Por Marcelo Pérez para Diario Cuarto Poder. Cualquier persona con dos dedos de frente puede darse cuenta de que no se deben iniciar obras sin tener proyectadas las consecuencias inmediatas sobre el normal desenvolvimiento de sus habitantes. Las obras iniciadas en calles y veredas del casco céntrico de la ciudad son un fiel ejemplo de la falta de empatía de quienes comandan el Municipio con sus vecinos, convirtiendo la ciudad en un laberinto intransitable.
Muy suelto de cuerpo el titular de la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad, Alfredo Toscano interpreta que “el pueblo no los entiende”, que se quejan de llenos, porque el caos vehicular y peatonal que hicieron del centro, barrio Sur y barrio Norte, a la larga redundarán en beneficios de ellos mismos.
Caos vehicular y peatonal
Sin embargo, lo que el funcionario del gobierno de Germán Alfaro no entiende es las mejoras se pudieron haber realizado sin causar tantos trastornos a los vecinos, cumpliendo normas, tiempos y apelando a la empatía.
¿No era mejor planificar las obras de una a la vez, para no generar tanto caos vehicular y peatonal? Parece que no para ellos (el municipio). El intendente Alfaro y su séquito de funcionarios, ejecutivos y visionarios, no entienden (o no saben) que no se puede cortar el tránsito en varias calles del centro a la misma vez porque eso, seguramente, va a ocasionar embotellamientos, embudos y cuando no laberintos.
El centro de la ciudad es un cao. Unas 20 manzanas se transformaron en una trampa casi sin salida para automovilistas, en el marco de una serie de obras calificadas de “necesarias” para modernizar la ciudad.
Con cara de piedra
Alfredo Toscano justificó el mamarracho municipal aduciendo que hace mucho tiempo que no se hacía en el centro de la ciudad una inversión de tal magnitud sobre calles y veredas, y querían aprovechar el buen tiempo para terminar todo de una sola vez. Así, lo que debía terminarse en dos o tres años, se hará en 1 ó un año y medio (terminar antes de 2023). ¿Por qué tanto apuro? Tal vez todo responde más a intereses electoralistas, pensando en competir por la gobernación, más que en pos de beneficiar a los vecinos.
“Los trabajos que dificultan el tránsito peatonal y vehicular responden a una planificación urbana. Estamos tratando de terminar todos los trabajos de forma simultánea”. ¿Molestan? Sí, porque son obras que se podrían realizar o proyectar en el tiempo sin perjudicar a la gente.
Por ejemplo, no pueden terminar las obras en la Plaza Independencia y comienzan otras en calles neurálgicas como San Martín, Mendoza, Maipú, etc., para semi-peatonizarlas, causando un verdadero caos con ochavas, calles y veredas cortadas.
Pero como todos son neófitos en la materia, piensan que la gente no entiende nada, y que critican por criticar: “Hay gente que diría que terminar la plaza (Independencia) primero y luego las otras obras (…)”; y sí; hay que ir por parte; terminar algo para comenzó con otra cosa y no tener todos a medio resolver. Falta lógica en esta gente por no decir otra cosa…
El “impenetrable” municipal
Pero no sólo es el caso céntrico el “impenetrable” municipal; durante febrero y lo que va de marzo, fueron casi 30 las cuadras que tenían algún tipo de dificultad para la circulación. Algunas cortadas totalmente, otras habilitadas media calzadas; lo cierto es que el que planificó todo debería ser examinado por científicos.
La semana pasada decía una noticia: “En algunas calles el flujo de automotores se ha suspendido de forma total, ya sea por obras de remodelación que se están realizando, como en San Martín al 700. En 25 de Mayo al 300 o en las calles que rodean a la plaza Independencia (en obra desde 2018). A estos cortes se les suman las cuadras peatonales, 8 en total (Muñecas, Mendoza y Congreso), y ahora se les agregaron tramos de Maipú y Junín, cerradas por el riesgo de colapso del Mercado del Norte, luego de que cedieran 2 columnas hace una semana”. “Además hay cuadras donde la reducción del tránsito se ha reducido a un carril (Buenos Aires, primera cuadra, Mendoza al 800, y ahora 25 de Mayo, San Martín 9 de Julio) como así también calles donde permanece habilitada media calzada a causa de obras de bacheo y repavimentación, como Crisóstomo Álvarez al 700 y 800, entre otra obras similares en Barrio Norte y Barrio Sur”.
La plaza Independencia
Es verdad que hacía falta revalorizar a la plaza Independencia porque estaba muy caída; sin embargo, no se puede estar dos años con una obra de pintar banquitos, colocación de baldosas o mejorar la iluminación. Si bien el plan de revalorización tiene como finalidad embellecer el tradicional paseo y completar el corredor turístico e histórico denominado “Paseo de la Independencia”, no se puede ser tan lento ni culpar a la pandemia por la demora.
Vale aclarar que este proyecto es financiado íntegramente con fondos no reintegrables del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por lo que el municipio no realiza ningún gasto en la ejecución de los trabajos.
Como si fuera poco, parió la abuela…
A los sinfines de problemas causados por el ejecutivo capitalino, ahora se suma el tema del Mercado del Norte, que por años sufrió la desidia municipal. Hoy el edificio se encuentra vallado, cerrado y con posibilidad de derrumbe.
No sólo eso, cientos de familias que trabajaban o dependían del mercado, fueron lanzados a las calles, a su suerte; sin una solución ni respuestas a sus justos reclamos de necesidad de trabajar y poder llevar el pan diario a sus hogares. Alfaro los ninguneó, les dijo que están por su cuenta porque “no pagaban ningún canon al municipio” ¿?.
¿Qué le puede importar a Alfaro los puesteros del mercado? Si bien dice suelto de cuerpo que clausuró el lugar para “cuidar la salud”, ante un posible riesgo de derrumbe del edilicio, debería recordar que también se “cuidar la salud” atendiendo las necesidades laborales de la gente. La pérdida de una fuente laboral también enferma, y mucho.
Hay que ponerse en el lugar del otro: empatía se llama. Algunos políticos, poco saben de eso.