El Gobierno autorizó cinco líneas de bajo costo. Arrancan en setiembre pero sus tarifas, para evitar una competencia “predatoria”, no podrán perforar la banda mínima establecida oficialmente.
La próxima temporada de verano habrá ofertas de vuelos bastante inéditas, como ir desde Buenos Aires a Malargue (Mendoza), Sunchales (Santa Fe) o Concordia (Entre Ríos) en aviones turbohélice, o pagar un Buenos Aires-Rosario, ida y vuelta, en 24 cuotas de alrededor de 60 pesos. Pero no habrá cambios de fondo en el tema tarifas: ninguna aerolínea, sea tradicional o “low cost”, podrá perforar hacia abajo la tarifa que indica que volar a Córdoba cuesta 788 pesos por tramo, o casi $600 hacia Rosario, por ejemplo.
Aun así, con una tarifa mínima que se mantiene fija desde hace tres años (y que seguirá bajando en cámara lenta, por efecto de la inflación acumulada y la suba del dólar) desde el mes que viene habrá nuevas marcas de aerolíneas, nuevos destinos y, sobre todo, más frecuencias disponibles. Las cinco aerolíneas que fueron autorizadas por el Gobierno tras las audiencias públicas de febrero se sumarán entre septiembre y diciembre a un mercado dominado casi exclusivamente por Aerolíneas, Austral y Lan.
En realidad, Andes ya estaba en el mercado hace 11 años y está volando varias de las nuevas rutas a Córdoba, Mendoza, Bariloche e Iguazú, con una flota de 4 aviones MD (ex Aerolíneas) y dos Boeing 737-800 que acaba de ingresar. “Para fin de año vamos a tener diez aviones, con cuatro veces más oferta de asientos que hace un año “, dijo su titular, Horacio Prenestre, quien asegura que la propuesta “low cost” no es viable en la Argentina. “Eso es puro marketing. Si alguien llena el avión con una tarifa al 50% de la actual, se funde”, dijo.
Julian Cook, el director ejecutivo de Flybondi, había dicho en varias ocasiones que quería cobrar el tramo Buenos Aires-Córdoba a 30 dólares, mientras que la tarifa mínima actual ronda los 47 dólares. “Vamos a tener que respetar lo que dice la legislación, como mucho podemos rebajar un 2o% el precio de la tarifa mínima para algunos asientos, en ciertas condiciones”, dijo Cook a Clarín. “Pero seguimos reclamando que, a futuro, el Gobierno elimine la banda mínima para las tarifas aéreas”.
Desde el ministerio de Transportes confirmaron, este fin de semana, que van a seguir manteniendo la tarifa mínima. Se trata de un reclamo para evitar la “competencia predatoria” que había efectuado Isela Costantini el año pasado y que mantuvo su sucesor en Aerolíneas Argentinas, Mario Dell’Acqua. La banda tarifaria mínima también es un reclamo de los gremios aeronáuticos, que miran de reojo a los competidores que se presentan como “low cost”, en particular a Flybondi y Avianca.
“Nuestra gama de tarifas va a ser acorde con la legislación argentina”, dijo Hugo Díaz, gerente comercial de Avianca Argentina, el ingreso que generó más polémica (ver recuadro).
“Vamos a volar a destinos complementarios de Aerolíneas, como Concordia, Sunchales o Resistencia”, dijo Díaz. “Y si bien no podemos cobrar por debajo de la tarifa mínima, nada nos impide cobrar los pasajes en 24 cuotas, por ejemplo. De modo que un Buenos Aires-Rosario, de 600 pesos por tramo, podremos cobrarlo en 24 cuotas de 29 pesos y atraer a un público que hoy no usa el avión”. El ejecutivo dijo que ya tienen matriculados dos aviones ART turbohélice nuevos, de 72 plazas, y que hay otros tres en camino. “Para fines de agosto comenzaremos con la venta de pasajes”, aseguró.
American Jet obtuvo 13 rutas regulares, pero no es nueva en el mercado: desde 1996 hace vuelos privados, hoy con dos aviones de 19 y 44 plazas, y está planificando rutas poco convencionales, como Buenos Aires-Malargue durante todo el año (hoy sólo es cubierta en temporada de nieve) y otros destinos del centro y sur del país. “Para octubre ya estaremos ofreciendo vuelos”, dijeron fuentes del área comercial de la empresa, que encabeza Jorge Rodríguez.
Alas del Sur, en cambio, todavía está en plena conformación. La encabeza Damián Toscano y el plan de negocios lo armó un ex gerente de Aerolíneas. Pero todavía están buscando el socio que aporte capitales para definir la flota, admitió su vocero, Ricardo Oliveros. “Hay un plan de negocios de rutas complementarias a las de Aerolíneas, dirigido a un público que nunca voló, que sólo toma micros de larga distancia. Ahora estamos definiendo entre posibles inversores para poder llevar adelante ese plan”, agregó el vocero.
Polémica abierta
El dueño de Avianca, Germán Efromovich, generó una polémica que sigue abierta cuando hace casi un año adquirió a la familia Macri la línea de taxis aéreos McAir y se presentó con ese aval a las audiencias públicas de febrero.
Tanto Efromovich como el propio Mauricio Macri e integrantes de su Gabinete fueron denunciados por diputados de la oposición a raíz de esa operación y la causa sigue abierta en el juzgado federal de Sergio Torres. A su vez, la Oficina Anticorrupción y la Sigen dictaminaron que no hubo “incompatibilidad” en la adquisición de McAir: fue con ese aval que, con un considerable retraso en relación a las otras aerolíneas, Dietrich finalmente autorizó las operaciones de Avianca en el mercado de cabotaje.
Fuente: Clarín