La jurisdicción argentina sobre el mar sumará un 35% a lo que ya tenía el país. Estiman que en la zona puede haber petróleo o gas.
Un comité científico de las Naciones Unidas avaló la pretensión argentina de un nuevo límite exterior para la plataforma continental nacional, que ahora sumará poco más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a 35 por ciento más respecto de la anterior, un espacio en el que se estima que puede haber importantes recursos hidrocarburíferos.
La aprobación fue comunicada al Palacio San Martín el 17 de marzo y hoy fue dada a conocer en una conferencia de prensa de la canciller Susana Malcorra, la subsecretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, María Teresa Kralikas, y la experta Frida Armas, coordinadora de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA), un departamento que trabajó el tema durante más de 20 años.
En marzo del año pasado, la Cancillería había presentado el nuevo límite exterior de la Plataforma Continental Argentina, pero la Comisión del Límite Exterior de la Plataforma Continental, órgano científico integrado por 21 expertos internacionales y creado por la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar, había planteado observaciones a dos puntos, los ubicados más al norte, cercanos al límite marítimo con Uruguay.
La recomendación positiva sobre esos dos puntos fue consecuencia del trabajo consecuente y coherente, de políticas que trascienden a un gobierno“, enfatizó Malcorra, para quien la definición “da certidumbre al límite de la Argentina“.
“Este trabajo está siendo requerido por muchos países a nivel de consultoría por el trabajo realizado“, enfatizó la ministra. Los pedidos fueron realizados por Chile, Ecuador, Cuba y Sudáfrica.
Malcorra subrayó incluso que “la Subcomisión que hizo el análisis (del planteo argentino) no estaba convencida de los elementos presentados inicialmente y sugería puntos más cercanos a nuestra costa”. “Con el trabajo adicional que se hizo se logró demostrar que lo que estábamos pidiendo era lo correcto“, sostuvo.
En diálogo con los periodistas, Armas precisó que “el año pasado, cuando presentamos las recomendaciones, había dos puntos, los dos primeros, ubicados al norte, a los que no se había llegado a un acuerdo“.
Tras una nueva información de la Argentina, que requirió el trabajo de expertos en batimetría, sísmica, geología, geodesia y cartografía, la Comisión fijó puntos ôincluso más allá que los planteados en 2009. Fue una sorpresa, porque así el límite se corrió al un poco más hacia el este.
“El límite presentado en 2009 (y difundido el año pasado) ha cambiado muy poco, pero positivamente, son 1.633 km2 más, por lo que hemos conseguido un poco más del 100 por ciento“, celebró Armas.
La funcionaria de COPLA adelantó que “ahora viene la etapa de implementarlo en el ámbito interno, ponerlo en mapas y cartas náuticas, en libros de geografía. Es una zona con mucha posibilidad de hidrocarburos“, consideró.
Kralikas añadió que “falta ahora la ley que convierte esta plataforma en propiedad del Estado, y estudiar la legislación para este mundo nuevo que se nos abre a nosotros y a todos los países que trabajan en los límites“.
De esa manera, la Argentina extiende derechos de soberanía sobre recursos del lecho y subsuelo en más de 1.784.000 km2 de plataforma continental más allá de las 200 millas marinas, que se suman a los aproximadamente 4.799.000 km2 comprendidos entre las líneas de base y las 200 millas marinas.
“En esa zona, por haber tanto espesor de sedimentos, se prevé que haya recursos, pero está todo por descubrir“, consideró Armas.
Todo lo vinculado a la cuestión Malvinas quedó al margen de las deliberaciones del Comité científico de la ONU, pero la Argentina igualmente rescató esa postura: “El reglamento de la Comisión establece que no puede emitir opinión sobre puntos que están en disputa, lo mismo en el caso de la Antártida, algo que está previsto en el Tratado Antártico. Esa postura es un reconocimiento más de la existencia de ese conflicto“ de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido, enfatizó Kralikas.
Fuente: Clarín