El padre de un joven que fue asesinado a sangre fría por delincuentes aseguró que su hijo fue víctima de la inseguridad que reina en Tucumán.
José Arroyo está convencido que a su hijo lo “mató” la inseguridad que hay en Tucumán y que la Policía, la Justicia y el Gobierno no controlan.
Lo dice porque su hijo si bien habría sido asesinado por dos o más personas que le quisieron robar, también son culpables de que no esté vivo el hecho de que el taxista que los llevaba por ese barrio peligroso (Ampliación Miguel Lillo) no quiso seguir el viaje y los hizo bajar porque tenía miedo que le robaran; sino también la ambulancia que debía asistirlo tras ser herido a balazos, porque se demoró en llegar al lugar porque no contaba con custodia policial.
“No merecía tener un final así”, dijo el padre de la víctima de un homicidio ocurrido el sábado.
Arroyo, de 26 años, había salido el viernes a la noche junto a un amigo. En la madrugada del sábado, ambos decidieron ir a visitar a una amiga en común. Se bajaron del taxi y decidieron recorrer a pie la calle Camino a San Pablo. “Los chicos descendieron pasando un canal, caminaron media cuadra y ahí los agarraron”, comentó el padre.
Según contó el amigo de la víctima, en una gomería observaron a un grupo de jóvenes. No los miraron y siguieron caminando. No terminaron de caminar 10 metros y fueron rodeados por los desconocidos. “Hubo un forcejeo. El compañero de Javier pudo salir corriendo. Mi hijo pretendió hacer lo mismo, pero cuando escapaba le dispararon. El proyectil le ingresó por la nuca y quedó en el piso. Nos contaron que otra pareja llamó al 911 y al 107. Los policías fueron al lugar del hecho y como no había uniformados, la ambulancia se negó a ingresar al barrio. Se perdieron minutos muy importantes”, agregó Arroyo.
El comisario Luis Rondoletto, jefe de la seccional 13, informó que están trabajando para dar con los autores.La hipótesis más fuerte que manejan es que los desconocidos intentaron robar a los amigos, pero como estos se resistieron, les terminaron disparando. Por el momento, los autores no fueron identificados.
fuente. lagaceta