Gladiadores de grandes batallas, sin embargo esta guerra, no la disfrutan. Ni les divierte. Probablemente porque no se sienten seguros ganadores. Tampoco se sabe quién la comenzó pero es real: el Presidente se divorció ante la vista de todos del conductor número uno de la televisión. Y viceversa. Los dos están invictos en sus combates y siendo pertinaces en sus acciones no están acostumbrados a perder.
Los más sensatos de ambas partes, están tratando por estas horas de tender puentes de diálogo para evitar que esta noche en Showmatch Marcelo Tinelli le conteste a Mauricio Macri, generando un conflicto de mayores proporciones a las actuales. Los productores de Ideas pronostican que el programa por la expectativa generada pueda alcanzar altos niveles de audiencia. Nadie sabe al momento de escribir esta historia que hará o dirá Tinelli por la sencilla razón de que ni el propio involucrado lo sabe. Por de pronto habrá Gran Cuñado y por lo tanto seguirá al aire la imitación de Freddy Villarreal que tanto molesta a Macri. Pero con los pantalones puestos.
Todo comenzó en la noche del jueves 23 de octubre del año pasado al filo de la veda electoral. Para sorpresa de todo el mundo, pero especialmente de Macri, Daniel Scioli apareció en el estudio de Showmatch de la calle Olleros, acompañado de Karina Rabolini para saludar a “Marcelo y al jurado”. El clima del diálogo fue ameno y amable. Nadie le cuestionó nada a Scioli. Lautaro Mauro, el operador sciolista y amigo de Tinelli había logrado su objetivo: convencer al conductor de llevar al candidato peronista a horas de la elección. Cuenta la leyenda, que Tinelli en principio no quería, pero que la presión que recibió fue mucha y no sola de Mauro. Que uno de los accionistas de su productora le habría recordado que la pauta anual que se recibía de la provincia de Buenos Aires naranja se ubicaba cerca de la friolera de los 90 millones de pesos. A Tinelli, el olfato no le fallaba: no sentía -sentido común- que Scioli tuviera la elección ganada.
El funcionamiento del cerebro del Presidente todavía es un enigma dentro de un gran misterio (definición de Winston Churchill cuando Franklin Roosevelt le preguntó por Joseph Stalin). Ni siquiera los ocho años en la Ciudad y la década en Boca permiten establecer un perfil de por qué, cuándo y cómo toma las decisiones. Ha sostenido técnicos de fútbol, ministros y secretarios de Estado más allá de la cuenta, pero ha despedido a otros sin siquiera puedan tomar el juramento de rigor. Tampoco sabemos si Macri, como Néstor Kirchner es vengativo y rencoroso. Pero sí que tiene memoria: nunca le perdonó hasta hoy a Tinelli el haber llevado esa noche a Scioli y que el haya tenido que enterarse como cualquier espectador mirando televisión.
Cuando Macri ganó, comenzó la tarea de intentar reamar la relación. Macri y Tinelli se conocen de años. Hasta fueron socios en el Club Badajoz cuando el entonces presidente de Boca se sumó a la aventura del conductor para salvar al club extremeño. La demora en lograr concretar el primer encuentro entre ambos, le hizo advertir a Tinelli que la historia era más complicada de lo que parecía. Cuenta la segunda leyenda que cuando se logró la reunión, en la charla Macri le sugirió a Tinelli que se desprendiera de uno de sus socios. Y que Tinelli le elogiaba las ideas de modernización del Presidente para el fútbol y que le explicaba que estaban representadas en su candidatura para la AFA. Uno habla de poder y de televisión y el otro de futbol.
El resultado ya se conoce: Tinelli siguió con sus socios y Macri hizo todo lo posible para que el conductor no se convierta en el sucesor de Julio Grondona en la entidad de la calle Viamonte.
En la guerra del fútbol ni siquiera el macrismo guardó las formas: Daniel Angelici, uno de los hombres más poderosos del gobierno, operador del Presidente en el fútbol y la justicia y custodio de sus bienes más preciados, Boca Juniors, fue un vehemente defensor de la postulación de Luis Segura. Después del papelón del empate en 38, Macri en privado, ya Presidente, le explicaba a quien quisiera oírlo que su hombre para la AFA era el titular de Belgrano de Córdoba, Armando Pérez. Para nada casual: Pérez es ahora el titular “interino” del edificio de la calle Viamonte. Y el candidato oficial del Presidente para después del interinato es Juan Sebastián Verón. Todo salpimentado al gusto del verdadero y único hombre de fútbol que escucha el Presidente: Fernando Niembro (de esta usina también salió el nombre Miguel Angel Russo como DT de la selección).
Fuente: Infobae