El Sindicato de Luz y Fuerza, la sombra de Julio Luna, el rol de quienes lo sacaron de la conducción, el Mono y la Chancha. Todo se mezcla en una trama que tiene como eje una carpeta de fotos que probablemente ya no exista.
El brusvo giro que dio la causa Marita Verón, sacó a la luz una lucha de poder entre dos personajes que durante largos años tuvieron fuerte incidencia en la vida de muchos tucumanos. Sujetos vinculados al poder político, aliados alguna vez que por razones que se desconocen, se volvieron antagonistas.
Rubén “La Chancha” Ale y Julio Luna murieron llevándose consigo u secreto enorme: nada menos que el secuestro y la posible muerte de María de los Ángeles Verón, ausente desde el 3 de abril de 2002, y desde ese entonces un caso que trascendió fronteras, impulsando la lucha contra la trata de personas y, a la vez, convirtiéndose en un triste ejemplo de impunidad.
El fiscal federal Agustín Chit analiza por estas horas el momento oportuno para que se cite a declarar a los sospechosos de haber ocultado información muy sensible sobre el caso.
Con el correr de las horas se van conociendo algunos detalles de la pesquisa. Una investigación llena de interrogantes. Estos son algunos de ellos.
Todo comenzó en marzo, en un local de la capital tucumana donde se desarrollaba una reunión de la Asociación de Personal Jerárquico de Agua y Energía (Apjae). En determinado momento, sin que se supieran por ahora las razones, surgió en el debate la existencia de una carpeta en la que había fotos del cuerpo de la joven que habían sido tomadas en la clínica Luz Médica.
“La verdad es que no recuerdo que se haya hecho una reunión de ese sindicato aquí porque son varias al mes, pero sí puedo decir que no hubo ningún tipo de incidentes”, explicó Isabel, encargada de ese local.
En junio, una persona que sabía de la existencia de esa información y cuya identidad se mantiene en reserva, se presentó en la Fundación Verón para comentar el apisodio. Después de varias idas y vueltas, Susana Trimarco consiguió que el acusado declarara ante el fiscal Marcelo Colombo, de la Procuradoría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
Esa versión fue confirmada por al menos tres personas. Por esa razón, el investigador decidió enviar la causa al fiscal Chit para que profundizara la pesquisa.
Con esos primeros indicios se elaboró una teoría. El cuerpo de la joven fue trasladado desde La Rioja, donde estaba siendo explotada por una red de prostitución, hacia Tucumán. El cadáver, según la versión, habría pasado por la sede del Sindicato de Luz y Fuerza, que en esos momentos era presidido por Luna; el club Tucumán BB (en el que el sindicalista era presidente) y finalmente, depositado en la morgue de la clínica Luz Médica (propiedad del dirigente fallecido).
En ese lugar, desconocidos habrían tomado las imágenes que están siendo buscadas por los pesquisas.
Hasta el momento, uno de los datos que se desconoce es la fecha en que ocurrió todo esto. De todas maneras, se especula que pudo haber sido durante los primeros meses de 2004. Ese tiempo coincide con un dato que no es menor: en la causa en la que se investigó la desaparición de Marita, hubo varios testimonios de otras víctimas que dijeron haberla visto con vida hasta diciembre de 2003 en prostíbulos de La Rioja. De ahí en más nunca se supo de ella.
José D’Antona, abogado de Trimarco, informó que sería al menos 10 años atrás. “Es materia de investigación”, afirmó en la conferencia de prensa que encabezó la madre de la joven desaparecida.
Otro de los grandes interrogantes que afronta esta línea de investigación es por qué se trajo el cuerpo de Marita desde La Rioja. Los especialistas en el caso sostienen que fue porque los responsables querían que el cuerpo sea encontrado en Tucumán para que la pista riojana, que ya estaba siendo investigada, fuera descartada. Pero algo sucedió en el medio y el plan no se terminó de concretar. No existe ningún indicio de qué pudo haber pasado con su cuerpo.
Surge así otra cuestión, que es cuándo comenzó a salir a la luz la existencia de una carpeta con fotos del cuerpo de Marita Verón. La pesquisa apunta a una fecha anterior al fallecimiento de Luna en 2020, aunque tampoco se puede determinar con exactitud. Se cree que fue utilizada en medio de una feroz interna que se registraba entre los gremios que representan a los trabajadores del sector de la energía.
Según se pudo establecer, Luna pretendía hacer desaparecer a Apjae para quedarse con sus afiliados. Por esa razón, había comenzado con una serie de aprietes a los trabajadores y con amenazas a sus dirigentes. Estos lo habrían “calmado” amenazándolo con presentar en la Justicia esa documentación.
Ahora, años después de la muerte de Luna, en medio de otra interna gremial, pero en este caso, en el seno de la Apjae un sector del sindicato habría decidido repetir la estrategia, esta vez para perjudicar a la actual conducción del gremio, que fue la que frenó a Luna en ese momento.
