Aun jugando con uno más desde los 3 minutos, el equipo fue una sombra en Marsella del que venía jugando.
Un equipo, Los Pumas, que llegaba como favorito e incluso desde casi el vestuario jugó con un hombre de más, fue una sombra del que llegó a Francia pensando en pelear por el título. La derrota por 27-10 ante unos ingleses que dieron cátedra de cómo se juega en un Mundial. Fue un mazazo en Marsella por el debut de ambos en la Copa.
Sin dudas, y por lejos, fue el peor partido del seleccionado -inoportuno, por cierto- desde que Michael Cheika se hizo cargo, en el 2022.
Todo mal hicieron los argentinos en el primer tiempo, así, sin medias tintas. En lugar de ser los que aprovecharan el hombre de más (como hicieron los ingleses en el Mundial 2019, que terminaron ganando fácil), se perdieron en errores y jugaron como si recién se hubieran juntado en Francia, sin brújula.
Por el contrario, los ingleses se adaptaron a la coyuntura y, prolijos, seguros, con las patadas de George Ford, se fueron al descanso por 12-3. Insólito.
Primero, lo primero. La jugada que debía cambiar el partido se dio a los 3’, cabezazo de Tom Curry a Juan Cruz Mallía cuando éste fue a buscar una pelota aérea, y debió irse al vestuario con mucha sangre. Al ala lo amonestaron, pero con la regla del bunker TMO, por lo cual el videoref tiene 8 minutos para determinar si mantiene la amarilla o es roja; al cabo, le cambió el color.
A los seis minutos, una jugada similar, pero de Santiago Carreras, coin la fortuna de que al cordobés le mantuvieron la amarilla.
A los seis minutos, una jugada similar, pero de Santiago Carreras, coin la fortuna de que al cordobés le mantuvieron la amarilla.
Por ese penal, Emiliano Boffelli ya metía para el 3-0. Era para la Selección, que tenía la pelota y, dos minutos más tarde, volvía a intentar con el pie del rosarino, que esta vez erró. A los 9’ Ford apareció para igualar, también de penal.
Los Pumas, a los 22’ pudieron ampliar, pero no patearon, sino que fueron a buscar un try, el cual no llegó gracias a la defensa inglesa. Error de elección.
A partir de ese momento, Los Pumas jugaron como si no tuvieran un libreto, equivocando los caminos y hasta con errores individuales. Mateo Carreras, wing picante, tuvo un mano a mano clarito, contra desde su campo, pero eligió patear (evidentemente, los mundiales agigantan los nervios y disminuyen la confianza), pero afuera, mal, lo cual terminó generando un ataque rival que Ford aprovechó para meter su primer drop.
Dos minutos más tarde, Thomas Gallo, sin necesidad, tiró de la camiseta a un ingles… otro penal en contra que Elliot Daly erró (era desde muy lejos).
Inglaterra, más cómodo, lograba llevar el juego a su ritmo, cansino, con la batuta de Ford (y Alex Mitchell, el 9 que se metió por la ventana), cuya estrategia era mandar el problema (llámese pelota) al otro campo, y cuando tenía la oportunidad, intentaba de drop. Era negocio para que equipo, porque Los Pumas, imprecisos, nerviosos, no la utilizaban con eficacia. De hecho, la perdían como en el knock de Tomás Lavanini.
Mostrando la falta de seguridad, confianza y Norte, hubo un ataque en el cual Santiago Carreras intentó un drop desde lejos, un tanto esquinado, y la mandó afuera. Ford, a los 36’, le mostró de nuevo cómo había ,que hacer. Así, habiendo demostrado ser más equipo en el sentido del juego, adaptación y control, la Rosa se iba ganando al descanso. Incluso tras haber jugado 37’ con uno menos.
La primera jugada del ST fue un buen indicio, con un ataque argentino, pero terminó como si hubiera sucedido en el PT: Gonzalo Bertranou no pudo conseguir la pelota. Peor, hubo una nueva infracción para que Ford siguiera sumando (15-3).
Ya estaban en la cancha Guido Petti, Pedro Rubiolo y Joel Sclavi, forwards para generar más energía, control y ataque, pero no parecía ser cuestión de nombres. Ni siquiera parecía que Inglaterra jugaba con uno menos, porque hasta se animaba a pedir scrum aún debiendo utilizar a un centro (Manu Tuilagi) como forward (ala). Toda una señal de lo ganadores que se sentían…
Faltaban 20 minutos y Los Pumas ganaban el territorio, 62 a 38%, pero habían cometido 11 penales contra apenas 5 del rival. Mateo Carreras, el back más peligroso, dejaba la cancha, reemplazado por Matías Moroni… Nada salía, no había nada de donde agarrarse. Los ingleses dominaban el juego en el piso, todo.
Hasta en defensa (sí, con uno menos), como en el ataque de los 68′ con una pelota que a Bruni le “quedó arriba” en la formación dentro de la meta inglesa, por lo cual la pelota cambió de manos para terminar como salida de drop ingoal.
Así, con más penales y más chances para Ford (lo más tragicómico: es el suplente de Owen Farrell, que no jugó por expulsión), la figura del partido, los ingleses, que habían llegado a Francia con la cola entre las piernas, salieron con el pecho inflado.
Los Pumas, que habían llegado lleno de ilusiones, se fueron llenos de preguntas… Más allá del try de Bruni al final (paradójicamente, el único del partido).
Los datos
Los Pumas: Thomas Gallo, Julián Montoya, Francisco Gómez Kodela; Matías Alemanno, Tomás Lavanini; Pablo Matera, Marcos Kremer, Juan Martín González; Gonzalo Bertranou, Santiago Carreras; Emiliano Boffelli, Santiago Chocobares, Lucio Cinti, Mateo Carreras; Juan Cruz Mallía. Entraron: Agustín Creevy, Joel Sclavi, Guido Petti, Pedro Rubiolo, Rodrigo Bruni, Lautaro Bazán Vélez y Matías Moroni.
Inglaterra: Ellis Genge, Jamie George, Dan Cole; Maro Itoje, Ollie Chessum; Courtney Lawes (c), Tom Curry, Ben Earl; Alex Mitchell, George Ford; Elliot Daly, Manu Tuilagi, Joe Marchand, Jonny May; Freddie Steward. Entraron: Theo Dan, Joe Marler, Will Stuart, George Martin, Lewis Ludlam, Danny Care, Marcus Smith y Ollie Lawrence.
Tantos: PT 3′ penal de Boffelli (LP); 9′ penal de Ford (I) y 26, 30 y 36′ drops Ford (I). ST 4, 13, 18, 25 y 34′ penales Ford (I) y 37′ try de Bruni, conversión de Boffelli (LP).
Expulsado: 3’PT Tom Curry (I). Amonestado: 9’PT Santiago Carreras (LP). Arbitro: Mathieu Raynal (Francia). Cancha: Velodrome de Marsella (65.000).