Desde que entró en vigencia la polémica Ley de Alquileres en julio de 2020 se agravó como nunca la escasez de oferta y además los aumentos de los precios se han incrementado por encima de una inflación que es muy alta en nuestro país golpeando desde entonces los bolsillos de los inquilinos que deben renovar su contrato o quienes buscan una vivienda para alquilar.
La peor noticia para los bolsillos de los inquilinos es que en enero actual el aumento de los alquileres roza el 100% interanual. Una persona que pagaba $60.000 mensuales ahora deberá abonar cerca de $120.000 hasta enero de 2024.
Hay varias causas que explican ambos desacoples, pero la problemática se agravó drásticamente desde que rige la normativa que amagó con reformarse en mayo de 2022 y tras varias reuniones en el Congreso nacional, los diputados oficialistas y opositores no se pusieron de acuerdo y no hubo cambios al menos en los puntos neurálgicos que reclaman cámaras sectoriales: que la duración de los contratos vuelva a ser a dos años como antes (no a tres como hoy) y que los aumentos sean semestrales (no anuales) y se acuerden libremente entre partes.
Mariano García Malbrán, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI), comentó que “los aumentos hasta enero de 2023 son todo un récord hasta el momento. Desde la creación de la ley hace dos años y cinco meses la suba es de un 220% según el Índice de Contratos de Locación (ICL) que regula el Banco Central. Alquilar se transformó en un problema para los propietarios e inquilinos en nuestro país”.
Los precios de los alquileres subieron en toda la Argentina y en algunos casos desmedidamente y ello se debe a la gran demanda y escasa oferta que conlleva que los propietarios lleguen a pedir más que lo que indicaría una tasación habitual.
“Para ejemplos actuales, en Buenos Aires un monoambiente promedia $73.000 mensuales, un departamento de dos ambientes $92.000 y un departamento de tres ambientes ronda $120.000 por mes. Pero los barrios de Puerto Madero, Palermo, Recoleta y Belgrano tienen valores aún más altos, que en algunos casos puede llegar a 30% o 40 % de los precios antes indicados, de acuerdo con ubicación y amenities disponibles”, precisó García Malbrán.
Otra ley sería una posible solución
Desde hace más de dos años se complicó pagar aumentos y se agigantó la escasez de oferta en un derrumbe sin precedentes. Hoy se calcula que en los buscadores de propiedades hay 5.700 unidades (cuando hasta fin de 2019 había unas 20.000 viviendas en locación por mes), de las cuales sólo cerca de 2.000 pertenecen al alquiler tradicional y el resto están en dólares o se publican dentro del esquema temporario.
Los expertos sostienen que falta que se generen políticas de fomento del alquiler, por ejemplo, en la rebaja de impuestos y tasas del estado nacional, provincial y municipal para los propietarios que alquilen su propiedad.
García Malbrán, amplió: “Sería clave la creación de una línea de créditos hipotecarios para primera vivienda con tasas accesibles para la clase media y media baja, como el incentivo estatal para construir edificios por parte de desarrolladores e inversores con obligación de destinar esos inmuebles hacia la locación residencial por un plazo de 10 años. Estas son algunas de las propuestas que hemos hecho desde la Camesi”.
Cómo expandir la oferta
Se estima que desde la promulgación de la ley, la oferta descendió un 30% y que esos inmuebles fueron al sector de compraventa de inmuebles, a pesar de no ser un momento ideal para vender. En Buenos Aires se calculan que de 156.000 unidades en venta actualmente, unas 40.000 son de propietarios que antes las destinaban al mercado de alquileres y desde que rige la normativa una vez que los inquilinos las fueron desocupando las publicaron en venta o recurrieron a contratos informales.
fuente: infobae