Escritores contra la pandemia | En su particular y original estilo, Marcos Bauzá o Marx Bauzá, como se conoce a este gran poeta, interroga de manera imaginaria a Robocop, en su doble faceta humana y robótica.
Murphy antes de ser Robocop
¿Murphy antes de ser Robocop,
tenía sentimientos nobles?
¿Amaba?
Era policía, ¿cierto?
¿Aprendió a diferenciar el bien del mal?
¿Entendía que cuando un compañero
oprime
las vías respiratorias
de un detenido
y éste
no puede respirar
debe detener en el acto
a su compañero?
¿Entendía que el hecho de ser
negro y pobre
no constituye delito?
¿Sabía que cuando una mujer
o una chica trans
buscan ayuda
tras sufrir abusos,
deben ser contenidas y acompañadas
y no burladas o despreciadas
y enviadas a seguir
continuos trámites burocráticos
en el sistema penal
hasta al fin hacer justicia?
¡Oh Murphy!
¿Te habrás detenido alguna vez
a sentir el aroma de las flores,
en el jardín de tu amada?
¿Habrás entendido que los adolescentes y niños
juegan a crecer
en las calles
y merecen protección y educación,
nunca violencia?
¿Habrás escuchado
la ríspida voz de Sting
cantando en The Police?
¿Te habrás detenido ante una experiencia estética
y disfrutado ésta
en todo su esplendor?
¿Habrás disfrutado de las guitarras distorsionadas de
Él Mató a Un Policía Motorizado,
en algún recital?
¿Sentiste algún dolor
cuando los científicos
te convirtieron
en una máquina
cyborg?
Marcos Bauzá
Datos biográficos del autor en primera persona
Soy Marcos, vivo en las afueras de Las Talitas (Tucumán). Mis amigos me dicen Marx. Tengo 39 años y alterno entre el mundo del arte contemporáneo y la poesía.
Me gusta el verde turquesa como el de los crayones, el Campari con jugo de naranja y el helado de chocolate amargo, maracuyá y quinotos al whisky.
La poesía vive en mí. Se manifiesta a través de diversas formas, voces y texturas. Es en el cotidiano donde cada una de esas voces se desliza para expresar una búsqueda.
Mi experiencia personal muestra matices donde el eros y el tánatos se cruzan a través del lenguaje de lo inefable. Es una forma de sublimar la experiencia humana.
Escribir poesía es arrojar molotovs en tiempos de crisis. Escribir poesía es una forma de resistencia ante lo establecido. No siempre hay amor o tristeza.
En mi poesía también convoco a la ironía y la comedia, porque reír es necesario para huir de la violencia del mundo. Somos el río, dirían Borges o Heráclito. Yo río. Yo lluevo. Yo me evaporo.