Por Marcelo Pérez (para DIARIO CUARTO PODER)
Al parecer, quienes practican esta religión en Argentina, no pueden contagiarse del virus mortal ni transmitirlo, pues el gobierno les permite romper el aislamiento social obligatorio y concurrir a las sinagogas para practicar rituales de su culto. Otros son castigados severamente si salen a la esquina.
Mientras que a la totalidad del pueblo argentino lo tienen confinados en sus casas y son punibles a severas multas y castigos si osan salir siquiera a comprar pan sin la bolsita, otros sectores de la sociedad gozan de permisos excepcionales. Los judios.
No es que esté en contra de los judíos. Simplemente que la justicia debería ser igual para todos los que habitamos este bendito país. Nadie debe tener “coronita”. Es que los judíos ortodoxos lograron obtener permisos especiales para salir de sus casas y concurrir a las sinagogas para hacerse el “baño”, un ritual del judaísmo dentro de las sinagogas (iglesia) y que se llama Mikve. Se trata de un baño íntimo “necesario” para que las parejas que practican esta religión puedan tener contacto íntimo carnal. (Y no pueden esperar para darse el baño, tan necesitados están de tener relaciones sexuales?).
Según se supo, el permiso gubernamental lo logró tras una gestión de rabinos influyentes, luego de que días atrás se produjeran incidentes con un grupo de judíos cuando la policía realizó un allanamiento en una sinagoga donde estaban reunidas decenas de practicante de dicha fe, pese al estado de cuarentena total.
“Ley pareja, no es rigurosa”, dice un refrán muy conocido, y en tiempos de pandemia no debería haber excepciones, salvo casos de máxima necesidad. Por ejemplo, muchos católicos están sin poder confesarse, ni asistir a misa, porque la crisis del coronavirus y la necesidad de aislamiento de las personas lo impiden. Y no se olviden que los Cristianos estamos en La Cuaresma (dura 40 días y es un tiempo para prepararse para recibir la Pascua. Comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo) y necesitamos también ir a la Iglesia (pero están cerradas por la pandemia y el aislamiento obligatorio).
Esta nota es un alerta para todos, puesto que hay información internacional que reconoce que los mayores puntos de infección de coronavirus detectados en territorio israelí fueron los templos (las sinagogas) como el principal foco de propagación del virus, seguido de centros comerciales, restaurantes, hoteles, centros de estudio religioso y clínicas médicas.
Hay que ver que muchos judios viven en edificios, y comparten puntos comunes con otras personas, poniendo en riesgo a todos en medio de la cuarentena obligatoria.
El cumplimiento estricto de la cuarentena tiene su capítulo en la religión. La cuarentena estableció que “no podrán realizarse eventos culturales, recreativos, deportivos, religiosos, ni de ninguna otra índole, que impliquen la concurrencia de personas”, salvo que tengan que circular a los efectos de brindar asistencia espiritual.
Pero parece que hay sectores de la sociedad que tienen “coronita” y no corona-virus.