La película que recrea el crimen de Fernando Pastorizzo tiene algunas inconsistencias. El detalle de la causa y todas las versiones que dio la condenada mientras se espera el fallo de la Corte Suprema.
Nahir Mariana Galarza asesinó de dos disparos a su novio Fernando Pastorizzo el 29 de diciembre de 2017 a las 5.18 de la madrugada en Gualeguaychú, Entre Ríos. Esto es lo que reconstruyó la Justicia y lo que quedó plasmado en la sentencia contra la joven, en ese entonces de 19 años, a prisión perpetua. Ese fallo, luego, fue confirmado por todas las instancias de la provincia y ahora se encuentra en revisión en la Corte Suprema de Justicia de La Nación. Durante la investigación, la condenada dio cuatro versiones diferentes del hecho, contrarias una con la otra.
Todo esto quedó plasmado en una película protagonizada por la actriz Valentina Zenere y estrenada en las últimas horas. Sin embargo, en los casi 100 minutos que dura el film, se ven omisiones u errores poco fieles con el expediente judicial.
Es prudente comenzar por las distintas versiones de lo sucedido que dio Nahir. Algunas de ellas reflejadas en la película. Luego de cometerse el crimen, ella volvió a su casa. A las 10 de la mañana de ese 29 de diciembre, fue citada por la Justicia para entregar una primera declaración testimonial, ya que ella había sido la última en estar con Fernando. Allí contó que lo había visto porque ella se había olvidado un celular en la casa de su novio y lo había ido a buscar y no mucho más. Negó haber compartido mucho más tiempo. Mentía.
Ese mismo 29 de diciembre, a las 23, Nahir junto a su padre, el policía Marcelo Galarza, y un abogado, decidieron ir a la fiscalía a entregarse y confesar. Probablemente, sea la única vez que Nahir dijo la verdad en todo el proceso. Sin vueltas, soltó: “Yo lo maté”. Explicó que, primero, ella fue a la casa de Pastorizzo a buscar su cargador de celular, que luego fueron en la moto de Fernando a la vivienda de los Galarza y que, una vez allí, tuvieron relaciones sexuales.
Luego, agregó que le pidió a Fernando que la llevara a la casa de su abuela en moto y que, antes de salir, tomó el arma reglamentaria de su padre a escondidas y la ocultó en una campera. Después, narró que al llegar a destino, simplemente, lo mató.
En otro tramo de esa segunda declaración, le demostró al fiscal Sergio Rondoni Caffa que sabía como usar un arma, que tenía conocimientos de como montarla y desmontarla. Todavía quedaban dos cambios más en su relato de los hechos.
En junio del 2018, durante el juicio, Nahir utilizó su derecho a defenderse para contar que en realidad era Fernando quien había tomado el arma de manera amenazante y que, una vez en la moto, ella se la logró sacar y se le escapó el primer disparo. Usó la palabra “aturdida” para referirse a su estado en ese instante. También señaló que seguía “aturdida” al momento del segundo balazo, que se produjo de manera precisa y a una distancia menor a los 20 centímetros.
Los jueces no se le creyeron y la condenaron en ese debate oral a prisión perpetua. Nahir se convirtió en ese momento en la mujer más joven en ser condenada a esa pena. Pero faltaba un cambio de versión más.
En 2022, denunció antes la fiscalía que, en realidad, fue su padre quien mató a Fernando. Lo fundamentó en señalar que, cuando estaban en su casa, habían peleado, que Marcelo Galarza había escuchado la discusión y decidió seguirlo con su auto mientras ellos iban en la moto hasta que, en un momento, frenó, le sacó el arma a Fernando y lo mató. Esta cuarta y última versión fue descartada de plano por la justicia por resultar inverosímil.
Todas estas versiones están reflejadas en la película con mayor o menor intensidad. Sabido esto, es momento de adentrarse en aquellos errores u omisiones.
