El cantante pasó su primera semana en prisión como paciente del hospital debido a su estado de salud producto del uso de estupefacientes.
La primera visita la recibió cinco días después de haber llegado a la cárcel de Ezeiza. Apenas lo vio, su madre, Cristina, lo abrazó con todas sus fuerzas. Por problemas de hipertensión, Cristian Álvarez Congiu, más conocido como Pity Álvarez , estuvo hasta ayer alojado en el Hospital Penitenciario Central (HPC). Su entorno está preocupado porque el músico sufre mucho la abstinencia de consumo de drogas .
Álvarez, una vez estabilizado de los problemas de hipertensión, volvió a estar bajo el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (Prisma), más conocido como pabellón psiquiátrico. Se trata de un aérea creada en 2011 con el objetivo de coordinar políticas públicas en materia de salud mental orientadas a personas privadas de su libertad con trastornos mentales o del comportamiento producto del consumo de sustancias psicoactivas.
“La comida está rica, pero le falta sal”, fueron algunas de las primeras palabras que dijo Pity Álvarez cuando dejó de estar bajo los efectos de los sedantes.
Así lo pudo reconstruir de fuentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF). El líder de Viejas Locas, procesado con prisión preventiva por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, está lúcido, agregaron los informantes.
“Cristina apenas vio a su hijo lo abrazó con todas sus ganas. Ella tiene un amor increíble por él. Está muy preocupada. Teme que atente contra su propia vida o que las consecuencia de la abstinencia de drogas sean muy perjudiciales para su salud”, explicó a Claudio Calabressi, abogado que está asesorando a Cristina Congiu, la madre de Álvarez.
En la visita, Congiu estuvo acompañada por el defensor oficial Santiago Ottaviano, que está a cargo de la defensa de Pity. El funcionario judicial aconsejó al músico que se negase a declarar durante la indagatoria, audiencia realizada el viernes de la semana pasada en el despacho del juez a cargo de la causa, Martín Yadarola.
Además de su madre, Pity autorizó a dos amigos para que lo visiten en el penal de Ezeiza. Según explicó Calabressi, el temor que tiene Congiu a un intento de suicidio se debe al mensaje de voz que le mandó su hijo antes de entregarse en una dependencia de la Policía de la Ciudad.
“Voy a actuar de acuerdo al plan”, habría dicho Pity en el audio enviado por WhatsApp. Ese supuesto plan sería quitarse la vida.
“Es por eso es que Cristina tiene tanto miedo y les pide a las autoridades penitenciarias que tomen los recaudos para evitar que se dañe”, agregó Calabressi.
Álvarez llegó al penal de Ezeiza al atardecer del viernes pasado, después de negarse a declarar.
En la resolución por la que procesó a Pity, el juez Yadarola le solicitó al director del Prisma que, “en el marco de las medidas que se vienen desarrollando en ese organismo sobre el detenido, arbitre los medios necesarios para poner a disposición de aquel [previo consentimiento, salvo las excepciones establecidas legalmente], los tratamientos y alternativas terapéuticas actualmente vigentes que resulten convenientes a los padecimientos de salud mental verificados y que menos restrinjan sus derechos, brindándole la asistencia integral al consumo problemático de sustancias psicoactivas en el que se encuentra inmerso, debiendo ofrecerle la totalidad de opciones de atención sanitaria y acceso a las prestaciones e insumos necesarios, con el objeto de asegurar su recuperación y preservación de su salud”.
Pity Álvarez está procesado por el homicidio de Cristian Díaz, de 35 años. El crimen ocurrió durante las primeras horas del jueves de la semana pasada en el barrio Cardenal Samoré, en Villa Lugano.
Según el expediente judicial, el músico mató a Díaz de cuatro balazos. En su resolución de 36 páginas, el juez Yadarola explicó que “más allá de no haber sido acreditado de manera fehaciente el motivo antecedente de la discusión (aunque todo indica que fue a raíz de un reclamo que Díaz hiciera a Álvarez por una supuesta sospecha del último sobre la sustracción de objetos personales por parte del primero), se verificó que lo que comenzó como una charla entre ambos subió de tono, hasta convertirse en una pelea verbal”. Y esa discusión tuvo un giro mortal.