Esperan una reacción del plantel, que Gallardo continúe, mire a las inferiores y afine el ojo con los refuerzos.
¿Cómo se sale de esta depresión futbolística? Esa es la pregunta que circula por los pasillos del Monumental. Una situación inédita en la gestión de Rodolfo D’Onofrio como presidente y en el ciclo de Marcelo Gallardo como entrenador, en el que predominaron los triunfos y los finales felices. ¿Alcanzará la Copa Argentina para alivianar la tristeza? Hoy sabe a poco. Aunque en esa competencia River se juega mucho. Porque si no la gana, la crisis se agigantará.
Para salir de este mal momento, en primer lugar River recurrirá a la experiencia de varios de sus hombres. De hecho, Leonardo Ponzio bajó un claro mensaje luego de la derrota en el Superclásico. “Ahora se van a ver los hombres que tienen temple y carácter”, afirmó el capitán. Pero más allá de la personalidad, hay algo más profundo que River debe recuperar y es lo futbolístico.
Al mirar al banco de suplentes, Gallardo tiene poco para elegir. Y está sufriendo las desacertadas elecciones en los últimos mercado de pases, sobre todo en los del invierno de 2016 y el verano de 2017. A mitad del año pasado, apostaron (desembolsaron más de seis millones de dólares entre los dos) por dos futbolistas, como Luciano Lollo y Marcelo Larrondo, que habían tenido un buen desempeño en Racing y en Central pero que arrastraban severas lesiones. El defensor, una fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo; y el delantero había sido operado de los meniscos externos de la rodilla derecha. Casi un año y medio después, Lollo y Larrondo pasan más tiempo en el consultorio médico que en la cancha.
Tampoco resultó en ese libro de pases la repentina llegada de Arturo Mina, quien ya no está más en el club. Por el ecuatoriano, pagaron unos 2,4 millones de dólares. “En ese momento no pudimos traer a (Javier) Pinola ni a (Diego) Polenta. Fuimos por Mina porque había tenido una buena Copa Libertadores. Me agarré de eso. Yo estaba más convencido que Marcelo (Gallardo) y decidimos traerlo”, reconoció el secretario técnico del club, Enzo Francescoli.
Otros dos refuerzos cuestionados son Milton Casco y Carlos Auzqui. El lateral que llegó en el segundo semestre de 2015 por 3 millones de dólares no levanta su nivel y da muchas ventajas en la marca. Muchos se preguntan por qué no repatriaron a Leonel Vangioni. “Lo de Vangioni es lógico. Si te fuiste gratis, después no pretendas volver por 3 millones de dólares”, explicó el uruguayo. Y por el volante-delantero que llegó en enero de este año pagaron 2,7 millones de dólares. Y no aporta soluciones desde el banco de suplentes.
La suma que se invirtió por esos refuerzos asciende a casi 15 millones de dólares. “Todos los clubes del mundo aciertan y tienen errores. Hay algunos que gastan mucho dinero y después terminan prestando a la mitad de los refuerzos porque no les rinden”, justificó Francescoli.
En medio de esta situación, el club vive un clima político agitado. Si bien se supone que Rodolfo D’Onofrio será reelegido, de acuerdo a lo que indican las encuestas, siempre hay algún avispero revuelto en Núñez cuando se acercan las elecciones, que serán el 3 de diciembre. Este miércoles se entregan las listas. Habría cuatro candidatos. Además de D’Onofrio, se presentarán Antonio Caselli, Carlos Trillo y Leonardo Barujel. La idea principal de D’Onofrio es seguir con el mismo esquema que tanto éxito deportivo le trajo al club, al margen de ésta última fatídica semana. Él en la presidencia, Francescoli al mando de la Secretaría Técnica y Gallardo como entrenador. Esta tormenta imprevista puso en alerta a la dirigencia por la decisión que el Muñeco tome sobre el futuro, dado que a fin de año finaliza su contrato.
Si bien dio indicios de que se quedaría, hasta que no termine la competencia, no se sabrá que rumbo tomará. “No creo que quiera que su última imagen en la Libertadores como técnico de River sea la del partido en cancha de Lanús. Va a querer ir por la revancha”, intuye un alto directivo. La misma fuente tiene confianza en que seguirá porque estuvieron planificando la pretemporada que será nuevamente en Orlando.
En caso de quedarse, la idea de Gallardo, según pudo averiguar Clarín, es armar un proyecto integral que incluya la supervisión del trabajo de las Inferiores, y la infraestructura del club, además de su trabajo como entrenador de la Primera. Para no sólo pensar en el presente, sino también en el futuro. Y reforzar con nombres importantes (uno podría ser Matías Kranevitter) el equipo.
Otro dirigente afirmó: “De esta se sale con más dosis de Gallardo”.
En el aspecto anímico, el equipo levantó contra Boca. Pero sigue mostrando serias fallas en el juego. Y a esta altura, con los mismos jugadores y el escaso recambio, cuesta creer que pueda modificarlo de aquí a fin de año. A River le están haciendo muchos goles. En los últimos tres partidos le convirtieron 10 tantos. Y no pudo aprovechar las situaciones favorables que se le presentaron en los últimos encuentros. A propósito de la cantidad de goles que le hacen al equipo, ¿qué pasará con Germán Lux?