Por Fabián Seidán de Diario Cuarto Poder. Volvieron las denuncias de empleados públicos debido a extraños descuentos en sus haberes mensuales. Los estatales cuando fueron a los cajeros del Banco Macro a retiras sus sueldos se encontraron con menos dinero por descuentos indebidos cobrados por una aseguradora fantasma que nadie contrató y que ni saben siquiera qué asegura.
Frente a esta situación, los malhumorados trabajadores, pidieron la intervención inmediata de los distintos sindicatos y gremios que los nuclea para que les solucionen el problema.
Los empleados advirtieron que los descuentos que oscilaban los 300 y hasta 500 pesos, estaban relacionados con el cobro de un servicio de seguro que nunca pidieron ni brindaron ningún tipo de consentimiento, como para que comenzaran a debitarles pagos de sus haberes.
Planteo recurrente
Desde la Unión del Personal Civil de la Nación, hicieron las presentaciones correspondientes ante la entidad financiera para obtener más información y rechazar los descuentos irregulares.
El gremio reconoce que es un tema recurrente. Que muchas veces los empleados no se dan cuenta de los descuentos y pasan. Así, alguien se estaría llenando de dinero de manera ilegal sin ir preso.
“Es tremendo el choreo del banco. Un seguro que nadie contrata y que cuando vas a reclamar te indican que debes crear una clave telefónica y hacer el reclamo para que lo den de baja (al cobro). Te imaginas la gente que no entiende nada de esto, que no se fija el detalle de los haberes ni controlan el home banking de su cuenta; pierde”. Señaló un empleado molesto al ver el descuento.
La pregunta del millón: ¿El banco desconoce esto? O bien: ¿Cómo alguien (empresa, institución, mutual, persona física etc.) puede comenzar a cobrar un seguro a clientes del banco sin que el banco lo sepa? O bien ¿El banco siempre va a descontar a sus clientes fondos cuando alguien se lo pida? ¿Así de fácil es?
“El cliente siempre tiene la razón…” (No en el banco)
Ah, pero si alguien que tiene su cuenta en el Banco quiere ir a cobrar el total del sueldo a un cajero humano le ponen mil trabas, desde sacar turno a explicar el motivo de tal decisión, siendo que el dinero que manejan es de uno, y uno es dueño de pasar por el cajero humano cuando lo crea conveniente y sin más trámite. La pandemia ya terminó y todos (salvo los hospitales) trabajan ya con normalidad.
El banco debería ser más cuidadoso con su cartera de clientes puesto que resulta un despropósito tales descuentos. Un simple ejercicio: al manejar el sueldo de 100 mil empleados públicos y permitir que se les debite indebidamente 500 pesos, da un total de 50 millones de pesos por mes. ¿De quién es el negocio?
Si bien la mayoría de las veces cuando se hace el reclamo se devuelve el dinero, alguien hizo trabajar esa gran cantidad de dinero durante una semana, por lo que un buen interés obtuvo.
“¿Por qué tengo que ir a desmentir el pedido de un seguro? El seguro debería tener que pagar o indemnizar al cliente por haber hecho pasar un mal momento por el descuento indebido”, señala otro ofuscado trabajador que agrega: “Mientras pasa el tiempo para que se resuelva el reclamo, el banco y la supuesta aseguradora trabajan con plata de uno”.
“Lo hicieron antes, lo hacen ahora y lo seguirán haciendo”
En noviembre de 2020 ya había pasado algo similar: hubo descuentos indebidos a estatales.
Fue como el juego del “gran bonete”: nadie se hacía cargo de los 11 millones de pesos descontados a 17 mil empleados del Estado por parte de una empresa de cobranza a nombre de una mutual a la que nadie se afilio.
Sorpresa y media
La última semana de noviembre 2020, Tucumán era noticia por la denuncia realizada por el gremio docente de ATEP, sobre descuentos indebidos de la cuenta sueldo de empleados estatales en el Banco Macro, realizados por una empresa de cobros (ASTROS SAS) a pedido de una mutual (Orgullo Regional Tucumano) a la cual ninguno de los damnificados estaba afiliado.
La estafa fue tal (se contabilizan 17 mil damnificados por un monto total de 11 millones de pesos) que debieron intervenir la Ministra de Gobierno y Justicia de la Provincia, Carolina Vargas Aignasse y el Defensor Del Pueblo, Fernando Juri Debo; para tratar de poner blanco sobre negro en el caso e individualizar a los responsables para que devuelvan todo lo descontado.
