Desde Roma, un grupo de 21 obispos liderados por Ojea habló de la necesidad de que el llamado de Mauricio Macri sea a “agenda abierta” y que se convierta en algo “transformador” para no ser usado electoralmente. Igual, consideraron positiva la convocatoria.
Iglesia, empresarios y trabajadores
Tras la convocatoria al diálogo que realizó el presidente Mauricio Macri a la oposición, la CGT, los empresarios y la Iglesia, desde la Conferencia Episcopal Argentina un grupo de obispos encabezados por monseñor Oscar Ojea fijaron ayer desde el Vaticano dos condicionamientos centrales para el llamado que hizo la Casa Rosada: que la convocatoria no sea rígida sino “abierta” y que sea “transformadora” o tenga una finalidad concreta.
En el Vaticano
Una misión de 21 obispos de la región Buenos Aires de la Iglesia liderados por el presidente de la Conferencia Episcopal moseñor Ojea se encuentran en el Vaticano para reunirse el viernes próximo con el papa Francisco. Y ayer evaluaron como positiva la convocatoria que hizo el Gobierno en la carta que envió Macri. No pudieron hablar aún con el Sumo Pontífice de este tema y lo harán en la visita ad limina del viernes.
Espíritu concreto
Sin embargo, en línea con lo que planteó Ojea, los obispos destacaron que la respuesta al Gobierno se dará en el marco de “condiciones y un espíritu concreto” respecto de lo que deberá contener ese llamado al diálogo que extendió el Presidente.
“Se valora la convocatoria al diálogo pero este debe darse bajo condiciones concretas que están contempladas en la Encíclica de Pablo VI y que atañe a que sea un diálogo sencillo, abierto, franco, sin rigidez y que verdaderamente tenga un espíritu transformador”, explicó un prelado que se encuentra en Roma junto con los 21 obispos de Buenos Aires.
Más de 10 puntos
A la vez, se detalló que en las conversaciones informales que mantuvieron los obispos que se encuentran en el Vaticano para la visita con el Papa analizaron que “el diálogo del Gobierno no puede quedar sometido a los 10 puntos” que plantea la Casa Rosada sino que debe ser a “agenda abierta” y “debe servir para escuchar al otro”.
También se habló concretamente de que la Iglesia no quiere que el diálogo sea utilizado electoralmente por ningún sector en particular.
Diálogo amplio
Esta es la misma línea que trazó monseñor Ojea abiertamente cuando dijo que “el diálogo debe ser lo más amplio posible y con agenda consensuada”. Ojea señaló que los obispos “creemos en la posibilidad de un diálogo fructífero y le pedimos al Señor que los argentinos tengamos el coraje de poder dialogar entre nosotros para sacar el país adelante”.
fuente: infobae