Además de ser presidente de la Nación, Mauricio Macri es, acaso, el hincha más famoso de Boca, dada su condición de ex mandatario xeneize.
Cuando Boca y River avanzaron a la final de la Libertadores, intentó, en forma infructuosa, que ambos partidos se jugaran con público visitante. Hoy, que llegó el momento de la definición, vivirá el cotejo por TV desde la residencia de Chapadmalal.
El jefe de Estado viajó ayer a la tarde hasta Mar del Plata. Desde la Casa Rosada informaron que no habrá ninguna actividad oficial en su estadía, y que sólo será de descanso. Así, mientras millones de personas verán el partido por TV, Macri lo hará desde la costa.
Ya antes que los dos equipos más populares del fútbol argentino vencieran a Palmeiras, en el caso de Boca, y a Gremio, en el caso de River, con ambas definiciones de visitante, Macri había dicho que prefería una final “entre un argentino y un brasileño”. Manifestó que no le gustaba una final entre xeneizes y millonarios “teniendo en cuenta que además soy presidente, ya tengo un estrés por mi trabajo”.
Macri tiene previsto regresar mañana después del mediodía, para concentrase en la organización de la cumbre del G20, que arrancará el viernes. De acuerdo al resultado de hoy se verá si, fiel a su costumbre, Macri se anima a hacer algún comentario futbolero ante los líderes del mundo.