente, son algunos de los cientos de detalles que hicieron que su valor sea de 380 mil dólares. Lo más original, era la chapa con la firma y el nombre del alemán.
Además, en julio de 2014, se conoció que el avión privado de uno de los mejores pilotos de la historia del automovilismo mundial también tenía colgado el cartel de “se vende”. Un Falcon 2000 EX que según informó el diario alemán Bild había sido adquirido por el ex piloto de Ferrari por 25 millones de euros (29,8 millones de dólares), pero que la familia estaba dispuesta a venderlo por 20 millones de euros (23,8 millones de dólares).
Mientras tanto, Schumacher sigue con vida rodeado por un cerco mediático levantado por la familia que no permite que se sepan novedades del estado de salud del ex piloto. El tiempo pasa, el dinero sigue escapando, pero la esperanza de ver a “Schumi” nuevamente aún no se termina.