En lógica –y se extendió luego a otras disciplinas- se llama “contrafactual” o “contrafáctico” a toda situación que no sucedió, pero podría haber sucedido. Es el famoso “que hubiera pasado si”; parte de la Academia lo considera poco serio, pero este análisis especulativo de la historia que no pasó a veces arroja luz sobre los hechos que sucedieron.
El gobierno llegó al poder desarmando una bomba que finalmente no explotó. Más allá de que fue mejor para el país que la bomba no explotar, también lo fue para el kirchnerismo en fuga y le ayudó a poner en duda uno de los argumentos centrales de la campaña de Cambiemos: ¿había, en verdad, una bomba a punto de estallar?.
La reticencia del presidente a informar al público sobre la situación exacta y pormenorizada de la “quiebra” nacional, terminó favoreciendo el mito de la bomba inexistente y complicó mucho más cualquier medida de ajuste.
Grandes sectores de la política no advierten sutilezas: si la bomba no explotó, nunca hubo bomba y, por ende, no estábamos tan mal.
Pero –nada es perfecto- la bomba tuvo una secuela que sigue viva: Santa cruz. En Santa Cruz todo siguió igual y hoy vemos el resultado de lo que podría haber sido el país si nadie cortaba a tiempo el cable rojo. Hace algunos días la gobernadora Alicia Kirchner –a efectos del diálogo, ¿convengamos en que Alicia Kirchner es una verdadera kirchnerista, no?- estuvo nueve horas encerrada en la casa de gobierno, rodeada por docentes, jubilados, empleados estatales y padres de alumnos que aun no empezaron las clases. Tuvo que salir de madrugada, oculta entre las sombras, por un portón lateral de la gobernación por el que corrió unos metros hasta llegar a una comisaría vecina.
En Santa Cruz aun no empezaron las clases de 2017 y Alicia le ofreció a los maestros un aumento del 3%. La ministra del área es Maria Cecilia Velázquez, a quien vimos esta semana decir “jóvenes y jóvenas” en un reportaje. Eso sí, agregó que le pondría una arroba por la perspectiva de género.
¿Sufre la provincia un ahogo financiero del gobierno central? Al contrario, se le han dado más fondos de los habituales, pero caen en un pozo negro. La propia gobernadora lo afirmó: “No es fácil la situación, tenemos un ahogo financiero y nos dejaron la provincia quebrada”.
La “pesada herencia” de Alicia es estrictamente familiar: desde 1983, Santa Cruz ha sido gobernada por el peronismo. Entre el ‘83 y el ‘87 por Arturo Puricelli, del ‘87 al ‘90 por Ricardo del Val, del ‘90 al ‘91 por Jose Granero, unos meses del mismo año por Hector García, del ‘91 al 2003 –con elección, reelección y re reelección por Néstor Kirchner, un pequeño período del 2003 por Héctor Icazuriaga, del 2003 al 2006 por Sergio Acevedo, del 2006 al 2007 por Carlos Sancho, el socio de la inmobiliaria presidencial, de 2007 a 2015 por Daniel Peralta.
Cada mes, el gobierno central le envía a Alicia adelantos de coparticipación para que pueda pagar salarios: 300 millones en enero, 270 en febrero,300 en marzo y lo mismo en abril, junto a 60 millones en aportes del Tesoro Nacional a los municipios y una transferencia de 1200 millones por el acuerdo de devolución del 15% firmado el año pasado.
Como la caridad bien entendida empieza por casa, Alicia se aumentó el salario propio y el de sus funcionarios, retroactivo a enero de este año.
Esta semana la localidad de Perito Moreno, de doce mil habitantes, empezó a lotearse: el intendente Mauro Casarini vendió tierras fiscales para pagar sueldos. En Perito Moreno el diez por ciento de la población esta empleada en el municipio, que gasta unos veinte millones de pesos al mes en salarios. La venta del terreno a una minera les dejó cuatro millones cien mil pesos, que de todos modos no alcanza para cubrir la nomina –¿Y cómo van a hacer?, le pregunté a Damian Pezolano, concejal, el único que voto en contra de la iniciativa.
-Y, como siempre, seguir con la deuda. El intendente se endeuda con las mineras, los bancos, prestamistas, etc. La gente acá está indignada.
Las esquirlas de la bomba que no explotó llegaron al noroeste de la provincia, muy cerca de la Cueva de las Manos, en el Cañadón del río Pinturas, las expresiones arqueológicas más antiguas de Sudamerica: son del año 7.350 antes de Cristo. Los peritenses rezan, cada noche, para que al intendente –o a Alicia misma- no se les ocurra “poner las manos” en remate.
Fuente: Clarín