Por Manuel Ernesto Rivas. Un gobierno en el que todo es prueba y error no da la sensación de planificación y proyección de sus políticas a mediano y largo plazo. Eso es lo que transmite la gestión nacional de Mauricio Macri, quien siempre ensaya, con decisiones unilaterales, el enojo de diversos sectores de la sociedad.
La última prueba y error que nos toca de cerca a los tucumanos fue la baja en el precio del bioetanol en un 29%, un 15% que comenzó a regir desde el 1º de noviembre pasado, y un 14% que se sumará a principios de 2018.
Los empresarios, industriales y factores relacionados, directa e indirectamente, con la producción de alcohol de caña de azúcar, mostraron su sorpresa y enojo por una decisión que podría perjudicar al sector de manera significativa.
No se trata de una cuestión menor, porque de la actividad dependen directamente 50 mil puestos de trabajo, mientras que de manera indirecta ocupan puestos laborales unas 200 mil personas. En tiempos en donde el desempleo golpea fuerte y se necesita una verdadera reactivación económica, quitarles recursos a las economías regionales no parece ser la solución.
Con esta decisión del Gobierno nacional se pone de relieve la matriz centralista a la que adhiere el “macrismo”, sin ponerse colorados ni amarillos.
Las expectativas iniciales con respecto a la recuperación del Norte Argentino, que asomaban desde el llamado “Plan Belgrano” se fueron diluyendo con el correr de los meses y, a dos años de gestión, demuestran que sólo fueron densas columnas de humo, como las que dejaron los jujeños en su penoso éxodo. Paradójicamente, quien tiene que dar la cara ante esta debacle y falta de medidas que apoyen y potencien a las economías regionales, es el renunciado titular del Plan Belgrano y actual diputado electo, José Cano. En toda la campaña electoral, el imputado por el denominado “Plan CoreANO” se la pasó defenestrando el mensaje de campaña del oficialismo provincial sobre la defensa de Tucumán en el Congreso de la Nación. Hoy le toca defender lo indefendible, justificar lo injustificable y ensayar expresiones de deseo más que de concreción de soluciones.
No pasaron muchos días de las elecciones legislativas nacionales y la misma “ola amarilla” que no pudo con Osvaldo Jaldo y la lista del Frente Justicialista, es la que arrasa y perjudica a las economías regionales, tan importantes para el sostenimiento económico de las provincias del castigado NOA.
Los referentes del sector solicitaron la suspensión de la medida hasta el inicio de la nueva zafra, pero desde el Ministerio de Energía les hicieron saber que sólo revisarían los precios, de haberse cometido algún error con la información con la que contaban. Esa no es ninguna garantía.
Una postura reiterada
Sin embargo, no es la primera vez que se demuestra poco interés en la producción provincial. Antes de las elecciones, los funcionarios de Macri se mostraron ajenos a la problemática desatada a raíz de una ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante de la ciudad de Córdoba, en la que se prohibía que los sobres con azúcar estuvieran disponibles en las mesas de los bares.
Las luces de alerta se encendieron en Tucumán, y la gestión encabezada por Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, impulsó la presentación de una medida judicial de amparo para evitar el cumplimiento de esta prohibición, por considerar que afectaba a la industria madre tucumana y beneficiaba a los laboratorios que producen edulcorantes. Hay una tendencia en la que se presenta al azúcar como poco saludable, cuando aporta muchos beneficios al organismo, mientras que se apela a los edulcorantes como una variante sana, cuando en realidad sus consecuencias sobre la salud pueden ser nefastas, como producto cien por ciento artificial.
El propio Cano y referentes de Cambiemos para el Bicentenario, habían expresado que la actitud del Gobierno provincial era exagerada y que se usaba políticamente. Sin embargo, el peor uso político es pregonar una cosa, para conseguir votos, y hacer todo lo contrario, con los resultados en mano.
Ello es lo que viene haciendo Macri, quien prometió no devaluar, eliminar el impuesto a las ganancias, elevar los salarios de los jubilados, hacer un uso transparente de los recursos nacionales y no caer en los mismos pecados del kirchnerismo. Prometió una cosa e hizo todo lo contrario al tan mentado cambio.
Una copa amarga
Otro de los sectores que venía promoviendo un crecimiento significativo y destacable era el de la la vitivinicultura en la provincia. Más de una docena de bodegas ubicadas especialmente en la zona de los Valles Calchaquíes, representaban la madurez de la actividad y su inserción como atractivo comercial y turístico. Incluso la creación de la llamada “Ruta del Vino”, por parte de las autoridades del Ente Tucumán Turismo, y su difusión, hacían vislumbrar un futuro lleno de expectativas. Hoy, con la carga de un 10% de alícuota, la “Bebida Nacional” parece sufrir un duro golpe, y más en nuestro querido y olvidado Norte Argentino, en donde se debe hacer el doble del esfuerzo para conseguir objetivos de calidad, proyección y fuentes de trabajo genuinas.