Los obispos advirtieron sobre “la delicada situación social”
Los obispos finalizaron la reunión de la comisión permanente del Episcopado y expresaron su preocupación por “la delicada situación social que atraviesa el país y por el número creciente de los despidos”.
En un contexto marcado por la tensión reflejada por el enfrentamiento entre el Gobierno y Hugo Moyano y el empantamiento de algunas negociaciones paritarias, como la del sector docente, la Iglesia analizó la situación política y social.
Además, la veintena de obispos que participaron del encuentro, encabezados por el titular de la diócesis de San Isidro, Oscar Ojea, se mostraron muy preocupados por el debate sobre la despenalización del aborto, que avanza en el Congreso. Al respecto, hicieron suya una reciente declaración del Episcopado, en la que pedían ser “respetuosos de la vida”. En aquel pronunciamiento, dado a conocer el 23 de febrero, cuando el Gobierno anuncio su decisión de dejar en libertad a sus legisladores ante un eventual debate sobre el aborto, los obispos se preguntaron “por qué hay que optar por una vida y eliminar a otra”.
También compartieron un reciente pronunciamiento del consejo directivo nacional de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (Aciera), que defendió “el derecho a la vida, como derecho fundamental y superior a todos los demás”.
Ante el inminente debate parlamentario los obispos coincidieron hoy en “encarar el debate sobre esta cuestión, integrando las áreas de comunicación, pastoral y diálogo con los legisladores”.
Frente a otra urgencia social, el presidente de Cáritas, monseñor Carlos Tissera (obispo de Quilmes), transmitió la grave situación generada por las inundaciones en el noroeste argentino y la necesidad de una urgente asistencia a las más de 16.000 familias afectadas. Advirtió, además, que a esa situación se suma “la ausencia de información sobre la magnitud de lo ocurrido”.
La conducción episcopal encabezada por Ojea detalló, finalmente, la visita que realizaron los primeros días de febrero al papa Francisco.