Para quienes pasan horas y horas entrenando, en los gimnasios, en el hogar u otro lugar, el verano es el tiempo al que se le apunta para la máxima expresión de los resultados. En la playa, los apasionados por la actividad física tienen un espacio apropiado para sacar a relucir la figura trabajada. Tal es el caso de Luciano Castro y Sabrina Rojas, el reciente matrimonio que se luce en Mar del Plata.
La pareja de actores está disfrutando de un periodo de descanso tras un exitoso año. Con cuerpos codiciados por muchos, ambos levantan suspiros del público. El torso y la silueta tonificados casi a la perfección levantan la curiosidad del resto acerca de cómo mantienen tamaña figura. El mayor secreto de estas dos celebridades es no negociar las horas de entrenamiento en la jornada diaria.
Él, apasionado por el boxeo
Algo reacio a los medios, hace un tiempo Luciano Castro se animó a dar a conocer datos de su vida personal que sorprendieron. La rutina cotidiana la arranca desde bien temprano: se levanta a las 5 para entrenar. Todas las mañanas requieren de al menos una hora diaria en el gimnasio. El actor contó que hace 1000 abdominales para ostentar el abdomen aclamado por la platea femenina.
Acostumbrado a madrugar, el día acaba temprano. Cuando el reloj marca las 21, para Luciano llegó la hora para ir a dormir. El tiempo de descanso es vital para soportar la exigente jornada. A pesar de su compromiso con la ficción en la que trabajó durante el año (“Los ricos no piden permisos”) confesó que no miraba la novela por acostarse muy temprano.
De muy joven, el corpulento galán de televisión descubrió una pasión por el boxeo, deporte aún hoy practica y que en algún momento pensó en dedicarse profesionalmente. Sus primeros pasos los dio desde los 16 años, bajo la tutela de Abel Laudonio. Actualmente, los sacos de cuero con los modernos puching ball forman parte de su entrenamiento.
Ella, con la danza como estandarte
La carrera de Sabrina Rojas dio un cambio radical en los últimos años, pasando de chica sexy de tapa de revista a súper mamá de dos hijitos. En poco tiempo dio a luz a Esperanza (3 años) y Fausto (uno), sin embargo la capacidad de recuperar la silueta rápidamente generó la envidia de las mujeres.
Algunos señalan un estado de delgadez con respecto a épocas anteriores. Ella argumenta es propia de la naturalidad corporal y no a consecuencia de un factor ajeno. La alimentación sigue siendo la misma, sin privarse de nada: el físico privilegiado le permite degustar de pizzas, hamburguesas o asados casi sin alterar el peso.
Durante el 2016 participó en “Bailando por un sueño”, una competencia que le demandaba ensayar entre tres y cuatro horas en las mañanas. El baile es una de las más recomendadas prácticas por aportar numerosos beneficios para la salud física y mental. Es un ejercicio aeróbico, que requiere de fuerza y estiramiento.