La pasión no entiende de resultados. Ni de buen juego. Ni de tácticas. Como reza el trapo, hay que vivirlo para sentirlo. Y los hinchas tucumanos lo sienten de verdad por más que la gran mayoría de los mil que le dieron una estruendosa recibida al plantel de Guillermo jamás hayan pisado la Bombonera. Chicos, chicas, grandes, bebés, ancianos, medianos. Todos. Todos se acercaron a darles aliento a los muchachos en su llegada al Hotel Sheraton, donde el Xeneize se hospeda a la espera del partido de este domingo ante Atlético.

Más de diez micros con fanáticos escoltaron al bus de Boca desde el aeropuerto hasta la concentración y tuvieron premio al final del recorrido: varios players se asomaron por las ventanas que dan a la Avenida Soldati para devolver semejante muestra de cariño. En las buenas y en las malas. Esto es Boca.

fuente: olé

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