juicio

Todos estuvieron de acuerdo con los términos del juicio abreviado, menos el juez. Y eso hizo que los padres del bebé que murió ahogado en su bañera por un descuido de la mujer que lo cuidaba, revivieran el calvario que atravesaron desde ese fatídico día hasta el momento en que el corazón del pequeño dejó de latir. El hecho ocurrió en la capital tucumana este 9 de junio.

Esteban Domínguez y Cecilia Fortini hablaron por primera vez sobre el caso que tiene como acusada a Graciela Margarita Parientes (42), quien el lunes la reconoció su error en una audiencia y aceptó recibir una pena de seis años y seis meses de prisión por el hecho.

Todas las partes manifestaron su conformidad con el acuerdo, sin embargo el juez Guido Buldurini, haciendo uso de las facultades como magistrado, decidió rechazar el convenio de juicio abreviado. Los argumentos que expuso no convencieron ni al abogado querellante Joaquín Olaizola ni al defensor Marcelo Cisneros, que coincidieron en impugnar el fallo.

La determinación del juez reabrió las heridas de los padres del bebé, que hasta el momento habían preferido no exponerse en público. “No queremos más desgaste. Creímos que el lunes esto se cerraba, pero no fue así”, lamentó con lágrimas en los ojos la madre del niño. “No queríamos volver a vivir todo esto y hacer aún más público nuestro dolor. Lamentablemente con este fallo volvimos a revivir el duelo”, completó Domínguez.

“Necesitábamos resolver el proceso para no ir a un juicio oral que haría mucho más duro el duelo que todavía estamos pasando. No queríamos volver a revivir todo y hacer aún más público nuestro dolor. Lamentablemente hace unos días volvimos a revivir el duelo, porque tuvimos que ver la grabación de la audiencia para entender por qué el juez Buldurini tomó la decisión de rechazar nuestro pedido”, amplió el padre del nene fallecido.
“Ayer me levanté con palpitaciones por la angustia que me generó escuchar que el juez sugiriera ir a un juicio oral y público, que será mucho más desgastante para nosotros, para nuestra familia y para la otra parte, que también deseaba que el proceso se cerrara el lunes”, agregó.

ACUSADA. Graciela Margarita Parientes

 

Consultados sobre su decisión de asistir a la audiencia en la que debía sustanciarse el acuerdo, cuando antes habían preferido no concurrir, el hombre explicó que desde el día del hecho estuvieron 49 días internados con Facundo, tratando de que saliera adelante.
“Nuestro abogado es amigo de la familia y nos mantenía al tanto del proceso, de las pruebas y análisis que hizo la Fiscalía. Nos informaba sobre toda la parte técnica y eso nos alcanzaba. Luego de la última audiencia leí el dictamen y no entendía por qué el juez había tomado esta decisión, decidí ver la grabación para ver si encontraba una explicación”, detalló.

Sobre los argumentos del fallo que tomó por sorpresa a todos, consideró que “el dictamen el juez planteó tres cuestiones técnicas que entendemos que pueden ser necesarias, pero que no son primordiales. Está comprobado que mi hijo había muerto, que llegó fallecido al hospital Néstor Kirchner y que estuvo al menos 12 minutos con reanimaciones contantes y asistidas. El juez plantea que no sabe en qué momento falleció, cuestiona también qué cantidad de agua tenía la bañera, pero eso queda claro con la autopsia: había la cantidad de agua justa y necesaria para que un bebé muriera ahogado. Lo encontraron flotando. La verdad que como padre, escucharlo indagar sobre detalles tan finos me consternó, es como si me hubiera planteado que no hubo una muerte por ahogamiento, cuando se probó que esa fue la causa”, enumeró.

“Facundo no tenía fuerza en los pulmones para respirar por sí mismo. El agua en sus pulmones provocó que no llegara oxígeno a su sistema nervioso. Eso lo llevó a estar 49 días con la asistencia de respiración mecánica. La historia clínica muestra que sufrió daños neurológicos. Los médicos nos explicaron que por la falta de oxígeno el cerebro había sufrido un daño irreversible”, agregó repasando los dolorosos detalles de la autopsia.

Ante la certeza de que el caso derivará en otro tribunal, el dolido padre pidió “que homologuen lo que les estamos pidiendo las dos partes, porque ella reconoce su accionar y a nosotros esto nos hará bien para tratar de ir cerrando ya este capítulo tan duro en nuestras vidas. Será una forma de completar el duelo. Nos esperanza que tanto nuestro abogado como el defensor hayan rechazado la sentencia del juez Buldurini”.

Respecto de la imputada, Domínguez dijo que tenía poco trato con ella. “Lo tomo como una negligencia, pero sí advierto que siempre desautorizaba las órdenes que nosotros le dábamos. Si bien ella nos mandaba fotos y videos del bebé, no podemos saber cómo actuaba. Le vivíamos repitiendo que no bañara al bebé, pero ella hacía lo que quería”.

Su esposa agregó que “siempre le decía que por cualquier necesidad que tuviera o situación que surgiera dejara al bebé en el corralito porque ese es el lugar más seguro. Su función era cuidar al bebé, cualquier otra tarea era secundaria. Ese día mi mamá iba a buscar al bebé como lo hacía siempre, nunca le pedimos que lo bañe, de hecho siempre le decíamos que no lo hiciera, porque me dejaba más tranquila volver a la casa y hacerlo yo misma”.

Luego de despedirse para siempre de su hijo, el matrimonio precisó asistencia psicológica, espiritual y familiar. “Nos mudamos porque necesitábamos la contención de la familia para afrontar esta situación. El dolor era mutuo, como familia necesitábamos estar juntos porque con la muerte de Facundo todos habíamos perdido un hijo, un sobrino, un nieto… Nos consternó a todos”, recordó Domínguez. “La Fiscalía nos ofreció acceder a los profesionales del gabinete de contención a las víctimas, estuvieron siempre a disposición en ese sentido, pero decidimos acudir a un psicólogo y un psiquiatra por nuestra cuenta. Además no quería olvidarme de destacar la calidez humana con la que nos trataron los profesionales de la salud que vieron a mi hijo, son personas que se pusieron en nuestro lugar y compartieron nuestro dolor”, agregó.

El dolor que atravesó el matrimonio fue tanto que desistieron de la propuesta inicial de su abogado de pedir muchos años de cárcel para la imputada. “No quisimos seguir dilatando el proceso. Valoramos que ella reconocía su fallo y creemos que ya estar seis años en prisión es bastante duro. Personalmente padecí mucho el encierro que tuvimos durante la pandemia, entonces imagino que pasar seis años y medio encerrado y sin el contacto diario de la familia es algo suficientemente duro. Es una pena mínima, pero nos conformamos con que la cumpla. Nos pareció que era razonable”, explicó el hombre.

“También desistimos de pedir la pena máxima porque íbamos a tener que sostener ese pedido en un juicio oral, que te destruye y además es público”, terció la madre. “Nuestra familia tiene un perfil muy bajo, pero la damos a raíz de la decisión que tuvo el lunes un juez. Se charló la posibilidad y decidimos aceptar un acuerdo con una pena más corta, porque después de todo la sentencia nos dará algo de alivio pero nada nos devolverá a Facundo”, consideró.
La mujer cerró diciendo que aunque la niñera reciba seis años, 15 o cadena perpetua, “no nos libra de la tragedia que vivimos, solo significará cerrar el capítulo con ella. No queremos más desgaste, creíamos que el lunes esto se cerraba y que tendríamos una carga menos, pero no fue así”, lamentó.
fuente: contexto

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