El incremento en combustibles ya estaba anunciado y se suma a una larga lista de modificaciones de precios que el gobierno no muestra intención de controlar
Las promesas de aumentos moderados en el sector petrolero duran hasta que se los permita la devaluación. Al menos así quedó demostrado con los ajustes en las naftas y el gasoil que aplicó hoy YPF, la mayor petrolera del país, bajo control del Estado. Las subas son del 5%, cuando estaba previsto que fueran del 3 por ciento.
Aunque una de las últimas gestiones del ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, había sido acordar con el sector un esquema paulatino de subas en los próximos meses, el empobrecimiento de la moneda local, que se acentúo en los últimos días, le volvió a poner presión a los surtidores. Eso se debe a que el petróleo, que representa un 80% del costo de los combustibles, tiene precio en dólares.
El resto de las compañías seguirá el movimiento de YPF, no sólo por una lógica histórica del sector, sino porque también tienen, desde su punto de vista, valores atrasados con respecto a los últimos movimientos del tipo de cambio local.