El padre Charbel Chahine, de la Orden Libanesa Maronita (OLM), enfatiza esa precisión debido a que muchos tucumanos desconocen que los maronitas son Católicos y sólo se diferencian en algunos aspectos de su rito. Los festejos que se llevarán a cabo en setiembre por los 100 años de la Parroquia de San Marón.
Hay millones y millones de católicos en el mundo con unos 23 ritos aprobados por Roma. En nuestra provincia, podemos conocer uno de ellos en la parroquia de San Marón, ubicada en la esquina de Santiago del Estero y Junín. Allí, el padre Charbel Chahine, quien pertenece a la Orden Libanesa Maronita (OLM), y sostiene que “somos parte de la Iglesia Católica, con rito oriental. Formamos parte de la comunidad católica mundial y surgimos en el Líbano en donde difundimos la doctrina cristiana”.
Agregó que “éramos una orden religiosa como los benedictinos, por ejemplo, y después de la muerte de San Marón continuamos con el fortalecimiento de nuestro accionar. Surgimos como monjes conventuales, pero fuimos evolucionando”.
El religioso señaló que “las persecuciones del siglo XIX motivaron que muchos libaneses se exiliaran y buscaran países católicos, para preservar la doctrina y tradiciones. Uno de los lugares elegidos fue Argentina, que recibió a muchos inmigrantes”.
Una misión importante
El padre Charbel Chahine se encuentra hace poco más de un año al frente de la parroquia de San Marón, y tiene por delante dos desafíos importantes. Uno de ellos es la búsqueda de familias de origen libanés en nuestra provincia, a fin de que se sumen a la comunidad católica de rito oriental que ellos representan. “Estoy visitando a varias familias. La idea es que participen de nuestra comunidad. Es una tarea que se desarrolla de manera lenta, pero obtenemos resultados positivos”, sostiene el padre, con una sonrisa permanente que irradia optimismo.
“Queremos que las familias libanesas y sus descendientes sepan sus raíces y que, con el entusiasmo propio que tienen los argentinos, participen de la vida de nuestra comunidad”, subrayó el padre Chahine, quien reconoció mucha ayuda de sus pares de rito católico latino al afirmar que “nuestros colegas nos ayudan porque cuando detectan a descendientes de libaneses los envían a nuestra parroquia o nos llaman para que vayamos, en especial en un sacramento tan importante como el matrimonio”.
El segundo desafío es la organización de los festejos por los cien años de la parroquia en nuestra provincia. “Este año la parroquia cumple un siglo y lo vamos a festejar con diversas actividades el 14, 15 y 16 de setiembre, con la presencia de nuestro arzobispo monseñor Carlos Sánchez, autoridades de la Orden Libanesa Maronista, obispos y amigos de nuestra comunidad”, anticipa el sacerdote.
“Queremos que los tucumanos nos conozcan y estas celebraciones nos darán esa posibilidad. Nuestro rito no difiere demasiado. Por ejemplo, la consagración del pan y el vino la hacemos en arameo, que era el idioma que utilizó Jesús”, grafica el religioso en la charla con Diario Cuarto Poder.
Sobre su relación con el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, sostuvo que “su labor pastoral es importante y nos da gran participación. Además envía a los seminaristas para que aprendan el rito maronita”.
A tal punto hay participación y diálogo fluido, que en las marchas denominadas “Por las dos vidas”, los maronitas tuvieron una colorida presencia, con las banderas del Líbano.
“Monseñor Sánchez tiene un estilo propio y, cuando nos ve en las calles, dice: vengan changos maronitas”, relata el sacerdote, quien agrega: “ese afecto especial que nos tiene nos llena de alegría y nos lleva a trabajar con más fuerza que nunca”.
