Por Fabián Seidán* para Diario Cuarto Poder | Tucumán tiene este año su propio ranking “top” de peores empresas. Son aquellas que prestan servicios esenciales y que, en medio de la pandemia y cuarentena, aprovecharon para castigar a los vecinos con subas tarifarias, maltratos, mentiras y demás abusos, propios de aquellos que comúnmente llamamos “canallas”.
Efecto pandemia
La cuarentena por la pandemia, superó ya los 200 días en todo el país y con el aislamiento y distanciamiento social, muchas actividades económicas, productivas y de servicio vieron resentida su labor. Por ende, una gran cantidad de trabajadores, o sufrieron pérdida del empleo o vieron disminuir sus ingresos, al no poder realizar sus tareas de manera normal.
En ese contexto, en medio de una feroz crisis económico-sanitaria, cinco empresas sacaron a relucir sus afiladas uñas (garras) demostrando tener cero de empatía y nada de solidaridad. Esas empresas que ocupan los primeros puestos del ranking “canallas” son: la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (AETAT), la Compañía de Circuitos Cerrados (CCC), la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT); la Empresa de Energía Eléctrica de Tucumán (EDET) y el Banco Macro.
Todas las mencionadas, incurrieron en los últimos días, semanas, y meses, en actitudes graves, contrarias a las normas y a los decretos vigentes. En muchos casos, abusaron de su rol preponderante, por lo que debieron ser frenados por el poder político, llámese gobierno de Tucumán, Legislatura, Defensoría del Pueblo, Dirección de Comercio Interior y entidades de defensa de consumidores y usuarios.
Subas fuera de foco
Es que a la desmedida suba tarifa por parte de EDET y de la SAT, del 25 y del 7 por ciento, respectivamente para la luz y el agua -que fueron frenadas a tiempo por el gobernador Juan Manzur, previo acuerdo con el titular de la Legislatura, Osvaldo Jaldo, quien se aprestaba a aprobar una ley para suspender los incrementos- surgieron nuevos problemas con el servicio de colectivos, pues los choferes para solucionar cuestiones de índole privada, no tuvieron mejor idea que parar y bloquear las principales calles de la ciudad con las unidades.
Sí, se podrá decir que fue el gremio de UTA es el que llevó a cabo la medida de fuerza que afectó el libre tránsito, pero no se puede obviar que el sector empresario (AETAT) es el que desde hace rato incumple pagos salariales, tomando de rehenes a choferes, usuarios y la comunidad toda, en pos de lograr subsidio que faciliten su operatividad.
Actualmente, los empresarios reciben millones de pesos en subsidios de parte de la provincia y también del Estado nacional para pagar planillas salariales. ¡Qué suerte ser dueño de una empresa que si no gana lo suficiente, el Estado se hace cargo del sueldo de los empleados!
El gobierno tucumano entrega $81 millones en subsidios mensuales a los empresarios de AETAT, y en septiembre pasado la Nación envió $305 millones para que se cumplan con salarios adeudados.
Igual, los dueños de los micros no cesan en su reclamo permanente de más aumentos en el valor del viaje, tanto urbano como interurbano. Como si no fueran ya precios abusivos los actuales.
Televisión paga
Y en medio de la pandemia y cuarentena se acrecentó la necesidad de los argentinos de quedarse en casa para no contagiarse, lo que llevó a un mayor uso de servicios como luz, internet y televisión por cable y satelital. Por tal motivo, y viendo la situación económica, el Gobierno sintió la necesidad de declararlos “servicio esencial”, lo que significaba que en el presente año no podrían cortar el servicio por falta de pago ni producir nuevos incrementos de precios en los abonos mensuales.
Pero hete aquí que los “buenitos” de La empresa CCC hicieron caso omiso. No sólo aumentaron el abono, sino que descaradamente mintieron a los clientes sobre que iban a reintegrar al mes siguiente lo cobrado de más. La Compañía tucumana de Cable Circuito Cerrado, se pasaron el decreto presidencial por las… na-rices, y no sólo no devolvieron nada, sino que volvieron a cobrar la suba, que pasó de los $1.890 a casi $2.200.
El titular de la entidad defensora de usuario y consumidores (FODECUS), José García, explicó que por esta actitud deplorable, les reclamó a CCC el reintegro a sus clientes, puesto que está desobedeciendo un DNU Nacional. Asimismo, les pidió a los clientes que suspendan el pago hasta tanto la empresa re-facture el abono como corresponde.
García aclaró que tanto la Dirección de Comercio Interior (DCI) de la provincia como la Defensoría del Pueblo y el ENACOM tienen que resolver esta situación de manera urgente.
Descuentos indebidos
Pero no sólo empresas de servicios básicos y esenciales se abusan de la gente. Hace una semana, el secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Marcelo Sánchez, denunció un millonario fraude con descuento indebido en el sueldo de los empleados del Estado por parte del banco Macro. “Es una suma millonaria teniendo en cuenta que estamos hablando de descuentos de entre 200 y 400 pesos que desde más de tres meses se les hace a los trabajadores estatales, muchos de ellos que prestan servicios en el interior de la provincia”, dijo Sánchez.
El dirigente gremial explicó que tomaron conocimiento de la situación por la queja de los afiliados quienes observaron en las boletas del sueldo descuentos que no estaban justificados. Desde el Banco Macro no supieron establecer el origen de tal quita, teniendo en cuenta que recibieron las planillas de pago salarial confeccionadas desde el Estado provincial.
Por lo pronto, en un año donde no hubo paritarias, creció el desempleo y la pobreza, y muchas actividades laborales permanecen cerradas o trabajando a medias, no hay margen alguno para pagar ni un peso de más. No es que no se quiere, no se puede. Y los “canallas” que están al frente de todas estas compañías así lo deberían entender.
Una suba de sólo $120 para ellos puede resultar “un cafecito en un bar” (justificación burda del incremento dada por el gerente general de la SAT, Augusto Guraiib), pero para muchos tucumanos puede ser el almuerzo del día de toda su familia.