Por Ricardo Rivas* para Diario Cuarto Poder / Literatura que golpea el corazón. Los altos niveles de emotividad alcanzados en la presentación del libro “Los guantes amarillos”, de Manuel Rivas, conmovieron a propios y extraños en el Mayo de las Letras.
Expectativa y tensión en el inicio
La carpa mayor del Mayo de las Letras, denominada auditorio Hugo Foguet, estaba lista. En sus lugares, la prologuista Nancy Olivera, y la presentadora María Belén Aguirre. Delante de la mesa un encordado verde hacía las veces de ring.
Solo faltaba el autor, Manuel Rivas, que hasta unos minutos antes de la hora pactada para la presentación de los guantes amarillos, saludaba a los presentes y se sacaba fotos con una vestimenta más adecuada para ir a caminar por la plaza Urquiza.
No apareció ni aún cuando el conductor, Felipe Maidana, anunció a los protagonistas y la proyección del video sobre el cuento que da título al libro, autoría del realizador audiovisual, Andrés Kischner y de la escritora María Belén Aguirre.
Impactante aparición
Una vez finalizado el video, Maidana anunció el esperado momento de la entrada de Rivas, a quien anunció como si fuera un boxeador retador del título argentino, mientras sonaba la música de “Tanguera”, de Mariano Mores.
Esa banda sonora, también usada en el video, le dio una suerte de continuidad. De pronto, el autor apareció vestido para el combate y enfundado en una bata profesional de boxeo, ante la atónita mirada del público.
Parecía que se avecinaba un verdadero combate. El público comenzó a aplaudir y vivar al escritor, quien tomó ubicación en medio de sus dos presentadoras que, pese a conocer lo que iba a suceder, también fueron sorprendidas.
La estética boxística
Durante toda la presentación, se mantuvo una estética de velada boxística, debido a que se utilizaron los tradicionales carteles que marcan el inicio de cada round -fueron nueve en total- que fueron mostrados por diversos espectadores.
A medida que el conductor decía el número de round, el espectador al que le había tocado en suerte, se ponía de pie y lo mostraba, mientras que esa acción iba acompañada por el sonido de una campana que estaba para cumplir esa función.
Al respecto, Manuel Rivas explicó que aunque si bien se trataba de imitar la estética de un combate de boxeo, los que levantaban los números eran personas elegidas al azar y se evitaba con ello cosificar a la mujer, como sucede en las peleas.
Pablo Donzelli y la coincidencia de proyectos
Uno de los referentes de Editorial La Papa, Pablo Donzelli, agradeció al público por su presencia y dijo: “gracias por este momento tenso en donde no sabemos cuál va a ser nuestra relación con la lona”.
“Estamos muy felices desde la editorial de habernos encontrado con Manuel (Rivas), haber escuchado su proyecto y que coincida con el nuestro”, sostuvo el editor quien desafió a los lectores en la contratapa a adivinar los finales de los cuentos.
“Estamos muy felices de que se concreten las cosas, muy agradecidos con Belén (Aguirre) y con Nancy (Olivera) y espero que disfruten como yo. Muchas gracias”, cerró Donzelli ante el aplauso de los presentes.
Nancy Olivera, una prologuista emocionada
Luego fue el turno de la prologuista Nancy Olivera, quien además de contar el modo virtual con el que conoció al autor, en sus participaciones en los Mundiales de Escritura y el Taller Repentista que dirige Inés Cortón, destacó su generosidad.
Habló sobre la naturaleza poética del autor al expresar que “(…) las ideas, las imágenes, los objetos, los ruidos, (…) todo lo que afecta o toca el corazón de Manuel, es transformado maravillosamente en poesía (…)”.
También dio detalles de cómo le llegó la tarea de prologar el libro, los cambios realizados por Rivas, para dar paso a un detallado recorrido sobre los cuentos que más le impactaron y cuyas características fue revelando parcialmente.
Por último, cerró con una emotiva dedicatoria:
Manuel:
“No sos un boxeador cualquiera.
Das tus batallas cotidianas
en la vida y por la vida.
Tu único escudo son las palabras.
Tus golpes más certeros, tus crónicas e ironías.
Tu logro más preciado, tus historias y tu poesía”.
Nancy Olivera
Otra performance con María Belén Aguirre
Una vez finalizada la presentación de la prologuista, Nancy Olivera, que dejó encendidos aplausos de devolución del público, se dio paso a una nueva performance, al revés que la realizada en la 46° Feria Internacional del Libro.
En esta oportunidad, la escritora tucumana también leyó el Decálogo del Boxeador, y otros poemas de su autoría relacionados con el mundo boxístico mientras el autor de “Los guantes amarillos” se quitaba los guantes y las vendas de sus manos.
