El jefe de Gabinete identifica a los tres candidatos con una matriz “peronista bonaerense” similar; dice que tras las elecciones, el Gobierno buscará acuerdos con todas las fuerzas, pero no con la ex presidenta.

Marcos Peña es el guionista principal del discurso de Cambiemos. El que revisa cómo quedó el tablero electoral después del cierre de listas y el que anticipa los mensajes de los candidatos.

Desde ese rol define los ejes. El primero: que Cristina Kirchner, Sergio Massa y Florencio Randazzo “vienen del mismo sistema político peronista bonaerense”. Así aglutina a los principales rivales de Cambiemos en la provincia, donde se dará una pulse-ada que admite que será “clave”, pero que no representa el total de la elección. El segundo: que el Gobierno necesita mantener un esquema de acuerdos con fuerzas políticas opositoras, pero que no está dispuesto a incluir a la ex presidenta.

En una entrevista, el jefe de Gabinete explicó la estrategia electoral del oficialismo, justificó las dificultades económicas y brindó su interpretación sobre la política oficial sobre los cortes y piquetes.

-¿No les preocupa el crecimiento excesivo de Cristina?

-Si uno mira las encuestas, ella tiene el mismo nivel de apoyo, o menor, desde que se fue del gobierno. Como ocurre con cualquier ex presidente, por ejemplo con Menem en 2003, es natural que el presidente saliente conserve un grupo de apoyo. Para nosotros el dato más relevante es la consolidación de un Cambiemos unido y fuerte en todo el país. Mucho más que la reaparición de ella con su discurso camuflado o no.

sabe la tierra
-¿La polarización no puede ser un riesgo para Cambiemos como estrategia electoral?

-Yo no creo que la polarización sea una estrategia, ni creo que hayamos hecho nada para promoverla. Todos los procesos políticos son de abajo para arriba. Hay una parte de la sociedad que piensa como ella y hay otra parte, mayoritaria por suerte, que piensa de una manera distinta, más parecida al Gobierno. Pensar que desde el poder uno digita lo que piensan los ciudadanos es obsoleto y falso. En eso el gobierno es un actor secundario, no es un actor principal. Es clave que entendamos que es una discusión en torno del miedo y a la resignación.

-¿Pensaron en algún momento en que Gladys González encabece la lista o siempre fue Esteban Bullrich el candidato principal?

-Nosotros analizamos todas las alternativas permanentemente para ver cómo era la mejor manera de representar un equipo que refleje la diversidad y los valores de Cambiemos. Las listas de la provincia son un lujo, al igual que en todas las provincias.

-¿Cambiemos corre un riesgo al no postular a una figura conocida como Cristina, Massa o Randazzo?

-Hay que fortalecer más la cultura del equipo y menos la de las individualidades. En esta elección las individualidades que nos enfrentan, representan lo que ya pasó en la Argentina, los que gobernaron y los del PJ bonaerense que gobierna hace 30 años y que generaron una calamidad social por la mala gestión, por la corrupción y por consolidar un sistema que en muchos casos generó nichos mafiosos, incluso introduciendo el narcotráfico.

-Cómo eje, ¿no es poco hablar sólo de no volver al pasado?

-Nuestro eje nunca va a ser negativo, siempre va a ser propositivo.

-Pero ustedes dicen ojo que puede volver Cristina…

-No, nosotros decimos ojo con el cambio. Porque el cambio que surgió de abajo para arriba lo construimos juntos. Cambiemos nació por la voluntad de los ciudadanos que querían que nos unamos y construyamos una alternativa. Yo me olvido de Cristina, yo ya sé lo que propone, lo que es y representa. No creemos en la lógica de que nosotros digitemos lo que piensen los votantes de Cristina, ella expresa otra cosa.

-¿Qué es para ustedes ganar la elección, es ganar la provincia?

-Ahí es donde está la clave. Que la mayor cantidad posible de esos argentinos que quisieron un cambio, más otros que después también desearon que nos vaya bien y nos apoyan, que la mayor cantidad posible revalide ese camino de cambio. Y que al mismo tiempo esa campaña, que también es muy importante para lo que viene, porque la Argentina está hace un año y medio en una lógica de diálogo y consensos, es que también la oferta política opositora sea lo más constructiva posible en términos de los acuerdos hacia dónde queremos ir como país. Claramente de eso excluimos a Cristina Kirchner, pero no a muchos dirigentes que, no estando en Cambiemos, puedan tener acuerdos sobre la necesidad de seguir reformando y transformando la Argentina.

-Si pierden en la provincia, pero aumentan la cantidad de bancas, ¿es un triunfo o una derrota?

-Lo primero es que nunca uno entra a una competición especulando con qué pasa si no la gana. La provincia de Buenos Aires indiscutiblemente tiene un peso simbólico distinto al resto, no hay duda, mas con la participación de la ex presidenta. Es una elección absolutamente llamativa y simbólica. Pero obviamente es importante el tema de la representación nacional, en todas las provincias.

