Se reúnen hoy en el CFI. Estarán además del gobernador tucumano, Uñac, Zamora, Bertone, Verna e Insfrán y Rodríguez Saá, entre otros.

Estaba pautada hace una semana pero el incierto fin de semana de Mauricio Macri y su discurso de este lunes, fueron las vitaminas para que la cumbre de gobernadores del PJ sume asistentes y músculo político.

En el mediodía de este martes, en el CFI, se reunirán jefes peronistas con un speach económico que visibiliza el rechazo político al rumbo del gobierno.

La novedad es que la pendencia que inicio el tucumano Juan Manzur, que incorporó a Miguel Angel Pichetto y Sergio Massa -reunió a su equipo económico e hizo un diagnóstico duro de las situación del gobierno-, mostrará un elenco robusto con más gobernadores y delegados de CGT.

Además de Manzur, el scrum lo armaron Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Verna (La Pampa) y Rosana Bertone, la fueguina que se enojó porque a la primera reunión faltaron Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey.

Schiaretti, amigo de Macri pero muy crítico sobre el manejo económico del Gobierno, fue uno de los del PJ al que el domingo desde Olivos le anticiparon las medidas presentadas el lunes.

Hay una letra chica para entender la juntada del CFI. En paralelo, los ministros de Economía y Hacienda de las provincias opositoras, incluidas las de los cumbristas del CFI, estarán en Casa Rosada. Los recibirá Rogelio Frigerio, el interlocutor preferido de los gobernadores y al que algunos caudillos soñaron jefe de Gabinete en reemplazo de Marcos Peña, para avanzar, aunque la incertidumbre dificulta todas las cuentas, en un acuerdo sobre el presupuesto.

El bloque que comparten Manzur, Insfrán y Verna agita una posición política que tiene traducción hacia dentro del peronismo. No quieren quedar detrás de Schiaretti, más conciliador con Casa Rosada, ni terminar atados a Cristina de Kirchner. La lógica es la siguiente: ser una versión de peronismo crítico porque sino el kirchnerismo se apropia del universo político y electoral de los opositores al gobierno.

El club CFI tiene una ventaja: las cuentas holgadas y no dependen de asistencias de la Casa Rosada. Sin esa debilidad, Manzur, Verna, Insfrán y Rodríguez Saá se permiten ser más aguerridos.

fuente: clarín

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