Por Julio Denis-Las precipitaciones desnudaron la falta de acción del municipio capitalino en las tareas de mantenimiento de las bocas tormentas y desagües.
Pareciera una historia de nunca acabar, llega la temporada de lluvias y las acciones desde el municipio conducido por Germán Alfaro brillan por su ausencia.
Es lógico pensar que a sabiendas de las condiciones climáticas los trabajos se deberían llevar a cabo con la conveniente anticipación, pero podemos decir que las autoridades municipales no contemplan su función de manera lógica o al menos en busca del bien común de los pobladores.
Pocas bocas tormentas y desagües y cero obras pluviales son el fruto de una gestión que se encuentra más preocupada en perpetuarse en la gestión pública mediante el nepotismo.
A pesar que el municipio percibe el 3% del valor de las factura de la SAT para obras de desagües, dichas obras brillan por su ausencia.
La falta de cestos de basura en la vía pública le suma un problema a los anegamientos.
Quizás los vecinos del municipio tengan que esperar al 2023 para poder tener una gestión en serio, preocupada por los verdaderos intereses del pueblo y no por motivaciones mezquinas y egoistas.