A lo largo de su extensa carrera, la cantante desplegó un estilo marcado por los vestidos cortos y un peinado que la posicionó como una referente arriba y debajo de los escenarios.
Los artista se van y la música queda. Pero si hablamos de Tina Turner, quien falleció en la tarde este miércoles a los 83 años, habrá que decir algo más. Tal vez mucho más. La cantante se convirtió en un verdadero ícono de la moda y la música de los 80. Musa de diferentes estrellas, Tina llevó como un huracán una historia de vida muy fuerte sin descuidar el escenario, donde nunca dejo de lucir -así lo dijo Billboard- las piernas más “kinéticas de la industria”.
Seguramente sean decenas los looks los suyos, que ya son leyenda. Sin embargo, hay uno que marcó una generación de mujeres: la mini falda y la campera de jean.
Bautizada en el mundo como la “Reina del Rock and Roll”, la cantante y compositora estadounidense falleció en su casa ubicada en Küsnacht, en Suiza, en donde vivía hace años tras apartarse de los conciertos.
“Con su muerte, el mundo ha perdido una leyenda de la música y a todo un ejemplo a seguir”, declaró Bernard Doherty, su representante, tras dar a conocer la noticia.
Musa de Mick Jagger y faro de la moda desde su aparición en los años 60, Turner deslumbró en los estadios y las pasarelas más imponentes del mundo mostrando una amplia variedad de looks.
Siempre, con su exótica cabellera y sus piernas como estandartes en sus elecciones. “No hay reglas que digan que tienes que vestirte de cierta manera o ser de cierta manera. Estamos viviendo tiempos emocionantes para las mujeres”, había dicho la artista en 2009, en un extenso reportaje con el medio británico Express.
En esa frase podría definirse parte de su leitmotiv a la hora de presentarse ante el público, que siempre la aguardó con fervor no solo por su diverso cancionero sino también por sus vestuarios que siempre estaban a la altura de las circunstancias.
Sin dudas, los vestidos fueron una marca registrada en la carrera artística de Tina Turner, bajo la idea primordial de que sus piernas no podían estar escondidas. Cortos, largos o acompañados por chalecos y brillos de ocasión, esta prenda pudo observarse desde los tempranos años 60 hasta sus últimas presentaciones, que fueron en 2009.
Sobre sus piernas dan vueltas muchos rumores. Hay quienes dicen que la cantante las tuvo aseguradas por la astronómica cifra de 3,2 millones de dólares.
En los últimos años, fuera del estereotipo de que únicamente pueden lucir a la juventud, Turner optó por las transparencias y los accesorios brillantes en múltiples presentaciones. Algunos ejemplos son las lentejuelas, flecos y plumas con las que deleitó a sus fans.
Cabe recordar que en los años 80, muy pocas estrellas volaban a la altura de Tina Turner. Los hits ”What’s Love Got to Do With It” y “The Best” sonaban en todo el planeta y ella reventaba estadios en todas las latitudes.
Apasionada, incansable, sexual, apabullante y todopoderosa, la tremenda voz y la desbordante presencia de Turner entraron en la escena del soul y el rhythm and blues tirando la puerta abajo con otros temas como “A Fool in Love”. Con un estilo irreverente y a la vez misterioso que aplicó tanto para su arte como para sus looks, la estadounidense obtuvo 21 nominaciones a los Premios Grammy.
Uno de los vestidos más icónicos de Tina Turner fue el blanco y negro que lució a finales de la década del 90 para la gira Wildest Dreams.
Este ejemplar fue elaborado por Versace y estaba dotado con exclusivos cristales de Swarovski y un encaje que dibujaba a la perfección la postura inconfundible de Turner.
Por supuesto, la lencería era una parte fundamental de muchos de sus looks. No por nada, en una entrevista con El Mundo Turner confesó: “Me gusta la ropa subida de tono”.
Una declaración de principios que la acompañó durante toda su trayectoria.
“Mis favoritos son las faldas cortas -siguió Turner en aquel reportaje- ideales para bailar, porque tengo un torso pequeño y estoy mejor con una falda corta. Después de décadas luchando con mi cuerpo ya sé lo que me sienta mejor”.
“Soy un personaje público y me fotografían continuamente. La música no entiende de edades, sino de jovialidad y, cuando actúo, quiero que mis fans me vean pletórica, enseñando piernas, que para eso las tengo bonitas”, sumó.
La carrera cerró con trece discos de estudios que marcaron a muchísimas generaciones, junto a tres grabaciones en vivo. Las cifras aproximadas indican que Turner vendió más de 200 millones de discos.
Desde su último concierto en mayo de 2009 en Sheffield, en el Reino Unido, Turner permaneció refugiada en su residencia de Suiza. Meses atrás, la artista había recibido una fatal noticia, cuando se confirmó su hijo, el actor Roonie Turner, falleció en Los Ángeles a los 62 años.
*Con información de EFE