En el Gobierno aseguran que llegó la temporada de “buenas noticias”. Pero por el momento seguirán conviviendo datos de actividad muy negativos con algunas señales favorables. Y la más fuerte de ellas es que la inflación cayó por debajo del 3% en noviembre, marcando la primera desaceleración importante luego de la devaluación de agosto.
Consultoras como Elypsis, que en general están muy cerca del índice de precios al consumidor que divulga el INDEC, estimó que el mes pasado el índice se habría ubicado cerca del 2,8%, aunque todavía le quedan algunos valores para imputar en el cálculo final. Pero la mayoría de las empresas que se dedican a la tarea coinciden (décima más o menos) con esa estimación.
Un dato alentador
Los meses previos habían mostrado una fuerte aceleración de precios: 6,5% en septiembre y 5,4% en octubre. Por eso esta disminución de noviembre es un dato importante y muestra que empiezan a tener efecto las políticas implementadas por el Banco Central.
La suba de la tasa de interés que se llevó adelante, con tasas de hasta 73,5% anual en las Leliq, fue clave para estabilizar el tipo de cambio. Y con un mayor equilibrio del dólar, pero también un enfriamiento de la actividad económica, está dando resultado la política antiinflacionaria.
Esta disminución de la inflación da margen, por otro lado, para que el Central continúe con su política de reducción de las tasas de interés. Ayer, de hecho bajaron al menor nivel desde que comenzó la licitación diaria de Leliq como política de absorción monetaria. Se ubicó en 60,2%.
Claro que en la medida que la inflación se consolide en niveles de 2 a 2,5% por mes, las tasas de interés deberían bajar significativamente. Por lo pronto, niveles de 60% implican una tasa real superior a los 20 puntos.