– Pero cuando Vidal dijo que si se perdía en la provincia no era el fin del mundo, hubo un cuestionamiento interno…

-Está bien el planteo de evitar desdramatizar y tomar más una actitud protagónica más que de temor.

-¿Habrá una elección polarizada o va a prender una tercera postura entre Massa y Randazzo?

-No lo sé. Ellos expresan variantes del mismo sistema político peronista bonaerense, que mal no le ha ido porque ganaron muchas elecciones los últimos treinta años. Pero dependerá de qué es lo que proponen y lo que traen a la mesa. Si lo que van a traer es un mensaje demagógico agorero y de tratar implícitamente de apostar a que las cosas no vayan bien, van a tener menos apoyo.

-¿Es parecido el mensaje de Cristina, Randazzo y Massa?

-No, yo digo que son parecidos de dónde vienen: vienen del mismo sistema político peronista. Hay que evitar la trampa de analizar discursos y personas aisladas de una mirada más integral. De una concepción de la democracia, del poder y del servicio público, del mundo, de cómo se genera trabajo. No hay atajos. Guarda que la mirada de la diferenciación tiene que ser más profunda que solamente ver si son parte de La Cámpora o no.

-¿Es importante que Randazzo esté en la cancha para dividir el voto de la oposición?

– Cambiemos depende de Cambiemos. No sobrevaloraría la discusión de la oferta opositora.

-¿No hubo gestiones con Randazzo para mantenerlo, vía Salvai?

-Salvai habla con todo el sistema político bonaerense porque tiene la tarea de conducir con María Eugenia toda la parte del gobierno y la política. Por eso diálogo va a haber.

-Si ganan, ¿pasarán a una etapa de aceleración de medidas?

-Separaría dos planos. Si uno mira lo macroeconómico, pasó lo peor. En cuanto a reformas y transformaciones para seguir fortaleciendo esa infraestructura para crecer 20 años, tenemos que seguir discutiendo. Todo eso para que no genere miedo siempre se tiene que resolver dialogando en una mesa con todos los actores. No hay ninguna posibilidad de acciones unilaterales.

-¿Va a haber una profundización del ajuste?

-No, porque lo que necesitamos es crecer más. La Argentina necesita crecer más y todo lo que hagamos va a ser orientado a generar más trabajo y crecimiento, que es lo que creemos que debe ordenar la mirada de la sociedad hacia el futuro.

-Economistas y empresarios señalan como pendiente bajar el nivel de gasto público.

– Este año el gasto en términos reales no va a crecer por primera vez en mucho tiempo. Ya el año pasado quedo empatado, y va a empezar a decrecer.

-Si le dieran a elegir, ¿cuál sería el indicador económico que les gustaría ver que mejora: reducción de la inflación, aumento del empleo, suba del consumo o reducción del déficit?

-Primero, pobreza. Y para eso los dos pilares centrales que son empleo e inflación.

-¿Qué van a hacer si dan de baja las PASO?

-La evidencia de esta PASO demuestra que este experimento único del planeta no estaría cumpliendo el objetivo que dijo que iba a cumplir. Si ningún otro país tiene un sistema así, probablemente indique que somos unos genios o que algo estamos haciendo mal.

-¿Volverían al sistema de internas partidarias?

-Acá hay un problema, algo que corregir. Segundo es cómo se corrige eso, se discute dentro de las reformas políticas, en acuerdo con otros sectores políticos, no lo podemos hacer en soledad. Ahora también hay un problema más profundo cuando tenés la truchada de un presidente de un partido que se presenta en otro, como el caso de Espinoza o Scioli, o la truchada de las testimoniales como están haciendo los intendentes. Y sobre todo una acción de cobardía, porque si uno está convencido de su identidad política no esconde las banderas de La Cámpora, no se disfraza de que no es peronista.

La acción ante los piquetes violentos

El tema de los piquetes en el centro porteño fue uno de los que más atención le puso el Gobierno, por la cercanía de las elecciones. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, marcó la argumentación de la Casa Rosada. “Los temas de convivencia urbana los resuelve la ciudad de Buenos Aires. Y lo que estamos mirando siempre es que es imposible mirar una solución, porque cada caso es distinto, mas grande o mas chico.

-¿Esperan una suba de la conflictividad por la campaña?

-Hubo un pico de manifestaciones en marzo y después desaparecieron. Y nosotros decíamos esto no es reflejo de conflictividad social sino de una intención política, y el tiempo lo demostró. Ahora aparecieron estas dos situaciones. Si hay más de estas acciones, lo que esta claro es que tiene que ver con motivación política, pero no vemos un animo generalizado de multiplicar las protestas.

-¿Confirmaron que había activistas del kirchnerismo?

-Por supuesto, esto claramente tenía que ver con una acción política del kirchnerismo de La Campora, del conurbano bonarense, que no nos sorprende porque es el reflejo del discurso violento y autoritario de la ex presidenta.

Fuente. La Nación

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