Luego de asesinar a Fernando, Nahir regresó a su casa. En la escena ficcionada se ve que ingresa tranquilamente, y sin que nadie la vea. No fue así. Durante el juicio declaró un joven vecino y conocido de la condenada llamado Joaquín Osorio Cadot. Dijo que aquella madrugada la vio: “Tenía una risa, una risa que me llamó mucho la atención en su momento porque nunca la había visto así. Tenía algo en la mano”.
Durante toda la película se muestra a Fernando, previo al crimen, en la casa de los Galarza manipulando y “jugando” con el arma reglamentaria del padre de Nahir. Sin embargo, tanto en los alegatos de los fiscales y de los abogados de la querella, esto quedo desacreditado. Según diversos testigos, Pastorizzo “nunca manejó armas e, incluso, les tenía miedo”.
En otra escena de la película, una de las primeras, se muestra el cumpleaños de 15 de Nahir, celebrado cuatro años antes del crimen. Allí se muestra una escena en donde su tío, con aires libidinosos, quiere bailar el vals con ella y la expresión de la joven cambia y la sonrisa se borra de la cara. Al finalizar el film, se aclara que Nahir denunció a su tío por abuso sexual. Lo que no se dice, quizás por una cuestión de tiempos, es que la justicia entrerriana sobreseyó a ese hombre.
“Se resolvió el sobreseimiento por no poder contar ya con prueba incriminante. No se podía avanzar hasta un juicio en que no se podía acreditar la versión de la denunciante”, confiaron fuentes judiciales a Infobae.
Otro punto importante tiene que ver con el penal donde está encerrada Nahir actualmente en la ciudad de Paraná. La película empieza con una recreación de la entrevista realizada a la condenada por la conductora Mariana Fabbiani y, luego, en un plano secuencia, se observa una cárcel casi que de máxima seguridad, con muchos guardiacárceles, celdas con barrotes y puertas de gran porte. Sin bien puede tomarse esto como una licencia de la ficción, nada está más lejos de la realidad.
El penal de mujeres de Paraná es muchísimo más austero. Se asemeja más a una escuela en mal estado que a la cárcel recreada. La entrada está casi sin vigilancia, las reclusas tienen un patio donde pasar el día y las penitenciarias no son tantas.
En otro momento del film, hacen referencia, casi al pasar, a un viaje a Brasil realizado por la familia Galarza con Fernando Pastorizzo. Esto no fue un detalle ni en el expediente ni en el juicio. Fue una prueba clave para demostrar que entre los dos jóvenes existía una relación. Por eso, a Nahir se la condena por homicidio agravado, entre otras cosas, por el vínculo, lo que convirtió la pena en una prisión perpetua.
Por último, en muchos tramos de la película, Pastorizzo es mostrado como una persona violenta. Si bien es cierto que entre los dos existía una relación tóxica en donde se dejaban de hablar y luego volvían a hacerlo, donde se bloqueaban mutuamente y donde se hacían cientos de llamadas perdidas por día, no quedó probado que la víctima haya sido violento con su asesina.
De hecho, lo que sí quedó comprobado es que el 25 de diciembre de ese año, cuatro días antes del crimen, Nahir y su amiga Sol le pegaron a Fernando en el boliche Bikini y lo dejaron malherido. Incluso, golpearon su cabeza varias veces contra la pared. Esto quedó registrado en un audio que Fernando le envió, llorando, a sus amigos.
En base a testimonios de amigos, familiares y conocidos, en el alegato tanto del fiscal como del abogado de la mamá de Fernando, Rubén Virué, quedó expresado que la víctima era “una persona tranquila, compañera, solidaria, alegre y que contaba con proyectos, familiares y amigos”.
La sentencia está siendo revisada por la Corte Suprema de Justicia. En caso de que el máximo tribunal confirme la condena, Nahir Galarza permanecerá detenida hasta los 54 años.