Cuando la notable autora tucumana, ganadora del Premio del Fondo Nacional de las Artes 2020 por su libro “Siamesas”, terminó de leer “Telegrama de la supervivencia”, Rivas culminó su tarea y se inició el diálogo sobre el libro.
Un rico diálogo que cautivó al público
La charla que mantuvieron María Belén Aguirre y Manuel Rivas no tuvo desperdicio, porque la autora tucumana hizo referencia a Unamuno y su diferenciación entre los tipos de boxeadores, además de alusiones y comparaciones con Cortázar.
Se refirieron al título del libro y al hecho de que los guantes fuesen amarillos. El autor explicó que el cuento se construyó sobre una base real pero que los contendientes eran ficticios y que el color aludía a la mala suerte del protagonista.
Aguirre coincidió con Olivera en la fuerza de los relatos relacionados al rol de la mujer como protagonista, como en “La fundación de Uriya” y “Los vientres”. Rivas explicó cómo fue la construcción de éste último y su polifonía de voces.
La magia musical en la voz de Cristina Bozñak
Subió posteriormente al escenario del auditorio Hugo Foguet, la cantante Cristina Bozñak, quien deleitó con su interpretación de una canción de la banda sonora de la película “Cinema Paradiso”, para poner primera a una magnífica actuación.
Los aplausos fueron justo tributo antes del inicio de la segunda canción, “Sobre el arco iris”, en donde la intérprete aclaró que era la traducción al castellano y se refería a los sueños, como los que tienen muchos personajes de Rivas.
Ya se retiraba del escenario cuando el aplauso del público la hizo regresar para cantar un tema propio -que integrará su próximo trabajo discográfico- “A la distancia”, con la advertencia de estrenarlo porque está recién grabado.
Asociación Ilícita de los Poetas Muertos
Los escritores Gustavo Díaz Arias y Verónica González, quienes fundaron junto a Manuel Rivas la Asociación Ilícita de los Poetas Muertos “Alejandra Pizarnik”, se refirieron a las escritoras Susana Gianfrancisco, Inés Cortón y María Belén Aguirre.
Explicaron que la asociación surgió como algo lúdico y anticiparon la primera actividad para el 18 de junio próximo. Señalaron que podrán integrar todos ese nuevo espacio y anticiparon que hay escritores de Angola, Francia y España.
“Desde un principio estuvieron en nuestras cabezas Inés Cortón y María Belén Aguirre y por suerte conseguimos que se sumen, o sea que ahora somos cinco”, señaló Díaz Arias, que dejó abierta la puerta para más incorporaciones.
Lectura de dos cuentos
Aguirre retomó la exposición con lo imprevisible. Señaló el cuento “Los mensajeros” como un ejemplo de ellos. “Es un deleite, quiero agradecerte ese cuento” dijo y luego Rivas le propuso que lo leyera como “una muestra gratis”.
La lectura fue seguida con una atención y un silencio que llamó la atención de la propia Aguirre. El público compartió el suspenso del relato y se distendió y sorprendió con el sorpresivo final.
Luego, Manuel Rivas, para poner la cuota de humor -varias veces subrayada en la presentación- dio lectura al cuento “El llamado de Francisco”, que generó sonoras risas entre los presentes.
La voz del Ente Cultural por Horacio Elsinger
Fue el director de Letras del Ente Cultural de Tucumán, Horacio Elsinger, quien ya a modo de cierre, profundizó la metáfora boxística de la velada, y citó al escritor argentino Roberto Arlt, quien tocaba temas populares como Rivas.
Subrayó que el mítico escritor sostenía que había dos cuestiones fundamentales para ser escritor, la primera de ellas era el trabajo constante, al que comparó con el entrenamiento de un boxeador, que cuanto más duro mejores resultados da.
Y por último, la sorpresa del relato que tiene que ser como un cross a la mandíbula. “Solo les advierto a los futuros lectores: prepárense para el cross de mandíbula de Manuel”, afirmó y despertó grandes aplausos.
El mensaje final
Por último, anunciaron las palabras finales del autor. Rivas se puso de pie, junto sus manos, meditó unos segundos y refirió su sueño de la infancia de subirse a un ring literario, alimentado por maestros, profesores y su madre.
Sobre ella dijo que siempre decía: “mi hijo va a ser escritor” y lo relacionó con la facilidad con la que escribía las composiciones que le pedía su maestra en la escuela. Pero el homenaje final lo dejó para su padre.
Recordó una anécdota que involucraba a la pérdida de un juguete, un boxeador, en la infancia y la expresión final sobre el reencuentro de ese tesoro perdido ante la insensatez de los adultos, en el más allá convertido de nuevo en niño.
*Periodista de la Redacción de Diario Cuarto Poder.