En su visita a Tucumán, el Presidente Mauricio Macri se enojó con José Cano cuando se dio cuenta de la ubicación que le habían dado al concejal Agustín Romano Norri en la mesa de la reunión que encabezó con referentes del espacio Cambiemos en nuestra provincia.

“No hay peor sordo que el que no quiere oír”, dice el refranero popular. Esta expresión se ajustaba como anillo al dedo al presidente Mauricio Macri, quien prefirió quedarse en el hotel con referentes de Cambiemos antes que ir al tradicional Tedeum del 9 de Julio, que fue presidido por el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez. Con esa decisión, el presidente quería evitar el contenido de ese mensaje, que tuvo una dura crítica a la actitud del Gobierno con respecto al aborto, las drogas y la pobreza. Para que ocupara su lugar, Macri envió a su vicepresidente Gabriela Michetti, quien puso la mejor cara que pudo para aguantar la fuerte andanada del mensaje del prelado, quien estuvo acompañado por el cardenal Luis Villalba y el Obispo de Concepción, José María Rossi.
Para que no quedara tan en evidencia la decisión de eludir el mensaje de la Iglesia, Macri organizó un encuentro con los referentes de Cambiemos en el hotel desde donde lo trasladarían al acto en Casa Histórica, único evento del cronograma de actividades del que estaba previsto que participara -aunque finalmente estuvo en el inicio del desfile cívico militar-.
Macri pensaba redimirse de la ausencia en el mensaje que la Iglesia le dio al Gobierno en la Catedral, en el que subrayaba que “Toda Vida Vale”, en la histórica Sala de la Jura, en donde los congresales de 1816 declararon la Independencia de nuestro país. Se olvidó el presidente, o quizás no lo sabe, que del total de representantes de todas las jurisdicciones que en ese tiempo conformaban este territorio, fueron 16 los representantes de la Iglesia que dieron su apoyo al proyecto emancipador. Al punto que la mesa en donde se redactó y firmó el acta de la Independencia y el crucifijo que aparece en las pinturas de la época, se encuentran en el Templo de San Francisco.
A veces una imagen dice más que mil palabras. Eso es lo que pasó con una foto que se tomó en la Sala de la Jura -lo único que queda original de la Casa Histórica- en donde aparece un desorientado jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la vicepresidente, Gabriela Michetti, tapándose el rostro, visiblemente molesta por el duro mensaje de la Iglesia que le había tocado recibir a ella solita. Ocupó el lugar del Gobierno nacional. Sí, el que le correspondía por tradición y protocolo al Presidente. En el otro espacio, el de la provincia, estuvo el gobernador Juan Manzur y su esposa. El mandatario tucumano no la pasó mal, porque desde el primer momento se definió en contra del aborto, postura que sigue manteniendo públicamente, no sólo como gobernante sino también como médico.

La foto que lo hizo estallar
Quizás el apresuramiento con el que se organizaron las actividades extra oficiales, le jugó en contra al mandatario nacional, quien quedó más duro que Maradona en pose de momia, cuando se dio cuenta de que el diputado nacional José Cano había sentado a su lado al polémico concejal Agustín Romano Norri. No faltó el comedido que le avisó de esa situación cuando las fotos comenzaron a circular en las redes sociales y Macri le hizo saber de inmediato su malestar al ex titular del Plan Belgrano, quien no supo ensayar las justificaciones certeras sobre la presencia del joven y polémico edil. A Macri no le escapaba el hecho del flaco favor que le hacía semejante convidado de piedra a la mesa dirigencial que estaba presidiendo, toda vez que había omitido concurrir al Tedeum para evitar que se lo criticara por la iniciativa de debate sobre el aborto legal. Los escándalos de Romano Norri están en la memoria colectiva. El manoseo de una moza en un bar; el audio en el que trataba de ramera a Eva Perón y vivaba el cáncer; y el último episodio en el que se confundió de departamento al querer abrir la puerta de un vecino que ni siquiera vivía en el mismo piso. Macri se quedó con pocas ganas de regresar a la provincia. Sólo se llevó malos recuerdos.

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