Por Fabián Seidán de Diario Cuarto Poder / Los últimos datos de la inflación de agosto no hicieron otra cosa que corroborar a los tucumanos que cada día que pasa son más pobres. El dinero no alcanza y si no fuera por las tarjetas de créditos muchos ya habrían caído en la indigencia. Los que aún resisten, cambiaron de hábitos: comen menos, no ahorran y salen poco.
La inflación se come el salario
Cuando este año se acordaron las paritarias, la mayoría de los gremios acordaron subas que oscilaron el 55 y 65 por ciento. Y festejaron. A pesar de que esas mejoras salarial se las dieron a muchos en parte y hasta fuera de término. Los sindicatos fueron muy accesibles a la hora de pactar y se vanagloriaron por las mejoras conseguidas. Pero en sus adentros sabían que todo era poco e insuficiente.
Porque el dólar nunca paró nunca de subir, porque las restricciones a las importaciones se terminaron “filtrando” a la inflación por la incertidumbre de las empresas sobre los costos de reposición; porque se emitió más dinero del que había para atender el gasto público y porque los precios que están atados al mercado mundial y, por ende, siguieron siempre una curva alcista.
Los que más perdieron dentro de ese panorama es la denominada Clase Media, trabajadores asalariados y cuentapropistas que vieron como en los últimos 12 meses sus ingresos comenzaron a perder poder, frente a precios que se descontrolaron en todos los rubros, productos y servicios.
Porque no sólo subió la papa, la carne y el azúcar; sino que subieron las naftas, los alquileres, las tarifas de los servicios, la prepaga, la cuota del colegio, el boleto de colectivo, el taxi, la ropa y el calzado.
Las tarjetas de créditos “salvadoras”
Para poder enfrentar todas esas subas, muchos debieron recurrir a las tarjetas de créditos o endeudarse. Pagar en cuota lo que antes podían comprar de contado. Por ejemplo, en los últimos meses aumentó fuerte el uso del dinero plástico en los supermercados, o sea que la gente difiere el pago de sus alimentos en 1, 3 o 6 cuotas.
Para ser más claro, hay un informe de la consultora First Capital Group donde reconoce que las operaciones con tarjetas de crédito en el último mes tuvieron un incremento de 6,1% respecto al cierre del mes anterior, alcanzando un crecimiento interanual del 68,1%. Tendencia que va a seguir mientras los salarios sigan perdiendo con la inflación.
Sigue la caída en el consumo de carne
Uno de los rubros donde más se nota la crítica situación de la clase media es en el menor consumo de carne roja, a pesar de que vivimos en el país de las vacas.
Según la cámara del sector cárnico, en agosto hubo un nuevo retroceso en el consumo, pese a que la carne aumentó sólo 3% en ese mes, muy por debajo del dato de inflación del INDEC.
El informe mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, reflejó que durante agosto pasado el consumo interno de carne vacuna alcanzó los 47 kilos por habitante por año, lo que representó una caída del 7,6% en relación a 2019. Los niveles bajos de consumo interno siguen ligados a un menor poder adquisitivo de la población, al crecimiento de las carnes alternativas y a los cambios de alimentación de la población.
Para ser más didácticos: El poder adquisitivo del salario en términos de kilos de asado ha tenido una fuerte caída. En Diciembre de 2019 el salario medio de un trabajador registrado compraba 182 kilos y en Marzo de 2021, solo se podía adquirir 138 kilos; hoy en septiembre 2022, se pueden comprar 47 kilos. Vale aclarar que el asado de tira (costilla de la palomita) pasó de $ 288 (diciembre 2019) a $ 589 (marzo 2021), a 1.100 (septiembre 2022).
La inflación de septiembre seguirá por arriba del 6%
Mientras tanto, las perspectivas de septiembre avizoran que todo seguirá igual de mal porque seguirán las subas en los precios de los alimentos a lo que hay que sumar los aumentos en las tarifas de servicios básicos como luz, agua y gas, que llegaron para quedarse.
La inflación se mantendrá en septiembre en niveles altos: por encima del 6% mensual, de acuerdo a los relevamientos que realizaron las principales consultoras económicas.
Además de la suba de precios en alimentos y bebidas, en septiembre se destacan aumentos en rubros como vivienda, esparcimiento y bienes y servicios. Los precios de los productos regulados impulsan el indicador general al alza con subas en tarifas de luz (10,4%), gas (14,9%), colegios privados (9%), servicio doméstico (9%) y expensas (entre 6% y 10%), entre otras.
La Clase Media vive momentos de mucha angustia porque sabe que la mayor parte del ajuste que Sergio Massa fue a pactar con el FMI caerá sobre sus espaldas, y por eso espera ansiosa que se reabran las paritarias y se entregue lo más pronto posible algún bono especial que les permita recuperar parte del poder adquisitivo perdido durante todo este año.