Responsables y responsabilidades
Los responsables no aparecieron nunca y sólo el dueño de la empresa que hizo la cobranza: ASTROS SAS, Sebastián Fares, dio la cara. No sirvió de mucho, porque lo único que buscó es deslindar su responsabilidad en la estafa y aclarar que lo cobrado por el servicio prestado, él no lo va a devolver. Como tampoco el Banco Macro, pese a que los descuentos a los empleados estatales se hicieron a través del sistema de homebanking de la entidad financiera.
¿Y por qué se afirma que el Banco Macro no devolverá el dinero descontado a los damnificados? Porque así lo reconoció Fares al explicar la cadena de responsabilidades en la maniobra de estafa.
“A nosotros nos contrató la Mutual Orgullo Regional Tucumán, por el servicio de débito para sus afiliados. Hay gente que se queja ya que no es afiliada a esa mutual, pero nosotros no lo podíamos saber. Eso no es problema de nuestra empresa”, comenzó diciendo Fares para rematar: “El Banco Macro no les va a devolver el dinero. El que se lo tiene que devolver es la Mutual”.
Sellado y “abrochados”
Fares también explicó cómo trabaja su empresa, remarcó que hay un convenio firmado ante escribanía y que todos los descuentos que realizaron fueron “legales”.
“Nosotros somos una empresa que brindamos un servicio de cobro por débito a todas aquellas empresas, mutuales, o cooperativa que no tengan sistema de cobranza y quieran tener un sistema de débito para poder descontar por los servicios que ofrecen. En este caso, la Mutual Orgullo (Regional) Tucumano firmó un convenio certificado con escribano con ASTROS SA, cuya copia fue presentada en el Banco Macro para que comencemos a descontar un determinado monto a una serie de personas que figuraban en un archivo entregado por la mutual”.
¿Ahora bien, la Mutual Orgullo Regional Tucumano de dónde sacó lo datos de los empleados?, ¿Es tan fácil armar una carpeta, entregar un archivo y comenzar a descontar fondos a clientes de una entidad bancaria? ¿El Banco Macro actuó con negligencia o connivencia?
Facilidad para estafar “legalmente”
Aquí hubo o negligencia o connivencia entre tres o cuatro partes intervinientes para que haya estafa: la Mutual, ASTRAS SAS, el Banco Macro y la escribanía. Ninguna se tomó un minuto para analizar si el convenio firmado y sellado para realizar los descuentos a los trabajadores estatales era legal. Ni siquiera si los actores o intervinientes habían declarado un domicilio real. Como vimos, ni la mutual, ni la empresa cobradora tienen alguna oficina habilitada en las locaciones expresadas en el convenio.
Hay una Ley (25.326) que tiene por objeto la protección de los datos personales asentados en archivos, registros, bancos de datos, u otros medios técnicos de tratamiento de datos, sean éstos públicos o privados, para garantizar el derecho a la intimidad de las personas, así como también el acceso a la información que sobre las mismas se registre, de conformidad a lo establecido en el artículo 43, párrafo tercero de la Constitución. ¿Entonces cómo pueden filtrarse las cuentas de los empleados para que se le realicen descuentos indebidos por mutuales fantasmas?
No es la primera vez ¿ni la última…?
El 9 de octubre de ese año publicamos también en CUARTO PODER una nota sobre “las cinco empresas más canallas del 2020 en Tucumán” y ahí surgió que empleados estatales ya eran víctimas de descuentos indebidos en el Banco Macro. Es que con la boleta de sueldo de septiembre, el secretario General de la ATE, Marcelo Sánchez, denunció un millonario fraude con descuento indebido en el sueldo de los empleados del Estado por parte del Banco Macro. “Es una suma millonaria teniendo en cuenta que estamos hablando de descuentos de entre 200 y 400 pesos que desde hace más de tres meses se les hace a los trabajadores, muchos de ellos que prestan servicios en el interior de la provincia”.
Como en el viejo juego de niños “El Gran Bonete” (donde todos mienten, engañan y fingen no ser culpable o responsables frente a la acusación de un robo o una pérdida) aquí pasa algo similar: Nadie se hace cargo, todos niegan todo y, lo peor, hay un flagrante ejercicio de irresponsabilidad.