Mañana, la Pulga y la Negra se casarán en Rosario después de 10 años de noviazgo; el paso a paso de la relación que marcó al crack desde pequeño.
Le declaró su amor. No está muy claro cuándo fue. Lo que se sabe es que Lionel Messi apenas era un niño que soñaba con jugar al fútbol algún día. Es más, lo más cerca que había estado de Barcelona había sido cuando un amigo del barrio le prestó la camiseta blaugrana que su padre guardaba con tanto cariño. Ese día, o mejor dicho esos minutos, Leo alejó de su zurda la pelota que lo acompañaba todo el tiempo. Se sentó en el escritorio de su cuarto, tomó una hoja de papel y una lapicera y comenzó a escribir: “Antonela.” (sí, con una sola ele). Entre tantas palabras de amor, dignas de un joven preadolescente, esbozó una clarividencia que marcaría esa relación para siempre: “Un día vamos a ser novios”.
Mañana, más de dos décadas después del primer encuentro entre ambos, Messi y Antonela Roccuzzo, padres de Thiago y Mateo, se casarán en Rosario, en un evento al que asistirán más de 260 invitados, entre familiares, amigos y colegas del N°10 de Barcelona. Así, formalizarán una relación que empezó mucho tiempo después de aquella carta en la que el N°10 le confesó sus sentimientos a la rosarina -sí, porque hasta el amor de su vida es de la ciudad que la Pulga jamás pudo olvidar, pese a tantos años de distancia-. Una historia de amor difícil de reconstruir por el hermetismo de sus protagonistas. Una historia de amor digna de una película.
La primera vez que se vieron fue cuando él tenía nueve años y ella, ocho. Sucedió en la casa de Lucas Scaglia, primo de Antonela y compañero de fútbol de Leo. Según la película documental ‘Messi’, del director español Álex de la Iglesia, la Pulga quedó paralizado con los ojos de esa joven. “¿Quién es?”, llegó a balbucear. “Antonela, mi prima”, le respondió su amigo. Sin profundizar mucho en la historia, dos de las personalidades que participaron del film, que fue presentado en Río de Janeiro durante el Mundial Brasil 2014, confirmaron en un breve diálogo lo que algunos testigos dejaron entrever en algunas declaraciones a los medios, más que nada en el inicio de la relación.
-¿Quién se enamoró primero?
-El hombre de la mujer.
-Entonces, la tuvo que remar.
Para Leo, era la gambeta más difícil. El gol imposible. La final más complicada. Ella se convirtió en su primer amor. También en su primera derrota. Antonela no quería saber nada con estar de “novia”. Su primera relación fue de amistad. Sí, amigos del barrio. Amigos de Rosario. Eran sólo niños. Pero un día la vida los separó. Fue en 2000, cuando Jorge Messi -padre del futbolista- decidió viajar con toda su familia a Barcelona, con la intención de que su hijo vistiera los colores culé. “Antonella y Leo dejaron de verse durante un tiempo cuando él era solamente un chaval que quería llamar su atención y ella una niña guapa que no se dejaba engatusar”, cuenta el periodista Guillem Balagué en ‘Messi’, la única biografía autorizada del mejor jugador del mundo.
En aquellos años, ya existían algunos programas de mensajería instantánea, como Messenger e ICQ, aunque no eran de simple acceso. Sin una fluida comunicación, la relación casi se disipó. Volvieron a verse algunas veces cuando Leo iba de visita a Rosario, pero no mucho más. Una tragedia volvió a forjar una sólida amistad. Fue en 2005, cuando una amiga de ella murió a la salida de un boliche al ser atropellada por un chico que manejaba borracho. “Antonela tenía 17 años y la pasó muy mal, estuvo varios días sin ir al colegio. Justo coincidió con uno de los viajes de Leo hacía su casa y, apenas se enteró, corrió para estar a su lado”, reveló otra de las amigas en diálogo con la revista Para ti, en 2010.
Messi ya había debutado en la Primera de Barcelona. Antonela estaba de novia con otro chico. Era una amistad sincera, aunque había algo que nunca se había apagado. Cuando ella cortó su relación de tres años, el diálogo con Leo comenzó a ser más fluido. Y de repente, el amor volvió a florecer. Era auténtico, era recíproco, pero también era a la distancia. “Hoy su ex se ríe diciendo: ‘Al menos no me dejó por cualquiera, ¡me dejó por Messi!’, aseguró otra fuente anónima en la misma publicación.
Recién el 20 de julio de 2007, en la celebración del día del amigo, Antonela le blanqueó el noviazgo a su círculo íntimo. “Nos encontramos en Roldán para festejar el Día del Amigo, como siempre lo hacemos, y ella sacó el Blackberry que Lio le había regalado. No dijo mucho más pero todas entendimos que habían vuelto a salir”, recordó una de sus amigas en Para ti.
Públicamente, el anuncio de la relación lo hicieron en los primeros meses del 2009. Fue el propio Leo el que habló de su relación con el programa de televisión Hat Trick Barça, de la TV Catalunya. Eso sí: no la nombró.
-¿Tienes novia?
-Sí, tengo novia.
-¿Tienes novia?
-Sí, está en Argentina. La verdad es que estoy bien y muy tranquilo.
La relación se mantuvo a la distancia durante casi tres años, en los que ella viajaba con frecuencia a Barcelona. Poco antes del Mundial Sudáfrica 2010, la Negra -como la llaman sus amigas- viajó junto a sus dos hermanas a visitar a Leo en su casa de Castelldefels. “Regresaron fascinadas por lo bien que él la trata y por lo enamorados que se los ve”, confiaron sus amigas por aquella época.
Fue después de esa Copa del Mundo que ella se fue a vivir a Catalunya con Leo. Ya había dejado la carrera de Odontología por falta de vocación. La de Comunicación la abandonó para poder estar al lado de su amor. Lo que nunca dejó de hacer fue estudiar inglés, una de sus grandes pasiones. Incluso, cuando estaba en Rosario, hasta llegó a dar clases de idioma. Eso sí: a Antonela no le gusta el fútbol. Así lo dejó claro Messi en una de las pocas entrevistas en la que habló sobre ella: “Se aburre con el fútbol. No me presta atención ni cuando vuelvo a casa y le digo ‘he marcado dos goles o he logrado un hat-trick’. No le interesa”, declaró Leo en Corriere dello Sport.
Públicamente, apenas hablaron juntos unos pocos segundos en el spot de Anillo al dedo, el programa que conducía en El Trece el actor Nico Vázquez, amigo de Leo. Allí, los sometieron a un divertido juego en el que les hacían preguntas cruzadas. Una especie de competencia. Ella no pudo responder en qué año debutó él. Él no supo decir con precisión cuánto pesó Thiago al nacer.
Thiago, el primer hijo de la pareja, nació el 2 de noviembre de 2012. Mateo, el segundo heredero, llegó al mundo el 11 de septiembre de 2015. Mañana, 30 de junio, con ellos dos como testigos, Leo y Antonela, la Pulga y la Negra, se convertirán en marido y mujer. Una vez más, él le declarará amor eterno.
Fuente: La Nación