Mallo se había fugado hace 18 días, cuando una pericia confirmó que un arma secuestrada en su casa era la que había sido utilizada para cometer los asesinatos de dos ciudadanos colombianos en el centro comercial de San Isidro en julio de 2008.
El abogado del imputado, José Novello, adelantó que pedirán la nulidad de la prueba porque no fueron notificados tal como lo establecen los códigos vigentes.
“Esto no es una estrategia, es una garantía. Y más allá de eso, no hay ningún elemento para inferir que esa arma mi cliente se la haya dado a un sicario para cometer los crímenes y luego se la hayan devuelto. Eso no existe”, describió en diálogo con Luis Novaresio.
Novello rechazó además que su defendido tuviera vínculos con el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y con los hermanos Lanatta, detenidos por el triple crimen de General Rodríguez. “Yo creo que atrás de todo esto hay una cuestión política”, analizó.
El arma en cuestión, una pistola calibre .40, según Mallo, pertenece a Leandro Giso, un amigo, que le habría pedido que se la guarde. La pistola fue hallada por la policía en la casa de Mallo cuando fue allanado en enero pasado, acusado de haber ayudado a los protagonistas de la escandalosa triple fuga, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci.
Giso, de 40 años, está prófugo. Fuentes de la investigación indicaron que, al igual que Mallo, podría entregarse en las próximas horas.