El Gobierno anunció que se frenarán los incrementos en las facturas por 90 días, lo que provocó la reacción de los empresarios del sector que aseguran que no pueden cubrir sus costos y ya venían denunciando faltantes de insumos clave para funcionar. El costo lo pagará el usuario del servicio.
La decisión del Gobierno Nacional de suspender por 90 días los incrementos en la medicina prepaga forma parte del paquete de alivio anunciado por el ministro de Economía, Sergio Massa, durante el fin de semana. Este paquete también incluye el pago de sumas fijas para empleados y jubilados. Esta medida ha generado preocupación en el sector de la salud. Los financiadores, que ya venían con aumentos autorizados que apenas seguían el ritmo de la inflación y enfrentaban dificultades por la falta de acceso a insumos, especialmente importados, ahora evalúan la posibilidad de implementar copagos e incluso recurrir a medidas judiciales.
“Hemos decidido suspender el incremento de la medicina prepaga por los próximos 90 días, para todos aquellos hogares cuyo ingreso no exceda los $2 millones”, anunció el titular de Hacienda en un video en sus redes sociales. “La idea es que el esfuerzo realizado por los trabajadores y el Estado se vea reflejado en una atención de salud que no afecte el bolsillo del trabajador”, agregó.
La noticia, según fuentes del sector, fue inesperada. Los empresarios no habían sido previamente informados ni consultados, y tras el anuncio, se vieron enfrentados a la perspectiva de un congelamiento de sus ingresos en los próximos meses, mientras sus costos continúan aumentando, al menos, al ritmo de una inflación creciente.
Según pudo saber este medio, la Confederación Unión Argentina de Salud–UAS, la entidad de tercer grado que nuclea a la mayoría de las Cámaras y Federaciones que a su vez agrupan a entidades que prestan servicios de salud a más del 70% de los argentino, está preparando una reunión inminente por este tema.
“Una suspensión transitoria de aumentos no resuelve –peor aún, agrava– el problema del financiamiento del sistema de salud”, destacaron desde una de las prepagas más importantes del país y destacaron que los aumentos de los insumos médicos llegaron hasta un 50% en el último mes. El sector habla de una crisis ya existente que se acrecienta aún más con este contexto.
“Las prepagas trasladaban automáticamente el 92% de sus aumentos a los prestadores. Con esta medida, no habrá aumento de aranceles a los sanatorios y centros ; tampoco habrá aumento de honorarios profesionales, lo cual profundizará el retraso de lo que cada profesional debe ganar. Se producirán problemas gremiales ante la imposibilidad de revisar paritarias. Se intenta solucionar un problema generando otro con el consecuente desfasaje entre los costos de las prestaciones médicas, honorarios, tratamientos, insumos, etc.”, destacaron desde esta empresa, una de las referentes del sector de la salud privada.
Todo lo anterior se va a traducir en un deterioro aún mayor del que está sufriendo el sector por un lado y la sociedad por otro. Ninguna de estas medidas declara que las empresas van a recibir alguna compensación tributaria ni de la Seguridad Social. Con los ingresos regulados y controlados y los costos prácticamente liberados estas nuevas medidas tampoco van a colaborar para mejorar la atención ni a preservar el bolsillo de los usuarios
Hasta el momento, el sector había acordado una indexación mensual por 18 meses en base a la suba del Índice de Costos o del 90% del RIPTE (salarios formales) para los que ganan menos de seis Salarios Mínimos, Vital y Móvil (SMVM). Del otro lado del mostrador, además, estaban forzadas a aumentar las tarifas que pagan a las prestadoras -clínicas, profesionales, centros de diagnóstico- por los servicios que reciben sus beneficiarios en hasta un 90% del aumento de sus ingresos por cobro de cuotas.
Siguiendo esa lógica, y sin aumentos en los ingresos por sus cuotas debido al congelamiento, ahora las prepagas creen que deberán frenar los aumentos a las prestadoras. De esa forma quedarán frenados los aumentos en los servicios de médicos, enfermeros, profesionales de diagnóstico, etc. Freno a aumentos en todos los servicios que una prepaga u obra social –las financiadoras– pagan a las empresas que prestan servicios de salud por el uso que le dan sus beneficiarios.
El conflicto que se generaría es evidente. Con prestadores que denuncian aumentos de precios de insumos, tanto los importados por las trabas cambiarias como los que están disponibles en el país por las subas de precios posteriores a la devaluación del 14 de agosto.
Insumos
Ya en el sector los problemas de insumos y de cobertura eran serios. Hace 10 días, las empresas del sector privado de la salud ya habían alertado por desabastecimiento y suba de precios de insumos médicos. La cámara Adecra-Cedim puso el foco en las dificultades para adquirir materiales descartables y medicamentos de uso habitual, y aseguraron que en el último mes hubo subas de precios superiores al 100 por ciento.
“A la crisis estructural de financiamiento que las instituciones vienen atravesando desde hace años, producto fundamentalmente de un descalce entre costos y aranceles, se suma la problemática coyuntural, que se agravó durante los últimos días y que tiene que ver con serias dificultades para adquirir insumos clave para la atención de los pacientes, como materiales descartables y medicamentos de uso habitual”, aseguró entonces el presidente de Adecra, Jorge Cherro.
“Todo esta problemática se da en un marco, a nivel nacional, de devaluación cambiaria e inflación, sumado a las características propias de las normas oficiales vigentes a nivel de comercio exterior, cambiarias y fiscales, que complejizan la operatividad diaria para el funcionamiento del equipamiento médico”, expresó el presidente de Cedim, Marcelo Kaufman.
Esta mañana en diálogo con Radio con Vos, Juan Manuel Ibarguren, titular de la Cámara de Medicina Oftalmológica, describió que “estamos en una coyuntura dramática, con un aumento sideral en los costos sobre todo en cuestiones tecnológicas. Los insumos, en el caso de la cirugía de cataratas, las que más se hacen, están faltando”.
Ibarguren dijo que el sector tenía “semáforo verde” del ministerio de Salud, pero que los proveedores no les entregan productos. “tenemos stock para una semana. Las cirugías de desprendimiento de retina o glaucoma son urgentes y pueden hacer que las personas pierdan la vista. Los proveedores hace meses que cobran en dólar blue, algo que es insostenible, pero además hay escasez. Las prepagas tampoco reconocen el aumento de los costos, y ahora, además, congelan. No va a haber reconocimiento alguno. Vamos a un esquema en el que los pacientes van a tener que empezar a cubrir parte de los gastos”, dijo el especialista.
fuente: infobae