En cuanto a la existencia de la carpeta, habiendo pasado tantos años, lo más probable es que haya sido destruida, pero se la sigue buscando intensamente. De todas maneras, los testimonios de varias personas que aseguran saber de su existencia son de suma importancia.
La supuesta vinculación de Julio Luna con “La Chancha” Ale, termina acercando su nombre al sonado caso Verón. Según la incipiente investigación, la relación podría haber nacido por San Martín, club de los que ambos eran fanáticos y al cual soñaban soñaban con conducir. Este vñinculo, según varias fuentes, fue expuesto oportunamente en la causa.
Pero los allegados de Ale y del sindicalista fallecido, coincidieron en negar tal relación. “Estaban enfrentados a muerte porque ambos querían quedarse con la presidencia del club. Al sindicalista, por presión de los Ale, lo corrieron de la Liga Tucumana de Fútbol”, aseguró un abogado. “Cuando él intentó ser presidente del club, nos amenazaron a todos”, dijo Julio Luna (h).
Otro de los misterios a develar es el motivo que llevó a Luna a quedarse con una carpeta que, según consideran muchos, en esos tiempos era un lastre que podía hundir a su dueño en algún calabozo. Otros apuntan que es una muestra más del nivel de impunidad que existía en la provincia en la época. “Si alguien tenía esa prueba en su poder, era porque sabía que no le pasaría nada”, explicó una fuente. “Si es cierta la versión que está dando vueltas, el cuerpo de Marita estuvo oculto en el sindicato de Luz y Fuerza, a tres cuadras de la Casa de Gobierno”, añadió.
Todos los consultados coincidieron en un solo punto: era una herramienta para extorsionar o frenar los embates de alguien igual o más poderoso.
En cuanto al ocultamiento del cuerpo en la clínica, Julio Luna (h), en una nota publicada esta semana, enfatizó que Luz Médica no cuenta con una morgue. Pero el fiscal Chit habría confirmado que en esos tiempos sí existía un lugar que cumplía con esa finalidad.
Lo que sí estaría corroborado, según fuentes del sanatorio, es que no hay registros de las personas que ingresaron a internarse en esa clínica en esos años y, mucho menos, las identidades de las personas que estuvieron en esa morgue. “Nos dijeron que hubo una inundación en el subsuelo y ahí se perdió todo”, reveló un empleado.
La mención del sanatorio generó una fuerte reacción de Susana Trimarco, quien en conferencia de prensa habló de traiciones, sin dar más precisiones al respecto. Sobre esto se pudo establecer que la madre de Marita se sintió traicionada porque el pariente de una ex allegada a la Fundación está vinculado laboralmente con Luz Médica.
El profesional, que fue funcionario en el Sistema Provincial de Salud, también tuvo un paso por San Martín. En el marco de esta investigación, habría declarado, pero como testigo.
En cuanto a sospechosos, es decir personas directamente comprometidas a partir de este giro del caso, hay al menos dos, que serían dirigentes gremiales, pero sus nombres por el momento no fueron revelados.
La reacción del gremio fue por escrito. “Queremos en este momento de tanta preocupación llevar claridad y por los hechos de público conocimiento que están afectando a nuestra asociación”, se puede leer en un comunicado de prensa que fue colgado en la página de Apjae.
“Confiamos en la Justicia y en el esclarecimiento de la verdad. Lamentamos que la larga e impecable trayectoria de la Asociación pueda verse distorsionada, pero estamos trabajando en forma conjunta para continuar nuestro camino de la misma manera que lo hemos hecho siempre, a través de la verdad, honestidad, el diálogo, la cooperación y el esfuerzo conjunto”, añadieron en un documento que no está firmado.
“Esta versión nos está afectando mucho como institución porque no tenemos nada que ver. Todos los miembros de la comisión son gente joven que están desde 2013. Lo que haya pasado para atrás ya no tenemos idea”, comentó a su turno Abel Carrizo, secretario de Luz y Fuerza.
“De esa carpeta jamás escuchamos nada, no sabemos de dónde salió eso. La verdad es que no tenemos ni la más mínima idea de por qué se generó todo esto ni quién lo generó”, destacó.
Carrizo apuntó que su gremio no tiene nada que ver con Luz Médica. “Estamos en litigio por este tema. Supuestamente se hizo con los aportes de los afiliados, pero ellos se terminaron quedando con todo. Es más, ni siquiera la podemos utilizar”, añadió.
La acusación que puede recaer sobre los acusados es el encubrimiento, ya que a pesar de tener información sobre un caso tan relevante como la desaparición de Marita, la mantuvieron oculta durante años.
En principio no debería pasar absolutamente nada. La Justicia ya condenó a 10 personas por la privación ilegítima de la libertad de Marita Verón y por haberla obligado a ejercer la prostitución.
En una muy difundida derivación del caso Verón, “La Chancha” y su hermano Ángel Ale fueron condenados por dirigir una asociación ilícita que se dedicaba a lavar activos provenientes de diferentes actividades ilegales, entre ellas, la prostitución.
Sin embargo, los defensores de los acusados anticiparon a que siguen de cerca el caso para definir si pedirán una revisión de condena.