El banco HSBC está muy cerca de prestarle al Gobierno cerca de US$1000 millones, mientras que otras entidades ofrecieron sumarse con más dinero, para el programa financiero de este año.
Así lo aseguraron calificadas fuentes del sistema financiero, que indicaron que están avanzadas las conversaciones con el banco HSBC para que aporte una buena parte del Repo, una línea de crédito de corto plazo otorgada contra la garantía de bonos públicos.
La negociación está a cargo del Ministerio de Finanzas que dirige Luis Caputo , quien ayer le dijo a LA NACION que están buscando integrar un Repo de unos dos mil millones de dólares a dos años.
Además, se negocia un crédito tradicional y habrá reuniones con los líderes de varios bancos internacionales a principios de la semana próxima.
En este caso, serán entre US$2000 y US$3000 millones, de los cuales HSBC aportará entre la mitad y dos terceras partes. Hay conversaciones con otros dos bancos, cuyos nombres no trascendieron, para lograr el resto de los fondos.
Luego de que Caputo anunciara que no habrá más operaciones en el mercado de capitales internacional este año, quedaron dos “ventanillas” de financiamiento, la del mercado local -donde se buscará captar entre 8000 y 10.000 millones de dólares- y la de los bancos.
Los inversores de Wall Street tomaron en forma positiva el anuncio de Finanzas, ya que consideraban que la sobreoferta de bonos de la Argentina -luego de la emisión de US$ 9000 millones- conspiraba contra una mejora en los precios de estos activos.
Además del Repo, en su gira por Nueva York la semana pasada algunos bancos le ofrecieron a Caputo un préstamo tradicional, sin la garantía de los bonos.
Entre los bancos que se sumaron a esta idea está el JP Morgan, que, aunque iba a participar del Repo en principio, luego se bajó y, desde entonces, no participó en ninguna de las colocaciones que hizo el Gobierno.
La ventaja ahora es que las autoridades regulatorias norteamericanas ya califican mejor al crédito para la Argentina que hace un año y medio, por lo que para el Morgan sería más sencillo y barato brindar este crédito.
Como una manera de volver a activar la relación, el Morgan podría ser uno que participen de esta operación, con una ingeniería que solía utilizarse en los mercados emergentes hasta los 90, cuando los bancos fueron reemplazados por los bonistas como acreedores de los países.
Durante los años 70 y 80, los países recibían préstamos sindicados de las principales entidades financieras internacionales.
Luego de la crisis del 82, que explotó en México, este tipo de instrumentos fueron renegociados en toda la región a través del Plan Brady a fines de esa década.
Desde entonces, por el auge del mercado de capitales y por restricciones regulatorias, los bancos se quedaron al margen de este negocio.
Más allá de estos préstamos, varios líderes del sector financiero se reunirán la semana próxima con Caputo y su equipo la semana próxima en Buenos Aires. Banqueros de todos los continentes llegarán para participar de la reunión del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla en inglés), que se realizará domingo y lunes en esta ciudad.
El IIF, que reúne a los principales bancos del mundo, tiene como referente local al presidente del Grupo Galicia, Eduardo Escasany. Varios de estos ejecutivos pidieron reunirse con Caputo.
El programa financiero de la Argentina de este año es de unos US$ 30.000 millones y el país pagará cerca del 2,2% de su PBI en intereses, contra el 1,5% pagado en 2015, cuando el país estaba en default.