Tucumán parecido al Líbano
El padre Chahine, a lo largo de su labor pastoral, ha estado en distintas partes del mundo, tanto en Europa como en América. A su llegada a nuestra provincia se dio con una grata sorpresa referida al parecido de la geografía provincial con su amada patria. “Tucumán es muy parecido al Líbano, por su naturaleza, sus montañas. Me siento como en casa”, sostiene el padre, quien también refleja que Tucumán tiene el doble de superficie de su país, que cuenta con unos 10 mil kilómetros cuadrados con respecto a los más de 22 mil kilómetros cuadrados de nuestra provincia.
Sobre su experiencia de vida y la primera vez que oyó hablar de Argentina, el padre sostiene que “cuando iba a la escuela estudiábamos los grandes inventos y entre ellos había muchos argentinos, por lo que siempre quise conocer este país”.
En cuanto a su permanencia, explicó que “permanecemos entre tres o cuatro años en nuestros destinos. Quiso Dios que estuviera en Tucumán para celebrar el centenario de nuestra parroquia, que comenzó a construirse en 1916, se inauguró en 1918 y se terminó de construir en su totalidad en 1924, durante la Presidencia de Marcelo T. de Alvear”.
Sobre la historia viva de esos acontecimientos, el sacerdote comparte todos los hallazgos concretados. Hay dos pergaminos que serán restaurados por profesionales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y serán expuestos, con las firmas de aquellos que colaboraron y participaron de la construcción y posterior inauguración.
Esos tesoros que alejan cualquier posibilidad de olvido, se potencian con la inclusión de ese histórico edificio en un recorrido para los visitantes, por parte del Ente Tucumán Turismo (ETT). El padre agradece a las autoridades de ese organismo autárquico, porque “nos da la posibilidad de hacer conocer nuestra presencia y labor en estos primeros cien años de la parroquia”.
También destacó que el gobernador Juan Manzur es un asiduo concurrente a misa, porque pertenece a la comunidad maronita, debido a sus antecesores libaneses.
“Seguramente el gobernador participará de las celebraciones tan importantes que tenemos este año, siempre que sus obligaciones se lo permitan”, subrayó el padre con el orgullo de contar con el mandatario entre los miembros activos de su comunidad.
“Tenemos cuatro santos”
Una breve recorrida por el interior de la parroquia nos acerca un poco más al conocimiento de los maronitas. Las imágenes dan pie a otra revelación: “tenemos cuatro santos canonizados por Roma: San Marón, San Nemtalah, San Charbel y Santa Rafqa, además del beato Fray Esteban”.
La belleza de la parroquia se destaca no sólo por sus imágenes, sino también por su altar, hecho de madera a imitación del féretro de uno de sus santos, y las pinturas del techo, de hermosos colores y motivos. En ese ámbito también se encuentran sepultados los restos del fundador del templo, el presbítero José Chaya, nacido en Bazum, Monte Líbano, y fallecido en nuestra ciudad el 3 de noviembre de 1925. Todo dentro de la parroquia habla de un pasado digno de conocerse, un tesoro que se encuentra en nuestra provincia y que también es apto para aquellos que gustan del turismo religioso, como dijimos.
La relación con el Papado
El padre Charbel Chahine destaca la cercanía de los maronitas con el Papado. “Tenemos nuestro lugar en Roma, en donde colaboramos con el Santo Padre Francisco, quien ha marcado un hecho histórico al ser el primer Papa de América”, sostiene.
Además destacó el carisma que tiene el Papa Francisco, quien ha fortalecido el trabajo pastoral y en donde “América es la reserva del catolicismo mundial”.
El religioso indicó que hay un sublime aprecio de los Papas a los Maronitas, en especial en momentos de grandes calamidades y persecuciones.
También señaló que fueron tres los pontífices que visitaron la tierra de los fenicios: Pablo VI, en 1964; Juan Pablo II, en 1997 y Benedicto XVI, en 2012.
“El Papa Francisco, al orar y pedir la oración de todos sus fieles, por el pueblo libanés, anunció su deseo de una próxima visita”, expresa el sacerdote, quien observa con optimismo las celebraciones que se avecinan en setiembre en una provincia que cada vez se parece más al Líbano.