Efectivos de la División Trata de Personas apresaron ayer a la tarde a una mujer de 32 años, sindicada de prostituir a sus tres hijas, de 16, 14 y 11 años entregándolas a sujetos que pagaban desde $1 mil hasta $ 3 mil, tres de los cuales también fueron apresados.
Los procedimientos se realizaron en el departamento Figueroa, provincia de Santiago del Estero, y fueron consecuencia de dos meses de investigación, precedida por una denuncia de una joven que era forzada también a prostituirse.
“Facilitación a la prostitución y corrupción de menores, partícipe primario de abuso sexual con acceso carnal”, serían los cargos que la justicia enrostraba a la madre.
Las imputaciones
“Abuso sexual con acceso carnal”, eran las imputaciones en contra de los tres individuos detenidos.
Al cierre de esta edición, todos habrían sido alojados en distintas comisarías de la región.
Todo comenzó con la denuncia de una adolescente, quien se encontraba viviendo en la casa de la presunta proxeneta. A cambio de una cama y un plato de comida, meses atrás la comenzó a obligar tener relaciones sexuales y que el dinero le entregase a ella.
Sin otra salida, en esa primera oportunidad la jovencita tuvo sexo con un hombre mayor. Pero no todo terminó allí, ya que las vejaciones se reiteraron y se convirtieron en un modo de financiar los vicios de la dueña de casa.
Con sutileza, la adolescente se comunicó con la policía e informó que todas las noches arribaban sujetos desconocidos a la casa y que la mujer entregaba a sus hijas para prostituirse.
Golpes para que accedan
Sin las menores se negaban, su madre las golpeaba, ahondó la jovencita. En su larga exposición policial, dijo que los individuos pagaban entre $ 1.000 y $ 3.000 para tener sexo con cada menor.
Ante semejante contundencia, el juez Darío Alarcón, refrendó ayer allanamientos y detenciones de cuatro personas: la madre de las menores y tres clientes. Durante las redadas, los policías de la División Trata de Personas hicieron también un informe socio ambiental en el domicilio de las menores; recibieron declaración testimonial de numerosos vecinos que coincidían en la actividad de las menores; concretaron la revisión con el médico forense ante posibles enfermedades de transmisión sexual y efectuaron contención psicológica a las víctimas.
Los pervertidos ahora cruzan los dedos
Los vecinos habrían relatado ayer que estaban hartos de ver a las hermanas prostituyéndose y a su madre digitándolo todo.
Los clientes detenidos tienen entre 30 y 65 años, pero los vecinos clarificaron que habría muchos hombres más.
Añadieron que el celular de la detenida tiene a todos los hombres que desfilaban por la casa y se llevaban a las menores.
Los sujetos pasaban en motos, la mayoría, y conducían a las menores lejos de su casa.
fuente: elliberal